El vestido de novia de Andrea: mangas abullonadas, pamela y sandalias negras con plataforma

Mucho antes de que Santiago pidiera su mano, Andrea ya sabía cómo quería que fuese su vestido de novia. La gran pregunta llegó el 1 de julio de 2021, justo cuando la pareja cumplía su cuarto aniversario de novios. "Por sorpresa, colocó la alianza en una buganvilla que teníamos en la terraza y me llamó para que viese cómo había florecido. Lo que no me esperaba para nada era una pedida tan bonita. Sin dudarlo le dije que sí", confiesa esta peluquera asturiana.

Organizaron su boda con tiempo más que suficiente: dos años después de aquella idílica petición de mano. ¿El motivo? El nuevo salón de belleza que la novia estaba construyendo y tenían previsto inaugurar. Bajo el nombre de Andrea Estilistas, "empezamos con las obras en un espacio más grande y decidimos que 2023, también el 1 de julio, sábado y una fecha especial en nuestra historia, sería el día idóneo para celebrar el enlace". Así fue. Ayudados por la wedding planner Marta Quintero, de Vintage Bodas, construyeron la boda de sus sueños.

Como epicentro de las celebraciones, el Palacio Conde de Toreno. Allí, a las 13:00 horas, tuvo lugar la ceremonia religiosa dentro de la capilla que alberga la finca y, acto seguido, el banquete y la fiesta. Ubicado en Salas, un concejo del Principado de Asturias, situado en el centro de la región, sirvió también como lugar para que Andrea, acompañada de su familia, se pusiera a punto para pronunciar el 'sí, quiero'. "Tuve al lado a mis padres y mis tres hermanas", recuerda Andrea.

A pesar de ser dueña de una peluquería y experta en estilismo, la novia decidió ponerse en manos de otras mujeres para su 'beauty look'. "Quería desconectar, disfrutar y que tanto mis hermanas como el resto de mujeres del equipo disfrutasen y desconectasen también. Me peinó una amiga, Barbareando, y me maquilló Reyes Tabares".

El lookazo de la novia corrió a cargo de Lucia Incera, una joven diseñadora con taller en Oviedo especializada en vestidos de novia. "Tenía una idea clarísima, mangas superabullonadas, ¡me encantan! Cuando daba una vuelta por las redes sociales en busca de inspiración de atuendos para bodas, no paraban de aparecerme vestidos de todo tipo, pero mi idea estaba plasmada en mi cabeza y fui creando junto con Lucia el estilismo".

Al detalle imprescindible de portar unas mangas descomunales, se sumó otro rasgo: "Quería dos piezas. Un primer impacto con una sobrecamisa rematada con cola, y después, un traje con escote corazón y un cinturón. El resto del diseño fue cosa de Lucia".

Andrea logró de la mano de la creadora su outfit nupcial soñado. Un vestido desmontable conformado por dos prendas. En la capa superior, una especie de abrigo con cuello solapas, mangas globo en tamaño XXL, cierre frontal con un único botón y, para concluir, una gran cola. Debajo se ocultaba el vestido de novia propiamente dicho. Un elegante escote, abertura frontal en la falda y largo a ras de suelo.

Los complementos jugaron un papel determinante en el éxito final del look de Andrea: "Quería que tuviesen mucho protagonismo", confiesa. Así, se atrevió a lucir pamela. Clásica y con velo de rejilla, el modelo fue ideado por Emea Atelier en exclusiva para la novia.

El negro sí o sí debía estar presente en el calzado y Andrea se enamoró al instante de las sandalias con plataforma de Miu Miu que calzó aquel día.

Más accesorios, el ramo. "Decidirme por el ramo me costó un poco más; de hecho, lo escogí la última semana antes de la boda. Al principio quería hortensias granates, pero después con el volumen de la manga y dejándome aconsejar por la floristería, las descartamos. La segunda opción era un ramo de calas y cuando fui a verlo, no me gustó. Entonces fue cuando en Leymar Floristas me enseñaron un ramo de muestra que tenían para otra novia con peonías blancas y supe que era lo que me pegaba. Añadí un lazo negro a juego con los zapatos y la medalla que mi amiga Tefi me regaló el día de su enlace", explica la novia.

Convertidos en marido y mujer, dieron comienzo los festejos en las inmediaciones del Palacio Conde de Toreno. El catering del banquete lo sirvió Gastronomía Regueiro.

"Todo el mundo te dice que ese día pasa volando y reconozco que fue así. Siempre imaginé casándome de mañana para poder disfrutar todo el día, y el balance final fue vivir un auténtico fiestón". Como recuerdo inolvidable, Andrea señala "el momento de entrar al comedor, sin duda, uno de los mejores junto a las personas que queremos y que nos quieren".

Los obsequios con los que, precisamente, sorprendieron a algunos de sus invitados fueron protagonistas. "Decidimos regalarles un ramo a mis hermanas y todos nos pusimos a llorar. Por desgracia, Santi había perdido a su hermana hacía poco más de un año, entonces fue un momento muy emotivo, al igual que cuando se lo dimos a nuestras madres. Para el resto, decidimos hacer una donación a la asociación Alarde, una fundación que dedica sus esfuerzos a mejorar la vida de personas con discapacidad, y les entregamos el cheque".

Como consejo para futuras novias, Andrea nos dice: "Que sean ellas en todo momento y que se dejen aconsejar por los expertos. Es importante que disfruten de todos los preparativos y, por supuesto, del pedazo de día que les espera junto a sus seres queridos".