Alta relojería y embajadores: de cómo convertirse en imagen de una firma de lujo
¿Cómo debe ser un buen embajador de una firma de lujo? Encontramos las claves en la alta relojería gracias a Breitling, Cartier, Gucci, TAG Heuer, Roger Dubuis y Omega
Dos son los caminos para llegar a ser un excelentísimo señor embajador o embajadora. El primero obliga a estudiar una carrera universitaria, dominar idiomas a cascoporro y presentarse a la correspondiente convocatoria del Ministerio de Asuntos Exteriores para —una vez aprobada— pasar por una escuela diplomática en la que ponerse muy al día en cuestiones de política exterior, relaciones internacionales, funcionamiento de las altas instituciones del Estado y unos cuantos temarios cuquis más. Si superas todo esto, acabarás representando y negociando en nombre de tu país allí donde el destino te lleve. ¡Enhorabuena!
El otro camino es, aparentemente, más lúdico (pero no te fíes): tienes que hacerte actor, cantante o deportista, y ganar premios y medallas —cuantos más mejor— hasta que un buen día una firma de prestigio con proyección internacional llama a tu representante para negociar con tu innato don de gentes y tu belleza animal y convertirte así en la viva imagen de su último producto estrella. Et voilà! Ya eres embajador. No afirmamos que esta segunda vía sea 'la fácil', ni mucho menos, pero quizá sí la menos estresante; porque imagínate que eres embajador-funcionario y tienes una mala negociación y nos metes a todos en una guerra que nos deja sin gas el resto del invierno. Tu popularidad caería en picado, las cosas como son.
Lo mejor es ser embajador de una marca relojera de reconocido prestigio, como las que ahora nos ocupan. Ah, y olvídate de esas bolas de chocolate barato envueltas en papel dorado; a ningún excelentísimo embajador en su sano juicio se le pasaría por la cabeza ofrecérselas a nadie, ni siquiera al enemigo.
Álvaro Morte y Natxo González, embajadores Breitling
A la hora de presentar el nuevo Superocean Automatic —rediseño del clásico modelo Slow Motion de los años 60 y 70—, Breitling optó por fijar sus coordenadas en la decadente y siempre deliciosa Biarritz coincidiendo con la vuelta de Wheels & Waves, el megafestival de surf y motociclismo con la mayor concentración de barbudos cool y mechas ultrapro por metro cuadrado de Europa.
En representación del siempre exigente público español —somos un país con una poderosa cultura relojera—, dos de nuestros mejores embajadores ejercieron de impecables maestros de ceremonias: el gran Álvaro Morte (‘La casa de papel’) y el imparable campeón de surf Natxo González, 5º del mundo en olas gigantes, gigantes de verdad.
Disponible en cuatro tamaños (46, 44, 42 y 36 milímetros), las distintas esferas de colores vivos se combinan con las tres opciones del metal de la caja: acero, acero-oro y bronce. Las dos opciones de correa —deportiva de goma o brazalete metálico de tres eslabones— tienen un cierre mariposa que permite microajustes de hasta 15 milímetros para facilitar su uso sobre el traje de neopreno. Hermeticidad al agua de hasta 300 metros, manecillas anchas e índices de una legibilidad excepcional bajo el agua y bisel con incrustaciones de cerámica a prueba de arañazos completan la jugada. En otras palabras, un reloj perfecto para bucear, surfear —olas o asfalto— o salir a socializar y hacer que todas las miradas, en un momento dado, se dentengan en tu muñeca. Desde 4.400 euros.
El excelentísimo embajador Álvaro Morte goza de una imparable proyección internacional gracias a su papel de ‘El profesor’ en el mayor éxito de Netflix España en el mundo: ‘La casa de papel’. “Los relojes me fascinan desde siempre, quizá porque encajan perfectamente con mi carácter meticuloso y perfeccionista. Conozco Breitling desde hace mucho tiempo, por eso ni me lo pensé cuando me propusieron ser su embajador. Lo que más me gusta de ellos es nunca dejan de modernizarse manteniéndose fieles a su espíritu clásico. Me fascina ese equilibrio y me siento totalmente identificado con él”, explica el también protagonista de ‘La rueda del tiempo’, ‘Sin límites’ o la inminente ‘Historias para no dormir’, en la que nuestro actor rinde homenaje al legado del gran Chicho Ibáñez Serrador.
En cuanto al embajador Natxo González, la suya es una historia de pasión por las olas. Se subió por primera vez a una con 5 años y a los 11 ya competía y lograba sus primeras victorias. En casa le dijeron que le apoyaban, pero que el dinero no sobraba como para estar todo el día comprando billetes de avión en pos de la siguiente tormenta perfecta. Captado el mensaje y guiado por una pasión inusual, Natxo, el más joven embajador de Breitling, es ahora 5º del mundo en olas gigantes, y cuando decimos gigantes nos referimos a monstruos de más de 15 metros, a edificios en movimiento. Natxo González presume del primer 10 concedido en la historia del Campeonato del Mundo de Surf de Nazaré (Portugal), máxima puntuación obtenida por conquistar y dominar una ola sin precedentes.
Ryan Gosling, embajador TAG Heuer
Estamos ahora ante un caso doblemente satisfactorio para cualquier marca que se precie, ya que el excelentísimo embajador Ryan Gosling luce el modelo TAG Heuer Carrera Three Hands en su día a día y a lo largo de toda su nueva película, ‘El agente invisible’, de Joe y Anthony Russo (‘Vengadores: Infinity War’ y ‘Vengadores: Endgame’). La historia suena un poco a lo de siempre: tipico superagente de la CIA (Gosling) descubre cositas feas en una alcantarilla próxima a la agencia y los que antes le amaban ahora le quieren ver en modo fiambre plastificado en la estantería del super del barrio.
Animando el ambiente, entre explosiones y traiciones, encontramos también a la bella Ana de Armas (‘Blade Runner 2049’, ‘Puñales por la espalda’), esa actriz de carrerón imparable (a punto está de estrenar ‘Blonde’, su prometedora recreación de Marilyn Monroe) a la que nunca podremos reivindicar como propia porque fue Cuba quien la vio nacer.
De elegancia y deportividad atemporales, el TAG Heuer Carrera Three Hands (tres agujas) es un buen ejemplo del legado automovilístico de una marca sofisticada e intrépida a partes iguales. Un reloj obsesionado por la legibilidad, el refinamiento y el máximo respeto a su historia. Precio: 2.700 euros.
Idris Elba, embajador Gucci
Con esta versión automática del Gucci 25H, la casa italiana da paso al primer reloj mecánico que incorpora un calibre de fabricación propia en el segmento de los ultrafinos, deportivos y de lujo. La versión de acero automática del Gucci 25H consta de una caja increíblemente fina de 7,2 milímetros, un elegante bisel y varios detalles arquitectónicos contemporáneos, como su acabado satinado y sus líneas horizontales en gris oscuro.
Si hablamos de las versiones de cuarzo de este Gucci 25H debemos referirnos a una caja ultrafina de 4 milímetros con detalles emblemáticos de Gucci y el atractivo diseño de su armis de cinco eslabones. También disponible en versión con caja de acero chapada en oro amarillo de 18 quilates, o caja de acero y esfera de latón plateado con bisel engastado con diamantes. Desde 1.450 euros.
En esta carrera en pos del menor número de milímetros posible nos encontramos con, en mayúsculas, su excelentísimo embajador Idris Elba. Gracias a su magnetismo tangible, este actor, productor y músico inimitable representa mejor que nadie la personalidad de los nuevos 25H. Porque haga lo que haga el bueno de Idris, siempre será nuestro traficante favorito en ‘The Wire’, el fantástico protagonista de ‘Luther’ —Globo de Oro al Mejor actor— o el oráculo de ‘Thor’. Su faceta como DJ y cantante tampoco nos disgusta.
Dr. Woo, embajador Roger Dubuis
Buscar inspiración en los lugares más inesperados forma parte del ADN de Roger Dubuis. Por este motivo, la casa se ha asociado con el colectivo Urban Art Tribe que reúne a artistas callejeros de renombre unidos por los mismos valores: romper las reglas, exhibir una maestría radical y obsesionarse a diario con el diseño del futuro.
De esta manera, Roger Dubuis dio acceso a su manufactura a Urban Art Tribe con un encargo envuelto en desafío: reinterpretar el Astral Skeleton del icónico modelo Excalibur Monotourbillon.
Así, transformado en embajador, el célebre e inconformista tatuador Dr. Woo decidió asumir el reto creativo de reinterpretar un reloj ya de por sí perfecto. Nuevas líneas superdefinidas, tanto en la caja como en el movimiento, le aportan al Excalibur una nueva y fuerte identidad visual. Una mayor sensación de transparencia y profundidad hacen posible que la estrella de Roger Dubuis parezca levitar por encima del barrilete. Un tatuaje perfecto. Por cierto, solo se han fabricado ocho unidades a 159.000 euros cada una.
Austin Butler, embajador Cartier
Nacer en Anaheim, a tiro de piedra de Hollywood, te predispone a querer ser actor desde antes incluso de reunir el valor suficiente para ‘quitarte para siempre’ de la papilla de frutas con galletas. Austin Butler, estrella del momento gracias a la fantástica 'Elvis’ de Baz Luhrmann (‘Romeo y Julieta de William Shakespeare’, ‘Moulin Rouge’, ‘El gran Gatsby’), no iba a ser menos. Así que, casting tras casting, aparición sin frase tras aparición con frase (breve), fue labrando su propio camino.
De su primer minuto de gloria —cuando le dejaron tirarle un paquete de palomitas a Miley Cyrus en ‘Hannah Montana’— a protagonismo absoluto en la última alfombra roja de Cannes, Butler aprende a desenvolverse con soltura y cierto estilo clásico (quizá Elvis aún siga un poco dentro de él).
Así, el flamante embajador de la Maison presume de su precioso y minimalista Cartier Tank Must con especial orgullo. No es para menos. Precio: 2.760 euros.
Buzz Aldrin, embajador Omega
Sabemos que eres conspiranoico por naturaleza —es la única forma de explicar que te sepas de memoria las 18 temporadas de ‘Cuarto Mileno’— y por eso queremos sugerirte, encarecidamente, que te cambies de acera el día en el que te cruces con Buzz Aldrin. Porque —estamos convencidos— no vas a poder evitar espetarle que lo de la llegada del hombre a la Luna fue un montaje de EEUU grabado en el desierto de Nevada por Stanley Kubrick. Y entonces, claro, al bueno de Aldrin no le va a quedar más remedio que intentar regalarte otra de sus míticas bofetadas anticonspiranoicos, pero como el hombre está mayor igual se lía parda o muy parda. Así que evita encararte al embajador Buzz y no sigas leyendo (es por tu bien).
El pasado el 21 de julio se cumplieron 53 años de la primera pisada humana dejando su impronta sobre la superficie de la Luna. Neil Armstrong y Aldrin protagonizaron un momento irrepetible ante los ojos atónitos de 600 millones de espectadores. Para celebrar, una vez más, la hazaña que tuvo lugar en el Mar de la Tranquilidad, Buzz volvío a rememorar aquellos instantes en los que hizo historia junto a su Speedmaster de Omega, el primer reloj utilizado en la Luna.
Para cerrar el encuentro, Buzz posó para Omega con el Speedmaster 321, poseedor del mítico calibre usado en todas las misiones Apolo (de la 11ª a la 17ª) por su precisión y fiabilidad. ‘Fly me to the moon / Let me play among the stars…’.
Dos son los caminos para llegar a ser un excelentísimo señor embajador o embajadora. El primero obliga a estudiar una carrera universitaria, dominar idiomas a cascoporro y presentarse a la correspondiente convocatoria del Ministerio de Asuntos Exteriores para —una vez aprobada— pasar por una escuela diplomática en la que ponerse muy al día en cuestiones de política exterior, relaciones internacionales, funcionamiento de las altas instituciones del Estado y unos cuantos temarios cuquis más. Si superas todo esto, acabarás representando y negociando en nombre de tu país allí donde el destino te lleve. ¡Enhorabuena!
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