¿Y ahora qué? Lo que pasará con el príncipe Andrés tras su acuerdo para no ir a juicio
Son muchas las preguntas que se ponen ahora sobre la mesa tras conocerse que el hijo de la reina Isabel no irá a juicio al llegar a un acuerdo extrajudicial con Virginia Giuffre
Teníamos la fecha del 10 de marzo en rojo porque era la señalada para que viéramos al duque de York sentado en el banquillo y declarando ante el juez por la demanda que Virginia Giuffre le interponía el verano pasado, acusándolo de haber abusado sexualmente de ella cuando era menor de edad. Y este martes sabíamos que, finalmente, el hijo de Isabel II no tendrá que pasar por esa situación gracias a un acuerdo extrajudicial. Pero ahora, tras ese acuerdo al que ha llegado con su supuesta víctima, se plantean muchas preguntas. Una de ellas, qué pasará con el príncipe Andrés, especialmente en lo tocante a su rol institucional.
Hay que recordar que el duque de York ya no es un miembro en activo de la familia real británica. Cuando saltó el escándalo Epstein y su nombre se vio salpicado por él, decidió dimitir de sus funciones oficiales, principalmente porque el resultado de una entrevista que concedió en televisión para intentar explicar su relación y lavar su imagen tuvo el resultado contrario. Si ya entonces estaba condenado al ostracismo, el saber que tendría que ir a juicio por este caso de abuso sexual de menores hizo que la reina Isabel hiciera su gran movimiento, retirándole todos los honores militares y patronazgos que tenía.
Bien, la pregunta es ahora si, al haber llegado a un acuerdo con la demandante, Virginia Giuffre, la monarca devolverá a su hijo sus funciones institucionales, además de esos cargos militares y patronazgos. Y la respuesta es que, en principio, no le serán devueltos. Para conocer el motivo, hay que remitirse al comunicado que emitió Buckingham hace ahora un mes en el que anunciaba la decisión de Isabel II: "Con el consentimiento y aprobación de la Reina, los honores militares y los patronazgos reales del Duque de York han sido devueltos a la Reina. El Duque de York continuará sin asumir ninguna función pública y está defendiendo este caso como ciudadano privado".
Estas palabras fueron muy analizadas en su momento y los expertos estuvieron de acuerdo en que el resultado del futuro juicio no haría que la monarca diera marcha atrás. No solo porque en ningún momento se especificó que fuera una medida provisional hasta saber el resultado del proceso, sino que después se supo que los títulos militares y patronazgos sería repartidos entre el resto de miembros en activo de la familia real, lo que hace imposible que puedan ser devueltos al príncipe Andrés.
Además, hay que tener en cuenta que no es que el duque de York haya sido absuelto, lo que hubiera limpiado en gran medida su nombre, sino que, sencillamente, no va a ir a juicio gracias a un acuerdo extrajudicial. O lo que es lo mismo, gracias a su poder adquisitivo. En España esa opción no sería posible, ya que cuando hay un delito de este tipo u otro de gravedad interviene la Fiscalía y va hasta el final. En cambio, el sistema legal de Estados Unidos sí lo permite. De hecho, un 97% de los procesos se acaban sin llegar a juicio, con un acuerdo entre las partes.
Claro que este tipo de acuerdos puede ser un arma de doble filo. Se podría pensar que, si el acusado no tiene nada que ocultar y está seguro de su inocencia, no debería temer ir a juicio. Pero lo mismo se puede aplicar a la demandante, así que las dos partes quedarían manchadas, al menos por la duda. Aunque en este caso, el sufrimiento de Virginia Giuffre, quien durante años ha acusado al duque de York de haber abusado de ella siendo menor, era reconocido por el propio Andrés en el comunicado emitido por sus abogados para anunciar el acuerdo al que habían llegado.
Ahora, lo único claro es que al príncipe Andrés no le quedarán antecedentes penales, algo a lo que sí se exponía yendo a un juicio del que, visto lo visto, no tenía nada claro el resultado. Y eso, al menos, calmará los ánimos de la ciudadanía británica, desde donde entonces se había pedido que la reina Isabel sacara a su hijo de la línea de sucesión al trono, donde actualmente ocupa el noveno puesto. Pero esta es una posibilidad remota, ya que no depende expresamente de la monarca, sino del Parlamento, que tendría que tratarlo en una legislación especial. Y teniendo en cuenta que hay problemas más graves y que su puesto está muy alejado del trono, no parece algo muy probable.
Así que, en resumen: el hecho de que el príncipe Andrés haya llegado a un acuerdo y no tenga que ir a juicio no cambia básicamente en nada su situación institucional. No recuperará ni los honores militares, ni los patronazgos ni sus funciones institucionales. Y lo que tampoco cambia es lo manchada que ha quedado su reputación, tocada y hundida, ya que además nunca sabremos si hubiera podido demostrar ante el juez esa inocencia que lleva proclamando los últimos años.
Teníamos la fecha del 10 de marzo en rojo porque era la señalada para que viéramos al duque de York sentado en el banquillo y declarando ante el juez por la demanda que Virginia Giuffre le interponía el verano pasado, acusándolo de haber abusado sexualmente de ella cuando era menor de edad. Y este martes sabíamos que, finalmente, el hijo de Isabel II no tendrá que pasar por esa situación gracias a un acuerdo extrajudicial. Pero ahora, tras ese acuerdo al que ha llegado con su supuesta víctima, se plantean muchas preguntas. Una de ellas, qué pasará con el príncipe Andrés, especialmente en lo tocante a su rol institucional.