Los arroces de otoño de Marina Ventura
El restaurante Marina Ventura es uno de los clásicos (14 años) cuando hablamos de arroces en Madrid. Ahora en otoño incorpora nuevas e interesantes recetas
Nada más céntrico que el barrio de Las Letras, y nada más acogedor que el comedor de este restaurante con una agradable decoración que actualiza sus catorce años de historia en el barrio de Las Letras. Marina Ventura, o Patricia Fernández, hija de un cocinero asturiano, vivió su infancia entre los fogones familiares, tiempo que empleó para asimilar conocimientos, fondos y salsas que dan sustancia a los platos, elemento fundamental para dar sabor a uno de los bocados que hoy caracterizan su cocina: los arroces. Arroces secos, melosos y caldosos cuyos granos se empapan de la sustancia potente e intensa de los caldos con que cuecen este cereal.
Una cocina en la que también hay lugar para buenas carnes y pescados; en definitiva, buen producto en una carta representada por platos como los chanquetes sobre pimientos asados y huevos, o las recién llegadas a la carta sardinas ahumadas sobre tomate concassé, aceitunas kalamata y lascas de Idiazabal; frente a platos principales como el bacalao con rösti de patata o el lomo de lubina salvaje con chalotas, piñones y trigueros.
En esta época del año se han incorporado a su ya amplia carta de arroces -14 diferentes- nuevas versiones en las que se hacen protagonistas las setas, la caza, los mariscos o las verduras de temporada. Así, destacan el arroz con boletus y espárragos trigueros, el que hacen con pulpo, que también incluye langostinos, rape y boletus, otro refinado e intenso con pato y setas, aderezado con aceite de trufa, un arroz a banda con marisco a la plancha, otro con carabineros y almejas, y uno de los más demandados: el de centolla o de bogavante. Entre los arroces caldosos, el que lleva el nombre de la casa: arroz Marina Ventura, con bogavante, rape, gambas, sepia y un toque de picante. De entre los postres: el crujiente de manzana caramelizada con helado de vainilla y toffee, y de colofón, un gin-tonic.
Nada más céntrico que el barrio de Las Letras, y nada más acogedor que el comedor de este restaurante con una agradable decoración que actualiza sus catorce años de historia en el barrio de Las Letras. Marina Ventura, o Patricia Fernández, hija de un cocinero asturiano, vivió su infancia entre los fogones familiares, tiempo que empleó para asimilar conocimientos, fondos y salsas que dan sustancia a los platos, elemento fundamental para dar sabor a uno de los bocados que hoy caracterizan su cocina: los arroces. Arroces secos, melosos y caldosos cuyos granos se empapan de la sustancia potente e intensa de los caldos con que cuecen este cereal.