La presencia de Sarah Ferguson en la abadía de Westminster, la gran sorpresa de la jornada

Hace tiempo que la duquesa de York se divorció del su marido, el príncipe Andrés, pero eso no quiere decir que perdiera relación con la que fuera su familia política. De hecho, Sarah Ferguson siempre ha mantenido una cercana relación con ellos, mostrando un especial respeto y admiración por Isabel II, fallecida a los 96 años el pasado 8 de septiembre.

Una cordial relación que no ha sido igual de fluida con todos los miembros de la familia, pues de sobra era conocida la tensa relación que mantenía con el duque de Edimburgo, marido de la reina. Tras la muerte de este, Sarah no acudió a su funeral, aunque las circunstancias eran otras y, en aquella ocasión, se achacó a la situación provocada por el coronavirus, que requería restringir un poco más la cantidad de personas que podían reunirse. Tampoco estuvo en la misa en su memoria al cumplirse un año de su muerte.

Esta frialdad en el trato que mantenía con su exsuegro contrasta con la buena relación que siempre tuvo con Isabel II. Su muerte ha sido para ella un duro golpe, igual que para toda la familia, un dolor que Sarah quiso mostrar también a través de su cuenta personal de Instagram, donde escribió un emotivo mensaje en el que agradecía a Su Majestad el apoyo que le había dado durante los momentos más complicados.

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"Estoy devastada por el fallecimiento de Su Majestad la Reina. Ella deja un legado extraordinario: el ejemplo más fantástico de deber, servicio y constancia, y una presencia constante como nuestra Jefa de Estado durante más de 70 años. Ha entregado toda su vida desinteresadamente a la gente del Reino Unido y la Commonwealth. Para mí, ella era la suegra y amiga más increíble. Siempre le estaré agradecida por la generosidad que me mostró al permanecer cerca de mí, incluso después de mi divorcio. La extrañaré más de lo que las palabras pueden expresar".

La relación entre las dos mujeres siempre había sido buena y se considera que, tras la muerte del marido de Isabel II, esta salió reforzada, pues la duquesa de York se convirtió para ella en un gran apoyo en los tiempos de tristeza, visitando a la reina en Balmoral sin tener que estar pendiente de la llegada del duque, pues la llegada de uno marcaba la marcha de la otra.

Ahora ha querido estar presente en el funeral celebrado en honor de Isabel II en la abadía de Westminster, donde ha acudido junto a sus hijas, las princesas Beatriz y Eugenia. Para ellas, este es un momento complicado, pues mientras el pueblo británico llora a su reina, ellas se despiden de su abuela. Por eso, todo el apoyo que puedan recibir por parte de su familia parece poco. Junto a ellas también han estado sus maridos, Edoardo Mapelli y Jack Brooksbank, respectivamente.

Este funeral ha sido la primera ocasión en la que se ha visto a Sarah Ferguson junto a su familia en un acto en homenaje a la reina. Si bien se pudo ver cómo sus hijas acudían junto a su padre a recorrer los ramos de flores dejados en homenaje a su abuela, Sarah se mantuvo al margen de estos y otros actos relacionados. En esta ocasión, ha querido dar un paso al frente y mostrar sus respetos por Isabel II.

Como manda el protocolo, todos han acudido de riguroso luto, también la duquesa de York, quien ha optado por un traje de falda y chaqueta en color negro, que ha completado con un tocado con una discreta rejilla y el cabello recogido en un elegante moño bajo. Medias de color negro y tacones en el mismo tono completaban su look para la ocasión, un momento solemne e histórico para el que ha escogido un broche en forma de pájaro que alza el vuelo. Isabel II era una gran amante de estos accesorios.

Mientras que Sarah y sus hijas llegaban a la abadía unos minutos antes de que diera comienzo la misa, el príncipe Andrés formaba parte de la comitiva que acompañaba el féretro de la monarca desde Westminster Hall. Muchas miradas están puestas en el príncipe y su futuro, pues se esperaba que tras la muerte de la reina, el rey Carlos III revocara la decisión de su madre de apartarle de la Corona, algo que pedían su exmujer y sus hijas, pero de momento parece que las cosas no van a cambiar.