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Doña Sofía, una reina protocolaria: las reverencias de hijas y nietos en la intimidad
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FAMILIA DEL REY

Doña Sofía, una reina protocolaria: las reverencias de hijas y nietos en la intimidad

La madre de Felipe VI no abandona jamás su papel institucional ni en familia. Incluso su hermana, la princesa Irene, guarda las formas y siempre camina un paso por detrás

Foto: La reina Sofía preside un acto institucional. (EFE/Mariscal)
La reina Sofía preside un acto institucional. (EFE/Mariscal)

En la rutina casi diaria de la infanta Elena hay un paso que nunca falla. Cuando sale del trabajo y va a montar a sus caballos en la hípica de Zarzuela, entra en casa de su madre para saludarla. Y lo hace, siempre, con una reverencia. Estén acompañadas o solas. La reverencia, como saludo a su madre, la usa también la infanta Cristina en la intimidad.

La jerarquía ha sido siempre muy importante en la vida de la Reina emérita y sus hijas respetan esas convicciones de forma exquisita. Y no solo sus hijas: toda su familia tiene en la figura de doña Sofía a una reina por encima de todo e incluso su hermana Irene la trata siempre con respeto al protocolo.

placeholder La reina Sofía, junto a su hermana Irene en Mallorca. (Gtres)
La reina Sofía, junto a su hermana Irene en Mallorca. (Gtres)

La princesa griega, afincada en Zarzuela desde hace décadas, camina siempre por detrás de su hermana, de su majestad, que es como la consideran los miembros de su familia. “Señora”, la llaman. Doña Sofía ha convertido su papel de reina en el centro de su vida, algo que se aprecia en el documental que esta semana ha estrenado HBO Max, ‘Sofía y el mundo real’, dirigido por David Trueba. En los cuatro capítulos de la docuserie uno se da cuenta de que nadie sabe definir cómo es la Reina emérita. Así que nosotros hemos preguntado a su entorno, a personas que la conocen desde hace años e incluso a algunas personas que han trabajado a su servicio.

Reina hasta en la intimidad

La reina por excelencia vive ahora volcada en el papel de madre del Rey y abuela de la futura reina. Esos son los puntales de su existencia. Esa imagen que tenemos de ella de mujer serena, paciente y siempre sonriente, algo que muchos tachan de impostado, se mantiene también en su vida privada. Doña Sofía es siempre así porque es siempre reina.

Foto: La reina Sofía, en Jordania en la última boda real. (Corte Real Hachemita)

Cuando preguntamos quién es la reina Sofía la respuesta es la misma: es reina en cualquier momento. Con una querencia por lo espiritual, sabemos que le gustan mucho los amuletos y la religión. Profundamente cristiana, tiene muy en cuenta todo lo relativo a la espiritualidad, piensa en el karma, en cómo la vida te devuelve los golpes que das. Intenta ser amable siempre para que nadie sea antipático con ella.

Día a día tranquilo

El día a día de la reina Sofía en Zarzuela es muy tranquilo: se levanta pronto, desayuna, pasa muchas horas sentada leyendo y charlando con su hermana. Pasea por los jardines y habla con algún amigo por teléfono. Todo suele hacerlo en inglés, el idioma que ha usado siempre en casa, tanto con su hermana como con sus hijos y nietos.

Foto: Paloma Rocasolano, la reina Sofía y la reina Letizia. (EFE/Ballesteros)

La relación de la reina Sofía y la reina Letizia no es la mejor en estos momentos. Al principio de la relación de los entonces príncipes de Asturias, doña Sofía apoyó mucho a la pareja, pero cuando doña Letizia se convirtió en Reina, entró un factor de competencia que ha lastrado algo el buen rollo. Sus pequeñas discusiones son las típicas de suegra y nuera, aunque siendo quienes son ambas, pesan más que en otras casas.

Foto: La reina Letizia, Leonor, Sofía y la Reina emérita. (Limited Pictures)

La distancia entre ellas se ha agrandado. Lo vimos en aquel sonado episodio en la catedral de Palma de Mallorca. Nos aseguran que situaciones así han sucedido más veces, pero siempre en la intimidad. Lo que vimos, nos informan, es un reflejo de la realidad. Porque ambas son reinas y hay competencia entre ellas. Porque doña Sofía nunca ha abandonado su papel de reina y mientras la mayoría de su entorno la trata como tal, la reina Letizia ya no la trata con tanto protocolo y eso a provoca ciertas incomodidades.

Con las nietas, cercana

La relación con sus nietas Leonor y Sofía es buena. El rey Felipe intenta visitarla casi a diario por las tardes, cuando sus obligaciones se lo permiten, y si sus hijas están en España, suele ir acompañado de ellas. Mientras Leonor ha estado fuera, iba con Sofía. Pero las niñas vuelan ya del nido ambas: Sofía estudiará en Gales y Leonor empieza en la academia militar, por lo que verán a sus abuelos muchos menos.

Foto: La reina Sofía y la princesa Leonor. (Limited Pictures)

Con quienes la reina Sofía tiene una relación excelente es con los Urdangarin y, sobre todo, con los Marichalar, los hijos de la infanta Elena. Felipe Froilán y Victoria Federica han estado muy cerca de su abuela ante la ausencia del padre y de la madre, enfrascados en sus disputas personales tras el divorcio. Aunque Victoria Federica ha pasado largas temporadas con su abuela en Zarzuela y nunca ha vivido allí, sí que ha estado de forma permanente durante mucho tiempo. Felipe Froilán es el niño mimado de su abuelo y su abuela siempre ha estado pendiente, conscientes ambos Reyes eméritos de que había que seguir los pasos de cerca.

Apego a los Urdangarin

Aunque para doña Sofía los niños a los que sí tiene mucho apego, sabedora de lo mucho que han sufrido, son los Urdangarin, de Juan a Irene, pasando por Pablo y Miguel. Por ellos ha hecho cosas que no ha hecho por ningún otro, como cuando cogió un vuelo y se plantó en Washington. Filtró su presencia a la revista ‘¡Hola!’ y apareció en portada apoyando a Iñaki Urdangarin y toda su familia en plena tormenta por el caso Nóos.

Foto: La reina Sofía con sus nietos Marichalar y Urdangarin, en una imagen de archivo. (Getty)

Es por su sentimiento de familia y su necesidad de tener a todos unidos por lo que siempre que puede trata de citarlos para que hagan planes juntos. Como este verano, cuando la Reina emérita se instale en Marivent, el próximo 15 de julio, tal como adelantó Vanitatis en exclusiva hace un mes. Espera que todos sus nietos se encuentren en el palacio veraniego, incluso las hijas de don Felipe y doña Letizia. Es un plan complejo de cumplir, pero doña Sofía espera que salga bien.

placeholder Pablo Urdanagrin besa la mano de su abuelo en señal de respeto. (EFE/Salvador Sas)
Pablo Urdanagrin besa la mano de su abuelo en señal de respeto. (EFE/Salvador Sas)

El verano pasado lo logró en parte: se reunieron Pablo y Miguel Urdangarin con Victoria y Felipe Froilán de Marichalar. La reina Sofía presiona ahora para que puedan ir Leonor y Sofía, aunque sea sólo un par de días, y juntar así a todos sus nietos. Todos ellos la tratan con el mismo respeto con el que la tratan sus hijos.

Foto: La reina Sofía y sus familiares, en el cementerio de Tatoi. (Reuters/Stelios Misinas)

También a su abuelo: cabe recordar que cuando Pablo Urdangarin recibió la visita del Rey emérito en una pista de balonmano en su primer regreso a España desde Abu Dabi, el joven besó la mano de su abuelo como signo de respeto. El protocolo en la vida de los Reyes eméritos y sus descendientes es fundamental. Por eso saludan a su abuela siempre con una reverencia.

En la rutina casi diaria de la infanta Elena hay un paso que nunca falla. Cuando sale del trabajo y va a montar a sus caballos en la hípica de Zarzuela, entra en casa de su madre para saludarla. Y lo hace, siempre, con una reverencia. Estén acompañadas o solas. La reverencia, como saludo a su madre, la usa también la infanta Cristina en la intimidad.

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