Batalla judicial en Marruecos entre los íntimos amigos del rey y las cloacas del Estado
Los hermanos Azaitar se querellan por difamación contra el diario más afín al Ministerio del Interior y los servicios secretos
El choque entre los amigos del rey Mohamed VI, los hermanos Azaitar, y el aparato del Estado marroquí se acerca a su apogeo. Los primeros acaban de querellarse por difamación contra Mohamed Khabachi, director del diario Barlamane, que es algo así como el portavoz oficioso del Ministerio del Interior.
Barlamane es desde 2021 el azote constante de la fratria de los Azaitar, esos luchadores de artes marciales mixtas que, a partir de 2018, se convirtieron en una familia alternativa del monarca alauí con los que convive y pasa parte de sus vacaciones. También vitupera a diario en su web a todos los opositores al régimen de dentro y fuera de Marruecos. En abril de este año, Khabachi compró 'Marruecom', un pequeño digital dedicado a Marruecos.
Khabachi fue en su día director de comunicación del Ministerio del Interior y, previamente, de la agencia de prensa oficial (MAP). Estuvo además emparentado con Yassine Mansouri, el jefe de la Dirección General de Estudios y Documentación (DGED), el servicio secreto exterior marroquí. Su diario no se hace eco de opiniones personales, sino del parecer del Estado profundo.
En origen eran dos, Abu Bakr y Otman, los hermanos que peleaban en el cuadrilátero, y un tercero, Omar, era su manager, aunque también se dedicaba a los negocios. En el último año, la tribu de los Azaitar se ha ampliado con la incorporación de familiares llegados de Alemania, el país donde crecieron los tres hermanos, incluidos sus padres. También se han añadido otros deportistas procedentes del mundo de las artes marciales como el español Yussef Kaddur, visto por primera vez con el rey en París, en agosto de 2022.
En sus últimas entregas, por escrito y en un vídeo, Barlamane ha arremetido sobre todo contra Omar, al que ha descrito como “un hombre obsesionado por el lujo y la violencia, odiosa caricatura de un gánster en busca de reconocimiento”. Evoca además su “largo pasado criminal, sus delitos, su reputación sulfurosa (...)”, es decir, sus antecedentes penales en Alemania.
La fratria, en su conjunto, tampoco se libra de los ataques del diario. Exhibe “una riqueza cuya procedencia se desconoce”, asegura Barlamane. “Gran parte de ese lujo consiste en relojes que cuestan millones de euros, muebles de carácter artístico, cuadros, estatuas, grabados, caballos con pedigrí”, y a todo eso hay que añadir sus negocios. “Es legítimo preguntarse por el origen de estos bienes”, comenta. La respuesta, que no proporciona el diario, es fácil: la generosidad del soberano con sus íntimos amigos no sólo haciéndoles regalos, sino respaldándoles en sus negocios.
Quizás para parar las críticas o amedrentar a la prensa, Omar, Otman y el padre de los Azaitar se han querellado por difamación contra Mohamed Khabachi y Barlamane, según reveló el diario marroquí 'Al Hayat' y confirmaron otras fuentes. En Marruecos se bromea ahora sobre los apuros de un juez que tendrá que zanjar entre los amigos del rey y el aparato del Estado.
Barlamane no es el único ni el primero que arremetió contra los Azaitar. El primero en disparar fue, en mayo de 2021, 'Hespress', el diario con más difusión de Marruecos. En la campaña anti-Azaitar participó también 'Chouf TV', una televisión online a la que se le atribuyen estrechas relaciones con las cloacas del Estado. En Francia se apuntó 'Atlas Info', una publicación afín a las autoridades de Marruecos. Los servicios secretos marroquíes recurrieron además a una triquiñuela para embarcar en su campaña a 'Médiapart', un medio prestigioso francés, pero este borró la información que le habían colado.
Los detractores de los Azaitar también han intentado la vía judicial para pararles los pies. La Asociación de Defensa de los Derechos Humanos en Marruecos, una ONG prácticamente desconocida y sin actividad, despertó de su letargo, en mayo de 2022, para encargar al letrado Lahbib Mohamed Haji, de Tetuán, que les denunciase. Estaban invadiendo parte de una playa con un megarestaurante que se disponían a inaugurar a pocos kilómetros al este de Ceuta. Haji acabó dando entrevistas a 'Chouf TV'.
Si los autores de estos improperios a unos amigos del soberano alauí no han acabado en la cárcel es porque gozan, obviamente, de la protección de los más estrechos colaboradores de Mohamed VI. Estos han promovido probablemente la campaña contra los Azaitar con el propósito de convencer al monarca de que se apartase de estas amistades peligrosas que perjudican a su imagen y a la de la monarquía. No surtieron efecto. Ahí siguen los Azaitar y la familia se ha ampliado.
Hay, en cambio, otro ámbito en el que la Casa Real sí ha modificado sus costumbres. Hasta ahora, los viajes privados del rey eran secretos aunque, a veces, acababan trascendiendo porque, por ejemplo, se cruzaba en París con unos transeúntes que le reconocían, le grababan y subían imágenes a las redes sociales.
A principios de semana, varios diarios marroquíes han revelado que Mohamed VI llegó el 17 de diciembre a las islas Seychelles para pasar allí sus vacaciones de fin de año. En realidad, el rey viajó a Abu Dabi el 3 de diciembre, de madrugada. Llevaba casi tres meses seguidos en Marruecos desde que, el 9 de septiembre, el monarca se vio obligado a interrumpir sus vacaciones en Francia tras ser informado de que se había producido un terremoto en Marruecos que causó cerca de 3.000 muertos.
Al día siguiente de su desembarco en Abu Dabi, el rey mantuvo una sesión de trabajo con el jeque Mohamed bin Zayed Al Nahayan. A continuación permaneció en los Emiratos Árabes Unidos de descanso y de ocio. Fue visto, por ejemplo, paseando por el enorme centro comercial de Dubai Mall.
No se sabe cuándo concluirán estas vacaciones invernales. Las anteriores, que transcurrieron en Pointe-Denis (Gabón), duraron casi tres meses, del 25 de diciembre de 2022 al 23 de marzo de este año. No las interrumpió, a principios de febrero, para recibir en audiencia al presidente Pedro Sánchez, que viajó a Rabat para participar en la cumbre hispano-marroquí.
Durante su ausencia, el rey ha puesto deberes a su hermano, el príncipe Moulay Rachid, y a su hijo, Moulay Hassan. El primero tuvo que viajar a Kuwait el 18 de diciembre para dar el pésame, en nombre de Mohamed VI, a la familia real kuwaití por el fallecimiento del jeque Nawaf Al Ahmad Al Jaber Al Sabah.
Moulay Hassan, de 20 años, fue el encargado de recibir en Rabat, el 19 de diciembre, al príncipe saudí Turki bin Mohamed bin Fahd bin Abdulaziz, ministro de Estado. Trajo un mensaje verbal para Mohamed VI del rey Salman bin Abulaziz cuyo contenido no fue desvelado.
Antes de la pandemia, Moulay Hassan tuvo ya que atender a otros huéspedes porque su padre estaba fuera del país cuando llegaron. En marzo de 2018 presidió una cena en honor del expresidente francés François Hollande. Al año siguiente, en marzo, recibió en el Palacio de los Huéspedes, en Rabat, al príncipe Harry de Inglaterra y a su esposa, Meghan Markle.
El choque entre los amigos del rey Mohamed VI, los hermanos Azaitar, y el aparato del Estado marroquí se acerca a su apogeo. Los primeros acaban de querellarse por difamación contra Mohamed Khabachi, director del diario Barlamane, que es algo así como el portavoz oficioso del Ministerio del Interior.