Mariángeles Grajal, rota y arropada en el último adiós a Jaime Ostos en Écija
Las cenizas del extorero han sido llevadas hasta la parroquia de Santiago, donde ha recibido su último homenaje
Familiares y amigos de Jaime Ostos se han reunido este sábado en la localidad natal del extorero, Écija, para rendirle su último homenaje.
Las cenizas de Ostos han sido llevadas hasta la parroquia de Santiago, donde reposarán a los pies de un monumento que se ha alzado en su honor.
Una vez más, la tristeza de los suyos se ha dibujado en sus rostros. Abatida se ha mostrado su viuda, Mariángeles Grajal. A su lado, su inseparable hijo, Jacobo Ostos, uno de sus máximos apoyos en estos momentos tan difíciles.
Rostros serios también en las hijas de Ostos, Gisela, Gabriela, que ha portado las cenizas, y Aurora Díaz-Cano, quien, con una sonrisa nostálgica y de agradecimiento, ha recibido un ramo de flores en memoria de su padre.
El funeral ha comenzado con una liturgia al aire libre. Un sonido de piano ha roto el contenido silencio, un momento muy emotivo en el que Grajal no ha podido aguantar las lágrimas.
A pesar de la edad que tenía Ostos, 90 años, el fallecimiento de su marido supuso toda una sorpresa para Grajal. La muerte le llegó el pasado 8 de enero cuando se encontraba con ella de vacaciones navideñas en Colombia. Jaime Ostos y su mujer, Mariángeles Grajal, llegaron a Colombia el 30 de diciembre para pasar estas fechas con sus grandes amigos Ivette Uhia y el torero Gitanillo de América. Volaron desde Madrid a Bogotá y de ahí a Cartagena, donde permanecieron hasta después de Reyes. En esos días, Ostos se había mostrado con una vitalidad admirable. Alegre y optimista, protagonizó vídeos en los que se le veía bailando o exhibiéndose con el capote frente a sus amigos. Nada hacía pensar que pocos días después sufriría un infarto.
Grajal vivió días durísimos. A la tristeza por la muerte de su esposo se sumaron todos los trámites y la espera para la repatriación de las cenizas.
Este ha sido el tercer y último homenaje que ha recibido el extorero. El pasado jueves tuvo lugar un funeral en su honor en Madrid, en la iglesia de Santa Bárbara. José Ortega Cano, Ana María Aldón, Gloria Camila, Miguel Abellán, Nieves Herrero, Norma Duval, Fiona Ferrer, Esperanza Aguirre o Edmundo Arrocet fueron algunos de los rostros conocidos que quisieron asistir y arropar a la familia.
Al día siguiente, otro emotivo acto en la Maestranza de Sevilla conmovía a todos los que lo quisieron y admiraron. Tras esta última vuelta al ruedo de los restos del torero, se organizó una despedida en la Capilla del Baratillo. Ahora, Ostos ya descansa, definitivamente, en el lugar que lo vio nacer.
En 1956 tomó la alternativa en Zaragoza y vivió su época dorada como torero en los años 60 y 70. Sus polémicas familiares y su fuerte carácter lo convirtieron en titular de la prensa del corazón en numerosas ocasiones. Sonados fueron los distanciamientos que vivió con algunos de sus hijos. Atrás quedaron, hace tiempo, los desencuentros familiares. La muerte de Ostos ha permitido ver la imagen de una familia unida. Los cuatro hijos y la viuda del torero se han arropado unos a otros ante su pérdida.
Familiares y amigos de Jaime Ostos se han reunido este sábado en la localidad natal del extorero, Écija, para rendirle su último homenaje.
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