Manual de manejo de la queratosis pilaris (KP o 'piel de pollo')
Esta condición, marcada por la aparición de antiestéticas rugosidades en la dermis, afecta a más del 40% de los adultos y adolescentes en todo el mundo. Descubre todos sus secretos.
Conocida como 'piel de pollo o de lija', la queratosis pilaris es una condición cutánea benigna muy muy frecuente. Tanto que es probable que lo hayas vivido en tu propia dermis… ¿Cómo identificarla? “Se manifiesta con una superficie áspera y rugosa, donde aparecen pequeñas elevaciones de menos de un centímetro, que pueden presentar diferentes coloraciones (blancas-rojizas) alrededor de los folículos pilosos, agrupados en placas”, afirma Mercedes Abarquero, directora de comunicación científica de la firma Cerave.
La Dra. Lidia Maroñas, dermatóloga de Merz Aesthetics y del Hospital Universitario 12 de Octubre y directora de la Unidad de Dermatología y Estética de la Clínica Bmum, apunta que “se presenta en forma de pequeños granitos puntiagudos, producidos por un exceso de queratina en los orificios de los folículos pilosos que dan a la piel una sensación rasposa al tacto”. Suelen aparecer localizados en las superficies de extensión de los brazos, los muslos, los glúteos, las mejillas… En cualquier zona del cuerpo donde existan folículos pilosebáceos. “En el caso de los humanos, como somos mamíferos, los presentamos en toda la superficie de la piel. Excepto en las palmas de las manos y las plantas de los pies, pueden surgir prácticamente en cualquier zona”, afirman desde Cerave.
¿Cuál es su origen?
El Dr. Carlos Morales Raya aclara que “es una "forma de ser de la piel"; es decir, "el componente genético es el causante de su aparición”. La Dra. Maroñas reconoce que la queratosis pilaris suele estar relacionada con defectos en la hidratación cutánea (por eso, suele empeorar en invierno y en climas de interior) y con frecuencia aparece en pacientes jóvenes con dermatitis atópica y personas con tendencia a una piel seca (xerosis). “Ciertas enfermedades intestinales, como la intolerancia al gluten, pueden facilitar su aparición al disminuir la absorción de grasa y de vitamina A. No obstante, la queratosis pilaris no constituye una manifestación específica de enfermedad celiaca”, detalla.
El Dr. Cristian Valenzuela, dermatólogo en Instituto Médico Ricart, afirma que las formas más leves se inician en la infancia y tienen su máxima expresión en la adolescencia. Si nos fijamos en las cifras, un tercio de los niños en edad escolar padecen queratosis pilaris y el 85% de los casos comienzan en las dos primeras décadas de vida. “Es habitual que los casos mejoren con el paso del tiempo y, la mitad de los pacientes, mejoran espontáneamente durante los meses de verano”, señala el Dr. Valenzuela. Pero en ocasiones que se cronifica en la edad adulta y se muestra de forma persistente.
¿Cómo debe tratarse la queratosis pilaris?
En la mayoría de los casos, basta con controlarla con cuidados domésticos. Aunque la clave es ser constante en su uso, los expertos apuntan:
- Las fórmulas para estas pieles deben incorporar emolientes y queratolíticos (exfoliantes) de uso diario. Así, ayudan a suavizar la textura eliminando los tapones de queratina mientras reparan la barrera cutánea de estas dermis, que se muestran alteradas. Algunos de los activos imprescindibles son la urea, el ácido láctico o el salicílico.
- Mercedes Abarquero no recomienda los tratamientos caseros ni los 'scrubs' agresivos, especialmente los físicos ya que, además de las rugosidades, las pieles afectadas presentan alteraciones de la barrera cutánea y estas fórmulas pueden influirlas más.
- Por otro lado, cuando la queratosis pilaris es muy grave o la intensidad es muy alta, existe la posibilidad de incorporar un tratamiento farmacológico (siempre sumado a los tratamientos emolientes diarios y a la higiene correcta). En estos casos, resulta esencial la valoración del médico o del dermatólogo.
¿Hay alguna opción en cabina que permita minimizarla?
Aunque lo habitual es aliarse con tratamientos domiciliarios, en pacientes puntuales “se suelen hacer peelings suaves de ácido salicílico y láctico, aplicando posteriormente una loción ultra hidratante y reparadora”, afirma el Dr. Carlos Morales Raya. ¿En los supuestos más severos? El experto recuerda que, como en las queratosis pilaris de color rojizo, se pueden beneficiar de tratamientos como la luz pulsada intensa.
Cuidado: a veces se confunde con el acné
“La razón es que las lesiones de queratosis pilaris son pequeños granitos con una punta blanca que pueden parecer similares a las espinillas”, recuerda la Dra. Lidia Maroñas. ¿Cómo diferenciarlos? El Dr. Morales Raya añade que “los granos habituales no presentan escama central y no raspan al tacto”. Además, debemos tener en cuenta que la piel seca y la localización de las lesiones en cara externa de brazos es bastante atípico para el acné.
Desde Cerave reconocen que “en el caso del acné existe alteración de la queratinización-seborrea-inflamación, mientras que en el caso de la queratosis pilaris se asocia además con una alteración de la queratinización con la piel seca”. Si bien es cierto que algunas de las cremas que utilizamos para el tratamiento de las lesiones de acné comparten activos que pueden mejorar la queratosis pilaris (ingredientes como el ácido glicólico o el ácido salicílico que suavizan los granitos), debes tener presente que no tienen el mismo origen y no se deben enfocar de la misma forma. “Cuando el tratamiento no es el adecuado, no vas a obtener los resultados óptimos, por lo que es preciso una valoración. Si existen dudas, debes acudir al médico o al dermatólogo para que diagnostique qué tipo de lesiones y patología está presente y prescribir el tratamiento médico o cosmético personalizado”, concluye Mercedes Barquero.
Conocida como 'piel de pollo o de lija', la queratosis pilaris es una condición cutánea benigna muy muy frecuente. Tanto que es probable que lo hayas vivido en tu propia dermis… ¿Cómo identificarla? “Se manifiesta con una superficie áspera y rugosa, donde aparecen pequeñas elevaciones de menos de un centímetro, que pueden presentar diferentes coloraciones (blancas-rojizas) alrededor de los folículos pilosos, agrupados en placas”, afirma Mercedes Abarquero, directora de comunicación científica de la firma Cerave.