Las claves deco del diseñador de interiores Teo Yang, modernidad y tradición en Corea

El arte no entiende de fronteras, por eso resulta tan apasionante descubrir otras culturas, que en ocasiones sentimos como otros mundos. Sin embargo, hay cosas que son comunes a todos, independientemente de dónde nos encontremos, y en el caso de la decoración esto puede ser la búsqueda de ambientes que nos seduzcan, nos envuelvan y se conviertan en nuestro lugar seguro.

Podemos seguir las pautas de lugares como Suecia, donde su método Lagom nos invita a ser más felices en casa, el noruego Koselig, ideal para dejar que el estrés no entre en casa, o la filosofía milenaria Chowa, el método japonés con el que lograremos la felicidad en nuestra casa; aprendiendo a lo largo del mundo y seleccionando los tips que más nos gusten hasta conseguir encontrar nuestro propio sistema e incorporarlo en nuestra casa.

Otra forma de encontrar nuestro propio estilo es empaparnos de los conocimientos de otros, aprendiendo todo lo que podamos de profesionales del diseño de interiores, diseñadores de famosos, como Michelle Workman o Elizabeth Roberts, pero también profesionales del diseño que, aunque no sean responsables de las viviendas de las estrellas, son considerados como los mejores entre los expertos.

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Este es el caso del coreano Teo Yang, capaz de convertir cualquier espacio en su obra de arte particular, sumando su peculiar manera de ver el mundo y mezclando los conceptos más novedosos y rompedores con elementos que respetan las tradiciones. El resultado son habitaciones, rincones y hogares pensados para sorprender, para deslumbrar y para disfrutar en todo momento.

Fundador de Teo Yang Studio, comenzó su carrera viajando alrededor del mundo, por ciudades como Berlín o Los Ángeles. En estos primeros años se dedicó a decorar hoteles de lujo y boutiques. Una vez consolidada su carrera, y ya establecido en el sector, decidió que lo mejor era regresar a casa y en 2009 fundó su estudio en Seúl, trabajando en hogares por todo Corea del Sur.

Sus trabajos han sido reconocidos por numerosas publicaciones del sector y es uno de los diseñadores más conocidos de Corea del Sur, redecorando viviendas, pero también museos, donde deja salir todo lo que tiene para recuperar parte de la esencia de su tierra, evitando que quede en el olvido y acercándola a nuestra manera actual de ver el mundo.

Esto no siempre fue así. Su labor fuera de su país le ayudó a reflexionar sobre su propia cultura y su artesanía cuando regresó, algo que le ha llevado a incluirla en sus trabajos; utilizando la tradición como inspiración ofrece algo nuevo. Su propio hogar y estudio es el mejor ejemplo de su modo de analizar el diseño de interiores, la arquitectura y la artesanía tradicional coreana, de unir pasado y presente.

“Vivo en un Hanok”, explicaba durante una entrevista para ‘The Artling’ sobre su vivienda, una casa de madera tradicional. “No nos quedan muchos de estos edificios en la ciudad, por lo que quería minimizar el interior para resaltar y preservar los elementos originales y permitir que la historia hablara por sí misma. Muchos visitantes encuentran la casa muy tranquila y relajante. Creo que los materiales naturales de madera, piedra y cerámica, presentes en las características originales, le infunden una atmósfera serena”.

Estos esenciales son los que conforman la base de su trabajo, no solo los materiales y patrones, también la búsqueda de ese sentimiento de calma, de paz mental y de equilibrio con el mundo. Una visión al pasado para aprender de él y quedarnos con aquello que forma parte de nuestra historia, pero sin dejar que esto nos frene frente ante un futuro que no deja de evolucionar y cambiar.

“No es mi intención imitar esta herencia del pasado o tratar de reinventarla, pero es muy importante observar la esencia de las cosas y el trasfondo histórico y traer esas historias de vuelta a donde vivimos, descubrir cómo se pueden comunicar con nosotros”, explicaba durante una entrevista para ‘H&H Unplugged’.

En ella también revelaba que para él, crear un espacio hermoso no es el objetivo final de su trabajo, “un espacio hermoso es una herramienta para hacer que las personas piensen sobre lo que este está tratando de decir, es una plataforma para generar ideas y entablar una conversación y hacer que las conversaciones fluyan”. Presenta así una interesante forma de ver el mundo en la que pasado y momento actual se encuentran muy entrelazados gracias a las tradiciones coreanas, que tiene presente en todos los aspectos de su vida.

De hecho, además de su trabajo como diseñador de interiores, también ha sacado una línea de cosméticos y de cuidado para la piel que se apoyan en esta forma de ver el mundo, con productos a base de hierbas y veganos. “Ofrecemos algo seguro, para embellecer las arrugas. No queremos hacer retroceder el tiempo”, decía para ‘Sotheby’s’.