El lado más íntimo de Joana Pastrana: de su discreta vida personal a su profesión soñada fuera del boxeo

Nacida en Madrid el 29 de septiembre de 1990, Joana Pastrana fue la primera mujer de la historia en ganar el Campeonato de España de boxeo de peso mínimo en 2016, título que revalidó en tres ocasiones más, además de ganar un Mundial, hasta su retirada en junio de 2021.

Ahora, la exboxeadora tiene su propio gimnasio y, como ella misma afirma, “hago lo que me da la gana”. Como participar, como capitana, en la nueva apuesta de Televisión Española, el programa de supervivencia extrema ‘El conquistador’.

Aficionada a la fotografía y a la equitación, y amante de los animales, Joana Pastrana asegura que durante su época de boxeadora tuvo que sacrificarse mucho para ser la mejor en lo suyo. “Mi carrera ha durado nueve años. Empecé a los 21 y me retiré a los 30. Mis amigas han ido formando familia en esos años, y para mí mi vida se ha paralizado. Ahora paro y digo: ‘Ostras, lo que me he perdido’, pero yo sabía lo que quería y lo que me iba a costar conseguirlo”, explicaba en el programa de YouTube ‘Estirando el chicle’. “Ahora tengo libertad y hago lo que me da la gana y no he podido hacer”, asegura.

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“Yo soy una chica normal, claro que lo soy”, aseguraba en una entrevista en ‘El Mundo’ en 2017. “Hago la compra, voy al cine, visto de Bershka o H&M, salgo a tomar una Coca-Cola y hablo de niños con mis amigas embarazadas. Pero cuando me tumbo en el sofá, en lugar de ver series de televisión, me pongo peleas”, confesaba. Lo que más odia, según explicaba en la misma entrevista, es “que me toquen el pelo”.

Valiente y directa, como requiere su antigua profesión, aunque no es muy dada a hablar de su vida personal, no se corta a la hora de admitir su homosexualidad. En una entrevista con José Ramón de la Morena, en Onda Cero, tras ganar el Mundial en 2017, el periodista le preguntaba: “Y novio, ¿no tenemos todavía, no?”. A lo que ella respondía, con total naturalidad: “Sí, tenemos una, una novia”. “¡Una novia! ¿Y qué tal?”, le preguntaba De la Morena. “Está eufórica, contentísima”, respondía Joana Pastrana. Aunque es muy discreta sobre sus parejas, sin saberse de forma pública si actualmente tiene una relación sentimental o no.

Desde los 16 años, y antes de ser boxeadora, fue camarera en una taberna andaluza, aunque desde pequeña quería ser policía. En la misma entrevista confesaba que su primera bofetada se la dio su madre, “y me la merecía”, reconoce. Una madre que trabaja como controladora del servicio de estacionamiento de Madrid, se llama Francisca, y que cuando su hija tenía un combate la animaba en el vestuario y antes de que Joana Pastrana saliera al ring, salía del lugar del combate y se ponía los auriculares con música hasta el final. Nunca ha podido ver una pelea de su hija.

Joana Pastrana creció en el barrio madrileño de Pan Bendito, con sus padres, Francisca y Miguel Ángel, ebanista, y su hermana. Allí vivió hasta los once años, momento en que sus padres decidieron mudarse a un pueblo de la sierra, Lozoyuela.

“Huyo de las movidas y de las peleas, no me gusta discutir, ya he gastado demasiada energía en el ring”, aseguraba en ‘Estirando el chicle’. “En mi vida diaria soy muy pacífica y tranquila -añadía-, aunque si doy una hostia con sentido y razón me voy a dormir tranquila”, aclaraba. “Eso de lo importante es participar es el consuelo del perdedor”, sentencia.