La boda de Marta, hija de Javier Arenas, en Sevilla: del vestido de la novia a los invitados de la jet set andaluza

Javier Arenas, actual portavoz adjunto del Partido Popular en el Senado y uno de los históricos dirigentes de la formación hoy liderada por Alberto Núñez Feijóo, y su mujer, la abogada Macarena Olivencia, han vivido un día para el recuerdo: la boda de su primogénita. Marta Arenas Olivencia, de 32 años, se ha casado con su novio y prometido, Marco González Castellanos, hijo de la empresaria de moda, Cuqui Castellanos, en un enlace que ha reunido a miembros destacados de la sociedad andaluza.

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R. R.

Tal y como ha podido confirmar Vanitatis en exclusiva, la ceremonia religiosa, marcada para el medio día, se ha celebrado en uno de los templos con más historia y solera de la ciudad, la Real Parroquia de Santa María Magdalena. Hasta allí se han desplazado representantes del mundo de la política, de la alta sociedad sevillana y de la industria de la moda para acompañar a la pareja, así como a sus familias directas.

Marta Arenas es la primera hija del matrimonio formado por Javier Arenas y Macarena Olivencia. Sus padres, el político del Partido Popular y la abogada del despacho Cuatrecasas e hija del también letrado Manuel Olivencia, fallecido en 2018, se casaron el 10 de diciembre de 1991 en el Altar Mayor de la Catedral de Sevilla. 33 años de matrimonio y una vida personal y profesional marcada por la carrera política del sevillano. Cabe recordar que Arenas llegó a ocupar los cargos de Vicepresidente segundo del Gobierno de España y Ministro de la Presidencia, Justicia y Relaciones con las Cortes de España, durante 2003 y 2004, con José María Aznar como Presidente. A pesar de ello, el matrimonio y sus tres hijos, se han distinguido por llevar una vida discreta alejada de los focos.

Nacida en 1992, hoy, con 32 años, Marta es la mayor. Por detrás están sus dos hermanos varones, Javier, de 30 años y abogado en el despacho Squire Patton Boggs de Madrid, y Carlos, de 20 años y estudiante en CUNEF. Después de cursar sus estudios en Ciencias Políticas y Administración en la Universidad Pablo de Olavide de Sevilla, y Comunicación Corporativa, Relaciones Públicas e Institucionales en la Universidad Rey Juan Carlos en Madrid, la hija de Javier Arenas se especializó en el mundo de los eventos y en la actualidad trabaja como responsable de relaciones públicas y eventos en el hotel Unuk de 5 estrellas.

El novio, Marco González Castellanos, es hijo de Cuqui Castellanos, una conocida empresaria del mundo de la moda. Con una tienda ubicada en la calle Rosario, 8, en el casco antiguo de Sevilla, a su templo fashionista se acercan asiduamente referentes de estilo como Casilda Ybarra, experta en arte y mujer de Miguel Báez, 'El Litri', o la modelo Inés Sastre. Marco, licenciado en Marketing, es además empresario y uno de los fundadores de la firma Rumba Socks especializada en calcetines.

La madrina ha elegido un vestido rosa empolvado, con manga francesa abullonada, cuello cerrado de Antonio García, que ha complementado con guantes largos y zapatos de punta del mismo tono, así como con un lazo negro XXL para adornar su peinado recogido.

Puntual y acompañada de su padre y padrino, Javier Arenas, la novia se ha bajado del coche en las inmediaciones de la Real Parroquia de Santa María Magdalena. De estilo barroco, fue proyectada por Leonardo de Figueroa y levantada entre finales del siglo XVII y comienzos del siglo XVIII. Ubicada en la calle San Pablo 12, en el casco antiguo de Sevilla, muy cerca del Museo de Bellas Artes, este templo ha acogido la ceremonia religiosa que ha convertido a Marta y Marco en matrimonio.

Destacando en estilo, entre las invitadas, Manuela Villena, mujer de Juan Manuel Moreno Bonilla, presidente de la Junta de Andalucía y ausente en el enlace, al encontrarse inmerso en labores de campo a consecuencia de la DANA que esta semana ha afectado a la provincia de Málaga.

Como en toda boda, la atención se ha centrado en el look de la novia. Para entonar el 'sí, quiero', Marta Arenas ha llevado un vestido de novia clásico con escote en pico, manga larga y falda en línea A con cola. Decorando tanto los puños y la cintura, un panel a contraste en color blanco roto con acabado plisado. Un modelo fabricado en crepe de color blanco con estructura que mantiene a raya el dress code nupcial.

En cuanto a los complementos, un velo de tul brotando del recogido, una coleta con ondas y un pequeño tocado de flores naturales, y ramo silvestre muy corpulento con flores naranjas y granates, y una cinta de raso en ese tono.