Vestidos de novia marcados por grandes volúmenes que juegan con las texturas: la nueva colección de Romancera

Parece que Inés Ybarra, la polifacética artista hija de Enrique Ybarra, expresidente de la Fundación Vocento, le ha cogido el gusto a vestirse de novia. Si hace unos días desfiló enfundada en un traje nupcial para el diseñador holandés Jan Taminiau, uno de los preferidos de Máxima de Holanda, ahora protagonizada la nueva campaña de Romancera, la firma de novias fundada por Tamara Vázquez. A punto de cumplir seis meses de su boda con Jaime Ardid Martínez-Bordiú, hijo mediano de Mariola Martínez-Bordiú y Rafael Ardid Villoslada, y, por tanto, bisnieto de Franco, Ybarra vuelve a vestirse de novia.

El día de su boda, el pasado 28 de septiembre de 2024, Inés Ybarra, fue fiel a su estilo, decantándose por un minimalista conjunto de dos piezas. Conformado por una capa y un vestido de escote palabra de honor satinado, culminó su look nupcial con un choker vintage. El enlace entre Jaime e Inés tuvo lugar en la casa familiar del siglo XII ubicada en Segovia y se desarrolló bajo la más estricta intimidad.

Como modelo, la fotógrafa, directora creativa y diseñadora, se ha enfundado en dos de los nuevos trajes de Romancera. Resulta que Tamara Vázquez, la directora creativa de la marca, siempre ha admirado el estilo personal de Ybarra y elegirla como imagen de su campaña ha sido el resultado de un proceso natural.

Profundizando en la esencia de su marca y reinterpretando el equilibrio entre el romanticismo atemporal y la vanguardia estética, la nueva campaña fotografiada por Valentina Lekuona es Romancera en estado puro. “Hacemos vestidos que buscan crear emociones e inspirar belleza. La moda para mí es una forma de sueño”, dice Tamara Vázquez. “La firma madrileña apela a la honestidad y a la intuición a la hora de abrir caminos en la moda y mantiene su apuesta por la creatividad y la excelencia como camino innegociable”, señalan.

El escenario elegido para capturar a Ybarra como modelo es la casa del artista Jorge Parra, ubicada en Aranjuez. En palabras de la firma, “enmarca la propuesta y representa a la perfección, lo que significa la elegancia atemporal y el respeto por las tradiciones”. Para Vázquez, “Inés Ybarra es la mezcla de sobriedad y delicadeza que necesitan sus diseños, además de poseer una belleza única y sin artificios”.

Aunque Inés solo posa con dos, en la nueva colección de la firma nupcial se esconden vestidos marcados por grandes volúmenes y texturas que aportan una gran carga dramática y que se funden a la perfección con la sobriedad y sencillez de la piel al descubierto. “El proceso creativo es un viaje y hay que estar dispuesto a dejarse llevar, ahí es donde se encuentra la verdadera magia”, argumenta la directora y diseñadora.

Un paso más en la construcción de una firma que, con su atelier en la Plaza de la Independencia, 8, de Madrid, encara ya su séptimo año y “mira al futuro con optimismo renovado apostando por los pilares que la han convertido en un referente en el sector: respeto por la costura, extremo cuidado de los detalles y un diseño único”, sentencian.