El príncipe árabe Mohamed bin Salman, el hombre tras la compra de Telefónica
Duro y abierto a Occidente a la vez, adquirió la mansión y la pieza de arte más caras del mundo. Fue 'cancelado' de la vida pública mundial por la muerte del periodista Khashoggi
La mansión más cara de la historia; la pieza de arte más cara de la historia… Nada es suficiente cuando los millones se acumulan por miles en tu cuenta bancaria. Le sucede al príncipe Mohamed bin Salman, quien reina en Arabia Saudí con una mano dura y con otra abierta al mundo occidental. Es el cerebro tras la operación por la que su país se ha convertido en accionista mayoritario de Telefónica, empresa estratégica en las telecomunicaciones patrias, lo que ha hecho saltar todas las alarmas del Gobierno.
Porque Bin Salman fue un apestado hace pocos años, cuando el periodista Jamal Khashoggi fue asesinado en 2018 y todos los dedos señalaban al príncipe como último culpable. El tiempo, dicen, lo cura todo. Y eso debió pensar este todopoderoso mandatario y magnate, quien ha vuelto a la vida oficial internacional a lo grande después de pasar algún tiempo ‘cancelado’. Un tiempo que, por cierto, ha aprovechado para realizar inversiones de calado millonario.
La dinastía que reina en Arabia Saudí, los Al Saud -pusieron incluso su nombre al país-, es la que tiene en sus manos las reservas de petróleo más grandes del mundo. Un tesoro multimillonario que les ha permitido entablar intensas relaciones diplomáticas con todos los líderes de Occidente. Y darse todos los caprichos imaginables. Como la casa más cara del mundo, el Château Louis XIV, que tiene su propia entrada en Wikipedia y que se levantó en honor al rey francés, aunque es de nueva construcción basándose en la estructura que allí había antes.
Misteriosa vida privada
De su vida privada poco se sabe: está casado con su prima Sara bint Mashur bin Abdelaziz desde hace más de 10 años y tiene cuatro hijos –los príncipes Salman y Mashur y las princesas Fahda y Noura–, de los que ni siquiera se conoce la edad. Pasaron la luna de miel en Japón, una de las pasiones de MBS. Fuentes de la corte apuntan que, además de su esposa oficial, tiene otra secreta.
MBS, que es como se conoce al príncipe por las siglas de su nombre, adquirió el palacio bajo empresas pantalla con sedes internacionales y seguir su rastro fue difícil. Fue el periódico neoyorquino el que logró señalar al príncipe heredero como el comprador después de una investigación que duró meses. El palacio es una impresionante mansión por la que el príncipe saudí pagó 275 millones de euros. Nadie ha vuelto a pagar semejante suma por un inmueble en el mundo desde que él la compró, a finales de 2015.
Del mismo modo, MBS compró en 2017 el famoso cuadro ‘Salvator Mundi’, atribuido a Leonardo da Vinci, aunque son muchos quienes ponen en duda su verdadera autoría. Sea como sea, el príncipe pagó 450 millones por el lienzo, lo que lo convirtió en el cuadro más caro jamás vendido. Tras la adquisición, nunca más se ha vuelto a ver la pieza y fueron muchas las voces y los medios que aseguraban que lo tenía colgado en una de las paredes de uno de sus lujosos yates.
Tras numerosas especulaciones, el historiador Martin Kemp, profesor emérito de la Universidad de Oxford y el académico que avaló la autoría de Da Vinci de este retrato de Cristo, aseguró que en 2024 el cuadro tendría su propio museo en Arabia.
Hablemos de yates porque el príncipe cuenta con una flota de embarcaciones de lujo, aunque la joya de la corona es el Serene, un barco de recreo de lujo por el que MBS pagó 550 millones de euros. Con 34 metros de eslora, está considerado uno de los superyates más grandes del mundo, el mismo por el que Bill Gates pagó cinco millones a la semana por tenerlo en alquiler durante el verano de 2014, poco antes de que lo comprara el príncipe árabe.
Los royals más ricos
El canal estadounidense CSNBC realizó un estudio en 2020 en el que analizaba las fortunas de diferentes casas reales del mundo y concluyó que la saudí es la más rica con diferencia del resto. Según este medio, la Casa Saúd está formada por 15.000 miembros de los que 2.000 son quienes mantienen el poder. Y ese poder se basa en los beneficios que el petróleo les reporta, que son millonarios: su fortuna está valorada en 1.308.188.000.000 (más de un billón de euros), una cifra con la que multiplicaría por 16 la fortuna de la Casa Real británica (88.000 millones).
Y en esta organización familiar, Mohamed bin Salman ostenta el poder en nombre de su padre, el rey Salman, aquejado de alzhéimer. Nacido el 31 de agosto de 1985, licenciado en Derecho por la Universidad Rey Saúd, fue emprendedor antes de entrar en el poder ejecutivo del país. Cuando su tío, el todopoderoso rey Abdullah bin Abdelaziz, murió en enero de 2015, su padre, Salman bin Abdelaziz, accedió al trono y nombró a su hijo ministro de Defensa. Su carrera ha sido fulgurante: en abril de 2015 fue nombrado príncipe heredero adjunto, segundo vice primer ministro y presidente del Consejo de Asuntos Económicos y de Desarrollo. Y en 2016, ya con casi todo el poder en sus manos, presentó el proyecto rupturista Vision 2030, por el que anunciaba cambios económicos y sociales en Arabia.
Punto y aparte
Dentro de esa estrategia, ha liderado reformas sociales en su país que han removido los cimientos de la zona. Permitió conducir a las mujeres, se paseó por Silicon Valley con camisa junto a Mark Zuckerberg y engatusa a todos quienes se reúnen con él por su carácter atractivo. Pero el asesinato del periodista Jamal Khassoghi, crítico con la Corona, perpetrado en la embajada Saudí en Estambul en 2018, dio al traste con sus aspiraciones internacionales. Una investigación de la CIA lo responsabilizaba incluso del asesinato, y el príncipe quedó cancelado de toda agenda oficial de Occidente.
Aunque todo pasa, ya lo decíamos. Y con el tiempo, MBS ha vuelto a la agenda política internacional. El pasado mes de junio de 2023, sin ir más lejos, realizó una visita oficial a Francia donde fue recibido por el presidente galo, Emmanuel Macron. Y en pocas semanas se espera que visite Reino Unido invitado por el primer ministro británico, Rishi Sunak. La compra del accionariado de Telefónica, como vemos, es un paso más del príncipe en su expansión global. Riqueza no le falta.
La mansión más cara de la historia; la pieza de arte más cara de la historia… Nada es suficiente cuando los millones se acumulan por miles en tu cuenta bancaria. Le sucede al príncipe Mohamed bin Salman, quien reina en Arabia Saudí con una mano dura y con otra abierta al mundo occidental. Es el cerebro tras la operación por la que su país se ha convertido en accionista mayoritario de Telefónica, empresa estratégica en las telecomunicaciones patrias, lo que ha hecho saltar todas las alarmas del Gobierno.
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