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Un año sin Franco Battiato: un músico grande, un funeral íntimo y una vida secreta
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Falleció a los 76 años

Un año sin Franco Battiato: un músico grande, un funeral íntimo y una vida secreta

El italiano fallecía bajo una aureola mítica y una existencia que supo siempre mantener alejada de los mismos focos que le encumbraron como compositor

Foto: Franco Battiato. (EFE)
Franco Battiato. (EFE)

En 1997, los astrónomos Piero Sicoli y Francesco Manca descubrían, desde el Observatorio Astronómico Sormano, en Italia, un asteroide perteneciente al cinturón de asteroides al que inicialmente bautizaron como 1997 CC7 y al que más adelante cambiarían el nombre por el de Battiato en honor al cantante italiano que hoy hace un año perdía la vida. El propio Franco Batiatto era miembro honorario de una asociación astronómica siciliana, la Associazione Astrofili Ionico-Etnei. A través del telescopio observaba el Universo, buscando la inspiración en canciones como la archiconocida ‘Centro de gravedad permanente’.

El cantante fallecía a los 76 años tras una larga enfermedad, como comentaban entonces desde su entorno familiar. El artista (que también fue pintor, guionista y hasta director de cine) moría en su hogar, un castillo situado en Milo (Sicilia). El que fuese una de las estrellas absolutas de la canción italiana llevó una vida misteriosa, llena de incertidumbres, a la que muy pocos estaban invitados.

placeholder Uno de los conciertos en honor al cantante. (EFE/Ettore Ferrari)
Uno de los conciertos en honor al cantante. (EFE/Ettore Ferrari)

También muy pocos fueron los que pudieron despedirle en el íntimo funeral que tuvo lugar en su villa siciliana, al que acudieron un puñado de amigos y parientes mientras el país le rendía diversos tributos. La ceremonia fue oficiada por el padre Orazio Barbarino, que le recordó como un "sincero y honesto buscador espiritual".

Entre el puñado de elegidos para despedir al artista, su hermano Michele, que le acompañó hasta el final de su vida, y su sobrina Grazia, pero también algunos músicos amigos, como Alice, Carmen Consoli y Luca Madonia. Aunque la ceremonia se celebró en la más estricta intimidad, algunos vecinos se acercaron a las puertas de la residencia para dejar flores y velas.

El ayuntamiento de la localidad declaró una jornada de luto y empapeló el pueblo con carteles en los que se podía leer: “Franco Battiato, hombre extraordinario e inmenso artista que en muchos modos y ocasiones demostró afecto por Milo tras elegirla para vivir y para inspirarse".

placeholder Carteles aparecidos en Milo como tributo al músico. (EFE/Orieta Scardino)
Carteles aparecidos en Milo como tributo al músico. (EFE/Orieta Scardino)

Tras el funeral, el féretro abandonó la villa en un coche funerario adornado con flores blancas y amarillas mientras en el exterior cientos de personas aplaudían la comitiva a su paso.

El cuerpo del músico fue incinerado por voluntad propia y las cenizas depositadas en Villa Grazia, la casa con el nombre de su madre, fallecida en 1994 y a la que estaba muy unido.

placeholder Los vecinos dan el último adiós. (EFE/Orietta Scardino)
Los vecinos dan el último adiós. (EFE/Orietta Scardino)

Lo público y lo privado

Nacido en Riposto el 23 de marzo de 1945, sus primeros años estuvieron marcados por la muerte de su padre, que hizo que tanto él como su madre se trasladasen a Milán, lugar elegido por muchas familias de la época para prosperar, tal y como reflejaban películas como 'Rocco y sus hermanos'. En el cabaret Club 64, donde tocaba y cantaba, fue donde conoció a Paolo Poli, Enzo Jannacci, Renato Pozzetto, Bruno Lauzi y Giorgio Gaber, personas fundamentales en su futura carrera y con las que entabló una gran amistad. Enseguida destacó gracias a la música experimental y psicodélica, electrónica y con elementos de rock progresivo.

placeholder Battiato, en 2013. (EFE)
Battiato, en 2013. (EFE)

La nariz, las gafas, el pelo rizado se acabaron convirtiendo en el sinónimo de su éxito. También las letras de sus canciones, llenas de filosofía y dobles sentidos. Vegetariano, solitario y errabundo, la prensa siempre lo dejó en paz y consideró su genialidad razón suficiente como para preservar el misterio que rodeaba a su vida. Nunca se casó ni tuvo hijos, y su poesía vanguardista fue el único modo de acceder a sus sentimientos más recónditos. Obras musicales tan complejas como 'Gilgamesh', que tuvo una impresionante puesta en escena en la Ópera de Roma, o la sonata para piano 'Egipto antes de las arenas' se convirtieron en una especie de espejo de su alma. Además, Battiato ganó el Festival de San Remo de 1981 como autor gracias a 'Por Elisa'.

Toda esa música acabó desvelando más sobre sí mismo que sus propias palabras. Se sabe, por ejemplo, que su madre significaba mucho para él. Cuando compró el castillo Moncada en Milo, su más preciada posesión y el lugar en el que falleció, restauró la capilla que formaba parte del complejo en honor a su progenitora. Se cuenta que un sacerdote le dedicaba una misa cada mañana. Para hacer realidad la restauración del castillo, Battiato ordenó convertir los sótanos en un enorme salón de baile, una de sus grandes pasiones. Así, más de 200 metros cuadrados del lugar fueron dedicados a tal fin, con un suelo elaborado a partir de madera de roble.

Siempre se dijo que pudo comprar aquel enorme castillo gracias a su cambio de rumbo a partir de los 80, cuando fichó por la discográfica EMI y se lanzó al pop. En 1981 publicó el disco 'La voce del padrone', gracias al cual se convirtió en el primer italiano que vendió más de un millón de copias. Ahí estaban ya éxitos superlativos como 'Centro de gravedad permanente', 'Bandera blanca' o 'Cuccurucucu', reflejos de un arte que hace un año se apagó para siempre.

En 1997, los astrónomos Piero Sicoli y Francesco Manca descubrían, desde el Observatorio Astronómico Sormano, en Italia, un asteroide perteneciente al cinturón de asteroides al que inicialmente bautizaron como 1997 CC7 y al que más adelante cambiarían el nombre por el de Battiato en honor al cantante italiano que hoy hace un año perdía la vida. El propio Franco Batiatto era miembro honorario de una asociación astronómica siciliana, la Associazione Astrofili Ionico-Etnei. A través del telescopio observaba el Universo, buscando la inspiración en canciones como la archiconocida ‘Centro de gravedad permanente’.

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