Isabel II y los 12 + 1 presidentes de EEUU que ha conocido: las anécdotas más curiosas
El nuevo presidente norteamericano tomará el té con la monarca este domingo, con motivo de su estancia en Reino Unido por la cumbre del G7
Joe Biden se ha convertido en el decimotercer presidente de Estados Unidos al que la reina Isabel conoce de forma personal. La longevidad de su reinado y la corta duración de las legislaturas en el país han hecho posible que pueda guardar recuerdo -algunos buenos, otros no tanto- de hasta 13 presidentes, prácticamente todos los que han pasado por la Casa Blanca desde que ella asumiera el trono en 1952. Con una excepción, Lyndon B. Johnson, que solo realizaría visitas de Estado a países asiáticos. Pero los demás han tenido el honor -dicho en sus propias palabras, claro está- de cenar, almorzar, bailar o, simplemente, estar con la monarca en algún acto oficial. Y claro, con tanto momento compartido con los, al menos hasta ahora, 13 presidentes, bien en el Reino Unido, bien en el continente americano, hay momentos y anécdotas que han quedado para el recuerdo.
La primera vez que la reina Isabel se encontró con uno de estos presidentes fue en 1951, por lo que aún no era reina Isabel, sino princesa. Viajó acompañada del duque de Edimburgo en representación de su padre, el rey Jorge VI, que ya estaba bastante enfermo -de hecho, moriría tres meses después-. La joven pareja conquistó al presidente Truman y la primera dama, como así contaron ellos mismos a los medios. Años después y ya convertida en monarca, haría doblete con su sucesor, puesto que realizó una visita de Estado al país en 1957, cuando era presidente Eisenhower, al que recibiría dos años después en Balmoral.
No tuvo que pasar mucho tiempo hasta que otro mandatario volvió a visitarla en suelo británico. Fue Kennedy, en 1961, una visita que no faltó en el guion de la serie 'The Crown', focalizando la historia en las supuestas críticas que Jackie Kennedy, primera dama, dedicó al vestuario de la reina, demasiado anticuado para su gusto. Ocho años después, el palacio de Buckingham recibía a otro presidente, aunque en este caso la visita que hizo Richard Nixon a la monarca y su marido fue de carácter informal, no de Estado como la de los Kennedy.
Pasaron otros siete años para ver de nuevo un encuentro de este tipo, aunque en 1976 fue la reina Isabel la que viajó hasta Estados Unidos, poco después del bicentenario de la declaración de independencia, para celebrar las buenas relaciones de los dos países. Era Gerald Ford quien estaba en el cargo y su esposa, Betty, la que dejó una de las anécdotas plasmada en sus memorias, ya que confesó que durante toda la velada estuvo confundiendo Su Majestad -el tratamiento adecuado para Isabel II- con Su Alteza Real -el que debe dirigirse al duque de Edimburgo-.
Pero sin duda una de las grandes anécdotas llegaba un año después, con la visita de Jimmy Carter a Buckingham. Las crónicas de la época recogieron que la reina madre quedó completamente bloqueada por un beso en los labios que le dio el entonces presidente de Estados Unidos, haciendo gala de un carácter desenfadado ante el que Isabel Lyon-Bowles tuvo poca reacción: "Nadie ha hecho eso desde que murió mi esposo", dicen que consiguió articular.
Y hay un presidente que ha conquistado a Isabel II por encima del resto, ya que el que más encuentros ha tenido con la monarca en estos setenta años de reinado ha sido Ronald Reagan. El exactor viajaba por primera vez de forma oficial a Reino Unido en 1982, pasando además la noche en el castillo de Windsor, algo que no había hecho ninguno de sus antecesores. Pero habría otras dos visitas más en años posteriores, además de un viaje que hizo ella al rancho que el matrimonio tenía en Santa Bárbara en 1983, demostrando que estaban unidos más allá de lo puramente diplomático.
Tras él llegó George Bush, al que Isabel y Felipe recibieron junto a su esposa en el palacio de Buckingham, ya en 1989. La reina devolvería la visita dos años después, viajando a Estados Unidos. Curiosamente, la escena de Buckingham se repetiría con el otro presidente Bush, su hijo, 14 años después. La suya no fue una visita igual a la de sus antecesores, ya que fue, hasta Trump, el que más hostilidades se encontró, puesto que las protestas por la guerra de Irak eran masivas. También a él le devolvería el honor en 2007, cuando visitó la Casa Blanca por última vez, en el que sería su último viaje a Estados Unidos.
Y entre uno y otro, llegó el turno de Bill y Hillary Clinton, que tomaron el té en palacio en 2000. Previamente, la reina ya había conocido al presidente, ya que Estados Unidos participó en el proceso de paz de Irlanda del Norte y sus visitas a Reino Unido habían sido varias.
De lo que tampoco hay dudas es de que han sido los dos últimos presidentes, Barack Obama y Donald Trump, los que más han dado que hablar. La reina recibió al matrimonio Obama en 2016, durante una visita de Estado. Pero no fue ella la que se convirtió en la protagonista de la imagen más recordada de esta visita, sino el príncipe George. Los duques de Cambridge y el príncipe Harry recibieron al matrimonio Obama para cenar en el palacio de Kensington durante su estancia. La fotografía del futuro heredero en batín y zapatillas dando la manita al presidente quedará para el recuerdo.
Y no se puede hablar de anécdotas en los encuentros de la reina Isabel con los distintos presidentes de Estados Unidos sin hablar del último, Donald Trump, al que ha recibido hasta tres veces en Reino Unido. Las primera, desde luego, es difícil de olvidar. No solo llegó tarde a su cita en Windsor, algo que supone toda una afrenta a la monarca, sino que incluso caminó delante de ella mientras pasaban revista a la guardia real, ignorando por completo el protocolo. La segunda visita fue hace ahora dos años y quedará para la historia por un gesto de la reina Isabel. Para la cena de gala que celebró en el palacio de Bukingham no dudó en colocarse una tiara de rubís, a la que no se tardó en atribuir un mensaje oculto, ya que en la cultura birmana, de donde proceden las espectaculares piedras preciosas con las que está fabricada, estas protegen del mal. Así que no faltaron los que, con sorna -o no tanto-, quisieron relacionar la elección de la tiara con la protección frente a Donald Trump.
Aunque no dudamos de que fuera una elección completamente aleatoria, lo cierto es que en diciembre, cuando recibió por tercera vez al presidente en Londres con motivo de la celebración del 70 aniversario de la OTAN, también parecía que quería transmitir un mensaje a través de sus joyas. No pasó desapercibido el broche que escogió para su solapa, en forma de la característica lágrima de estampado paisley, realizado en flores de ágata de musgo. Un broche más de su joyero, si no fuera porque había sido un regalo de Barack Obama. Teniendo en cuenta la extensa colección de broches que tiene la reina Isabel, pocos creyeron en ese momento que la elección fuera casualidad.
Y a esta extensa lista se ha sumado Joe Biden, tras la recepción de la familia real el pasado viernes con los líderes de la cumbre del G7. Aunque habrá más oportunidades de verlos juntos, ya que será el quinto presidente de Estados Unidos que pise los terrenos de Windsor. Será este domingo, cuando el matrimonio Biden está invitado a tomar el té en el castillo. No faltará la ceremonia militar y el recibimiento habitual en estos casos, con los himnos nacionales interpretados por la guardia real y la tradicional revisión de las tropas. Una cita de la que seguro se puede extraer alguna anécdota para sumar a todas las que les hemos contado.
Joe Biden se ha convertido en el decimotercer presidente de Estados Unidos al que la reina Isabel conoce de forma personal. La longevidad de su reinado y la corta duración de las legislaturas en el país han hecho posible que pueda guardar recuerdo -algunos buenos, otros no tanto- de hasta 13 presidentes, prácticamente todos los que han pasado por la Casa Blanca desde que ella asumiera el trono en 1952. Con una excepción, Lyndon B. Johnson, que solo realizaría visitas de Estado a países asiáticos. Pero los demás han tenido el honor -dicho en sus propias palabras, claro está- de cenar, almorzar, bailar o, simplemente, estar con la monarca en algún acto oficial. Y claro, con tanto momento compartido con los, al menos hasta ahora, 13 presidentes, bien en el Reino Unido, bien en el continente americano, hay momentos y anécdotas que han quedado para el recuerdo.