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La boda de Rebeca en Valladolid y su vestido de novia elegante fabricado con un tejido rústico
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La boda de Rebeca en Valladolid y su vestido de novia elegante fabricado con un tejido rústico

Rebeca y Pablo se casaron el pasado otoño en Valladolid, la ciudad natal de la novia, en un precioso enlace con el vestido de ella como estrella

Foto: El vestido de novia de Rebeca. (Días de vino y rosas)
El vestido de novia de Rebeca. (Días de vino y rosas)

Madrid cruzó los caminos de Pablo y Rebeca cuando ambos tenían 18 años. Ella, de Valladolid, y él, de A Coruña, se trasladaron hasta la capital para comenzar sus carreras universitarias. Los dos odontólogos terminaron por ser inseparables.

Cuando su noviazgo iba a celebrar su 14º aniversario, Pablo le hizo la gran pregunta a Rebeca. La petición de mano fue durante un viaje que la pareja realizó a Costa Rica, ella dijo sí y ahí comenzó el proyecto de sus vidas: organizar una boda.

placeholder Rebeca, el día de su boda. (Días de vino y rosas)
Rebeca, el día de su boda. (Días de vino y rosas)

Para darse el 'sí, quiero', Rebeca y Pablo escogieron la ciudad natal de la novia como epicentro de las celebraciones. Elegido el enclave, fijaron su gran día el sábado 14 de octubre de 2023. Las invitaciones fueron un diseño de Lacoma.

Dividida en dos actos, primero, una ceremonia religiosa en El Salvador, un templo estilo gótico situado en Simancas, un pueblo muy cercano a la capital de Castilla y León, y después, convite y fiesta en el Lago de Maito, un antiguo terreno de labranza que sus dueños transformaron en un impresionante espacio con un lago y un campo de golf por el que pasean libremente los patos que ya son parte indispensable de su paisaje.

placeholder El vestido de novia de Rebeca. (Días de vino y rosas)
El vestido de novia de Rebeca. (Días de vino y rosas)

La creadora de su vestido de novia también sería local: Ana, diseñadora de la firma Larriba, daría forma y vida al traje de sus sueños. "Tenía claro que quería hacérmelo con Ana, me encanta todo lo que hace y la sigo desde hace mucho tiempo", confiesa la novia.

El taller vallisoletano capitaneado por Ana cogería esta pequeña idea como base: "Sabía que quería un vestido sencillo mezclando tejidos, pero no tenía una idea clara. Estaba un poco perdida, pero al mismo tiempo tranquila porque sabía que podía confiar en ella".

placeholder Los zapatos de novia de Rebeca. (Días de vino y rosas)
Los zapatos de novia de Rebeca. (Días de vino y rosas)

Tras la determinante y segura elección de Rebeca, comenzó el proceso de creación de su vestido de novia. Muy elegante y fabricado en un tejido rústico, Larriba dio en el clavo e ideó un atuendo nupcial fiel a la personalidad de la odontóloga.

placeholder El vestido de novia de Rebeca. (Días de vino y rosas)
El vestido de novia de Rebeca. (Días de vino y rosas)

Ana, la fundadora de la marca, nos lo cuenta: "Larriba creó para ella un vestido en tejido rústico de lino y crepé satén con escote barco amplio y detalles deshilachados. Al tener lugar la boda al principio de otoño, la novia optó por una manga tres cuartos en un lino que simulaba vainicas, con el que se hicieron los detalles de las mangas y cintura. La falda de silueta recta tenía una pequeña cola".

Especial y diferente, Rebeca logró llevar el día de su boda un vestido que era incluso mejor de lo que había imaginado.

placeholder El vestido de novia de Rebeca. (Días de vino y rosas)
El vestido de novia de Rebeca. (Días de vino y rosas)

Del taller de la marca salió también el velo que remató la puesta en escena de la novia. "Era un velo rústico de seda hecho en telar manual", explica la diseñadora.

Si hablamos de accesorios, las joyas, los zapatos y el ramo completaron el círculo. "En la ceremonia religiosa llevé unos pendientes antiguos con mucho significado para mí, así como el anillo de pedida que Pablo le regaló el día que pidió su mano".

placeholder La boda de Rebeca. (Días de vino y rosas)
La boda de Rebeca. (Días de vino y rosas)

En su joyero nupcial aguardan otro par de pendientes más. Para la fiesta, cambió esas piezas vintage por unos originales pendientes de porcelana en forma de flor de Aca Cerezo. "Los creamos desde cero, fue un proceso precioso. Finalmente, nos decantamos por la una margarita típica de Canarias, como guiño a la familia materna de Pablo", detalla Rebeca.

Lo mismo con el calzado, tenía dos pares preparados. Los primeros, los que llevó para desfilar camino al altar al encuentro de Pablo, eran de Flordeasoka. Regalo de Mar, ambas amigas de la universidad, escogió las sandalias Avellana. Decoradas con tiras beis trenzadas en la pala, tacón en bloque muy cómodo y fabricadas artesanalmente 100% en España, es su color avellana el que hace de ellas un modelo muy versátil.

placeholder La boda de Rebeca. (Días de vino y rosas)
La boda de Rebeca. (Días de vino y rosas)

"En la fiesta me cambié los zapatos por unas alpargatas de Castañer, regalo de Clarita, una de mis mejores amigas de Valladolid", cuenta Rebeca.

El ramo de novia cierra el apartado de los complementos: "Quería que fuera sencillo y con una única flor. Boyka me entendió desde el primer momento y me ayudó mucho en la decisión. La flor que escogimos fue Delphinium".

placeholder El vestido de novia de Rebeca. (Días de vino y rosas)
El vestido de novia de Rebeca. (Días de vino y rosas)

Además de componer el ramo de la novia, Boyka también fue la encargada de la decoración de la iglesia, mesas y 'seating plan'.

El día había llegado y era el momento de la puesta a punto. "Durante los preparativos en casa, llevé una bata y un camisón de Namur, regalo de mi amiga Gabriela", especifica la odontóloga.

placeholder Rebeca y sus amigas. (Días de vino y rosas)
Rebeca y sus amigas. (Días de vino y rosas)

"Me maquilló Lena Valladares, era algo que tenía claro desde el principio. La sigo en Instagram y me encanta todo lo que hace. Me peinaron mis peluqueras de toda la vida, solo confío en ellas", explica con rotundidad.

Pausa para hablar del look del novio. Pablo lo dejó en manos del sastre coruñés Juanjo Rig. Un chaqué de lana merino gris con un chaleco de lino verde eucalipto y gemelos personalizados de la joyería Tremiño.

placeholder La boda de Rebeca. (Días de vino y rosas)
La boda de Rebeca. (Días de vino y rosas)

Del brazo de su padre y padrino, Rebeca comenzó el paseíllo dentro de la iglesia hasta llegar al altar. "La entrada a la iglesia fue el momento más emocionante para mí. El sacerdote es una persona maravillosa, cercana y con mucho sentido del humor. Convirtió la ceremonia religiosa en algo entrañable", recuerda.

Sin embargo, es difícil no tener en mente otros instantes de la boda. "Todos los momentos de ese día los recuerdo con gran emoción. La ternura de mis padres, mi hermano Pablo y María, embarazada de mi preciosa sobrina Pilar".

placeholder La boda de Rebeca. (Días de vino y rosas)
La boda de Rebeca. (Días de vino y rosas)

El reportaje fotográfico recayó en el objetivo de Días de vino y rosas, uno de los equipos más solicitados por los novios.

Ya en el Lago de Maito convertidos en marido y mujer, comenzaron las celebraciones. De la comida se hizo cargo Los Zagales y añadieron en el cóctel un pulpero de Melide como guiño a los orígenes del novio.

placeholder Los pendientes de Rebeca. (Días de vino y rosas)
Los pendientes de Rebeca. (Días de vino y rosas)

El grupo El Templo del Morbo animó a todo el mundo después de la comida y la fiesta estuvo a cargo del DJ Félix Villada. "Ya lo conocíamos y estábamos muy tranquilos de tenerle a él, fue otro de los grandes aciertos".

Madrid cruzó los caminos de Pablo y Rebeca cuando ambos tenían 18 años. Ella, de Valladolid, y él, de A Coruña, se trasladaron hasta la capital para comenzar sus carreras universitarias. Los dos odontólogos terminaron por ser inseparables.

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