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Joana Biarnés, la mujer que fotografió a los Beatles y desapareció misteriosamente de la profesión
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MUJERES INFLUYENTES

Joana Biarnés, la mujer que fotografió a los Beatles y desapareció misteriosamente de la profesión

Fue una de las fotógrafas más importantes de los años 60 y 70 en España y por su foco pasaron famosos como Massiel, Tita Thyssen y Raphael. Una exposición en Madrid recoge su historia

Foto: Joana Biarnés, durante las sesiones de edición de su primer libro antológico. Terrassa 2017. (© Joana Biarnés/Photographic Social Vision) 
Joana Biarnés, durante las sesiones de edición de su primer libro antológico. Terrassa 2017. (© Joana Biarnés/Photographic Social Vision) 

Joana Biarnés fue una mujer de armas tomar. O más bien, 'de cámara tomar'. La prueba es la exposición 'Madrid/Moda a pie de calle', que puede verse hasta el 23 de julio en la Sala Canal de Isabel II y que repasa la vida de esta mujer enérgica y rompedora que falleció en 2018 a los 83 años por un fuerte resfriado tras un viaje en tren. La existencia de Joana fue tan intensa que vivió dos vidas en una. Empecemos por la primera.

Hija del fotógrafo deportivo Joan Biarnés y su esposa, Roser Florensa, empezó en la fotografía para impresionar a su padre y terminó convertida en la primera mujer dedicada al fotoperiodismo en España. A Biarnés nada le frenaba: fue durante nueve años la fotógrafa oficial de Raphael, se coló en una habitación de hotel para retratar a los Beatles y recorrió París con Massiel en busca del vestido que la artista lució en Eurovisión. No solo le interesaba el glamour. En 1962 inmortalizó los desastres ocasionados por la riada del Vallés, la mayor catástrofe hidrológica de España, que provocó un millar de muertos. Un trabajo que la conmocionó y reafirmó a partes iguales: "La tragedia me tocó profundamente. A partir de entonces pensé: 'Ya puedo aguantar muchísimas cosas'", contaba en un documental biográfico que se rodó en 2015. Iba encaminada a convertirse en uno de los grandes nombres de la fotografía. Pero un buen día, cansada del giro que estaba tomando la profesión, desapareció.

placeholder Pilar Bardem, en su etapa de maniquí, con un modelo de los modistas Vargas Ochagavia. Madrid, 1962 (© Joana Biarnés/Photographic Social Vision)
Pilar Bardem, en su etapa de maniquí, con un modelo de los modistas Vargas Ochagavia. Madrid, 1962 (© Joana Biarnés/Photographic Social Vision)

Antes recorrió un camino que no fue fácil: "Niña, esto es un trabajo de hombres", le advertían a una jovencísima Biarnés cuando la veían armada con su cámara. Empezó acompañando a su padre a hacer fotos en los partidos de fútbol y cuando se instaló por primera vez en el campo, la grada empezó a rugir: "¡Vete a fregar platos! ¿Buscas novio?". Era un presagio de lo que le esperaba. Tras estudiar en la Escuela Oficial de Periodismo de Barcelona, entró en la redacción del periódico 'Pueblo' con el apoyo de su director, Emilio Romero, aunque tuvo que aguantar alguna mirada de soslayo. "Poco después conoció al hombre que se convirtió en su marido, el corresponsal de 'Paris Match' en Barcelona, Jean Michel Bamberger, un francés alto y corpulento que trabajaba en la SER y con quien se mantuvo unida hasta su muerte. La pareja no tuvo hijos.

"En un reportaje siempre tiene que haber ‘LA’ foto", le decía a Joana su padre. Buscar una instantánea diferente fue siempre su motor, algo que puso en práctica cuando los Beatles vinieron a tocar a España en 1965. "Me fui a la recepción del hotel Avenida Palace y me dijeron: 'Olvídate. Está todo muy controlado. Hay un guardaespaldas en la puerta del ascensor'". Pero Joana no se rindió. Visualizó el montacargas, que estaba despejado, y sigilosa subió al piso donde se hospedaban los músicos. Llamó a su puerta y le abrió Ringo Starr: "I take one picture only, please…", le imploró la joven con mirada de súplica.

placeholder Marisol, en una sesión de moda en los alrededores de Madrid en 1967. (© Joana Biarnés/Photographic Social Vision)
Marisol, en una sesión de moda en los alrededores de Madrid en 1967. (© Joana Biarnés/Photographic Social Vision)

"Les hizo tanta gracia mi insistencia que me dejaron pasar. Estuve tres horas con ellos". Joana no se lo creía. No solo tenía ‘LA’ foto, tenía ‘EL’ reportaje. Su frustración vino después, cuando llegó entusiasmada con el material exclusivo a la redacción y el director decidió no publicar nada: había orden de no dar más publicidad a esos melenudos que venían a revolucionar el orden (franquista) establecido.

No fueron los únicos famosos que Joana conoció de cerca. Por su cámara y su mesa pasaron muchas de las personalidades de la época, que confiaban en Joana porque ella nunca revelaba sus secretos. Entre sus fotos se cuela una joven Tita Cervera haciéndose pruebas de tocado para su boda con el actor Lex Barker, una jovencísima Carmen Martínez Bordiú de 16 años asistiendo como público a un desfile de moda con su madre, Carmen Franco y su abuela Carmen Polo, o a Massiel, retratada en París, a donde ella y Joana acudieron en busca del vestido de flores que la cantante lució en Eurovisión. Por su objetivo también pasaron Jackie Kennedy, Orson Welles, Luis Buñuel, Camilo José Cela, Julio Iglesias, los Bosé, Marisol, Carmen Sevilla y el príncipe Felipe y las infantas de niños

placeholder Massiel, en la maison de André Courrèges con el traje que compraría para el Festival de Eurovisión. París, mayo de 1968. (© Joana Biarnés/Photographic Social Vision)
Massiel, en la maison de André Courrèges con el traje que compraría para el Festival de Eurovisión. París, mayo de 1968. (© Joana Biarnés/Photographic Social Vision)

Fue pionera en sacar la fotografía de moda a la calle, como muestra precisamente la exposición de Canal, que se centra en las originales editoriales que Joana realizaba para 'Pueblo' y que consistían en vestir a una modelo a la última y retratarla en lugares comunes como una obra (con su respectiva grúa), saltando una zanja o caminando por una avenida mientras un grupo de hombres la devoraba con la mirada.

Volver a empezar

Hubo sin embargo un punto de inflexión en su trayectoria que le hizo replantearse su profesión y, por ende, su vida. Ocurrió en los años 80, cuando la prensa del corazón empezó a abrirse irrefrenablemente camino y los paparazzi comenzaron a proliferar. Aunque Joana era una fotógrafa considerada que trabajaba para muchas revistas e incluso había abierto su propia agencia en 1975, un día llegó a la redacción de una revista del corazón con un reportaje de corte social sobre un hombre que se había curado de un cáncer de garganta. El director la miró fijamente y le dijo: "Esto no vende, nena". Y a continuación le enseñó unas fotos de Lola Flores y sus hijas vestidas de Reyes Magos con la cara pintada de negro –un blackface en toda regla que hoy sería impensable– y añadió: "Esto es lo que queremos". Joana se fue a su casa llorando.

Pero las lágrimas le duraron poco a esta mujer intrépida y valiente, que decidió reinventarse tras asumir el nuevo rumbo que tomaba una profesión a la que sentía que ya no pertenecía. Y aquí empieza la segunda vida de Joana Biarnés. En 1985 ella y su marido habían comprado una casa de payés en Ibiza para pasar las vacaciones y acoger a todo aquel que estuviera de paso por la isla. Las puertas de Casa Juanita estaban siempre abiertas. Además de hacer fotos, Joana tenía otra pasión: la cocina. Y eso es lo que hacía para todo el que pasaba por allí: reunir a sus amigos en torno a una mesa llena de abundantes y suculentos platos. Allí se reunían todos: famosos y anónimos; amigos y desconocidos; locales y extranjeros. Nadie quería perderse esas mágicas e interminables veladas.

placeholder Carmen Martínez Bordiú, con su madre y su abuela, Carmen Polo Franco, durante un desfile en la sastrería Sánchez Rubio. Madrid, 1967. (© Joana Biarnés/Photographic Social Vision)
Carmen Martínez Bordiú, con su madre y su abuela, Carmen Polo Franco, durante un desfile en la sastrería Sánchez Rubio. Madrid, 1967. (© Joana Biarnés/Photographic Social Vision)

Y lo que empezó como una diversión se convirtió insospechadamente en una segunda profesión: tras madurarlo, el matrimonio decidió abrir Ca Na Joana, un restaurante con producto de kilómetro cero –cuando ni siquiera existía ese concepto– al que acudían comensales de la talla de Juan Mari Arzak, que antes de cenar se pasaba a saludar a la cocina y después se tiraba hasta las tres de la mañana bebiendo gin tonics con Joana.

Hubo que esperar a 2012 para que la primera vida de Joana –en forma de 80.000 negativos esperando inertes en varias cajas– fuera rescatada y devuelta a la luz. Y fue gracias al 50º aniversario de aquella trágica riada que trajo tanta muerte y que, paradójicamente, devolvió sus fotos y su primera profesión a la vida. Desde entonces se ha recuperado su archivo y reivindicado su figura. La obra de esta mujer nunca volverá a languidecer en un cajón.

Joana Biarnés fue una mujer de armas tomar. O más bien, 'de cámara tomar'. La prueba es la exposición 'Madrid/Moda a pie de calle', que puede verse hasta el 23 de julio en la Sala Canal de Isabel II y que repasa la vida de esta mujer enérgica y rompedora que falleció en 2018 a los 83 años por un fuerte resfriado tras un viaje en tren. La existencia de Joana fue tan intensa que vivió dos vidas en una. Empecemos por la primera.

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