Foto exclusiva: la nueva vieja vida de Anne Igartiburu y Pablo Heras-Casado

Anne Igartiburu confirmaba la semana pasada personalmente a Vanitatis su separación del director de orquesta Pablo Heras-Casado.

Conocíamos la noticia a través de la revista Lecturas, que explicaba la ruptura. Tras seis años de matrimonio y un hijo en común, la pareja daba por finalizado su proyecto de vida juntos. No así la amistad y el cariño que les une. “Nos llevamos muy bien, nos queremos un montón, tenemos una familia y adelante”. Así se expresaba la presentadora de ‘Corazón’, que no ha modificado su vida más allá de lo que supone una separación amistosa.

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Paloma Barrientos

El padre del niño tiene la puerta abierta en la casa familiar. Cuentan los vecinos, que estuvo ayudando a despejar la entrada de la urbanización cuando cayó la gran nevada. Y es habitual ver a Heras-Casado por la zona del Teatro Real paseando con su pequeño o tomando un refresco en alguna de las terrazas cercanas a su domicilio, tal y como se les pudo ver el pasado 19 de enero.

En el aspecto económico tampoco habrá cambios. Cada uno tiene su casa en propiedad, medios de vida independientes y los suficientes recursos económicos para que no haya ningún contencioso en este aspecto.

En la variante personal sucede lo mismo. Por cuestiones laborales, la agenda de Pablo Heras-Casado es más complicada que la de Anne a la hora de la conciliación familiar. Director principal invitado del Teatro Real, este fue, tras los confinamientos, el primer teatro en abrir en el mundo el 1 de julio con la Traviata. Anne fue al estreno y como siempre quiso pasar desapercibida y no participó en el photocall.

El director es uno de los pocos profesionales que mantiene la programación habitual en el Real en estos momentos.

Se le considera uno de los directores jóvenes con más prestigio. Este reconocimiento requiere pasar tiempo fuera de casa. Como mínimo cada ópera supone aproximadamente un mes de ensayo y después el tiempo que la obra permanezca en cartel. “En este sentido ambos eran conscientes de lo complicado que podría resultar una relación con demasiadas ausencias físicas. Anne es muy madraza y aunque tiene ayuda en casa está muy pendiente de todo. Ha pasado la pandemia sola con lo que supone tener dos niños pequeños de 10 y 4 años a los que hay que atender, estar encima”.

En cuanto a su trabajo en “Corazón”, acude los viernes a Prado del Rey para grabar el programa que se emite el sábado. El domingo es en directo. “Es una mujer muy concienzuda. No es una presentadora de “paso a video”. Se prepara las entradillas y los temas que va a tratar. Hay poca gente que sabe que es licenciada en empresariales, una mujer muy culta, muy inteligente y sobre todo muy cariñosa. La gente que ha trabajado con ella cuando presentaba en TVE el programa de tarde, hace años, siempre habla bien del trato y el respeto a todo el mundo. Y ahora, con la pandemia, que no está la redacción al completo, se preocupa por preguntar cómo se encuentra la gente”, explican a Vanitatis.

Otro de los aspectos profesionales que compagina con su vida familiar y que le ha servido para saber administrar sus emociones y las ajenas es su trabajo como coach. Una dedicación que comenzó hace diez años. Imparte charlas presenciales, on line a empresas y su “ventana” (como ella denomina a sus conversaciones) en Instagram mantiene una media muy alta de participantes. Hay veces que supera los dos mil conectados.

Anne explicaba durante el confinamiento a Vanitatis que “Es una pasión y una vocación que tengo y llevo muchos años formándome”. Tiene los certificados por ICF (International Coaching Federation), PCC [Professional Certified Coach], que es el nivel superior. Explica que como coach “acompaño a personas en momentos delicados de su vida, desde la empatía, el acompañamiento, la escucha, y aplicando la búsqueda de los recursos que tenemos dentro para crear un escenario mejor”.

Aunque por discreción lo ha mantenido en secreto, fue y ha sido de gran ayuda para Ana Obregón ante la pérdida de su hijo Aless. El hecho de que fuera con ella con la que compartiera las campanadas fue decisivo para la actriz a la hora de comprometerse públicamente el último día del año.

Como cantaba Julio Iglesias, para Anne, la “vida sigue igual”, más allá de lo que supone que un proyecto de vida en común haya dado paso a una relación de pareja separada que se quiere y respeta.