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La estrategia de Chanel para hacer sus bolsos (aún) más deseables
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PRECIOS IMPARABALES

La estrategia de Chanel para hacer sus bolsos (aún) más deseables

Si pensabas que los precios de los bolsos de Chanel eran inaccesibles... Prepárate para descubrir los secretos de la marca para que sus diseños sean aún más exclusivos

Foto: Imagen: Chanel.
Imagen: Chanel.

Por más que Chanel sea una de las marcas que se repiten en el feed de noticias relacionadas con la moda semana tras semana, resulta imposible cansarse de la firma francesa. Por más que las tiendas low cost emulen sus diseños y sus chaquetas, es imposible no soñar con un diseño de tweed de Chanel con el logo de la maison bañando sus dorados botones. Por más que las firmas presenten bolsos acolchados con cadenas, nadie es capaz de borrar de nuestras mentes el aura mágica del 2.55 de la firma. Chanel es, en definitiva, un gigante imbatible del lujo que está consiguiendo ganarse a la exigente y cambiante generación Z sin molestar a sus compradoras de toda la vida, a las que no les importa que la marca presente ahora diseños chandaleros con el logo funcionando a modo de estampado con tal de seguir teniendo sus perlas, sus tweeds y sus bolsos, que son precisamente los que ahora funcionan de llave de entrada al universo más exquisito de Chanel.

Mientras que los bolsos de Louis Vuitton, con sus inconfundibles (e imitadísimos) estampados Monogram forman parte de los ritos de iniciación al lujo de algunos (sí: hablamos de 'su primer LuisVi'), los bolsos de Chanel entran en un espectro que la marca quiere bañar de una exclusividad aún superior a la actual. Lo que no le gusta tanto a la firma es que sus carísimos bolsos sean vistos por muchos como una inversión de la que sacar partido en el mercado de reventa, y quizás sea esta la razón por la que los bolsos han aumentado su precio un 15%. No es lo mismo gastar 200 euros en unas deportivas que poder revender en el mercado de segunda mano que invertir 7.000 en un bolso, por más que más tarde pueda incrementar su precio en la reventa.

Otro método para hacer de sus diseños piezas más exclusivas ha sido limitar las unidades de venta de sus dos modelos más populares, el Classic Flap Bag y el Coco Handle. Ahora, cada clienta puede comprar al año tan solo una unidad. Ya sabemos cómo funciona la burbuja del lujo: cuanto más imposible sea conseguir algo, más deseable se vuelve. Aunque con estas estrategias quieren frenar el poder de la reventa, a su vez lo incrementa, porque muchos de los que recurren a la app de Vestiaire Collective lo hacen para encontrar diseños que no pueden comprar en las tiendas.

La obsesión 'chanelera' de los fans de la moda no va a detenerse pronto, porque en diciembre la casa de subastas Sotheby’s pondrá en marcha una subasta en París dedicada a bolsos y accesorios de la marca, que por si fuera poco, contará con un extra de atención con el estreno de 'Spencer', película a la que la firma ha dejado piezas de su archivo (al fin y al cabo, su protagonista es Kristen Stewart, imagen de la casa) y con tres subastas vinculadas a Karl Lagerfeld.

Aunque aumentar la deseabilidad y la exclusividad de sus bolsos es clave, otro motivo por el que las marcas de lujo suben los precios de sus diseños es proteger sus márgenes. Por eso Gucci también lleva tiempo poniendo en marcha una estrategia similar, tal y como señala el banco de inversión Morgan Stanley, que resalta que el diseño Gucci Marmont ha sufrido una inflación en China del 9,3%, y el bolso GG Marmont Matelassé Mini ha aumentado en Francia su precio hasta un 21,1%. Cuando estalló la pandemia, la niña bonita de Kering aumentó los precios de los diseños más populares de la marca, haciendo que el valor de sus bolsos aumentara en Italia, Reino Unido y China entre un 5% y un 9%.

El que los bolsos de Chanel formen parte de los 'bienes de Veblen', cuya curva de demanda, pese a incrementar sus precios, asciende, es la causa por la que la maison puede seguir subiendo sus precios año tras año sin que sus compradoras se quejen. Si ahora para conseguir un Birkin hay que convertirse en una clienta prémium de la marca, que es quien estima quién puede acceder al exclusivo y deseado diseño (lo de la lista de espera es ya cosa del pasado), para tener alguno de los diseños más ansiados de Chanel ahora hay que tener una generosa cuenta corriente y saber que si te apetece comprarte otro segundo modelo ese mismo año (nos hemos atragantado al escribirlo, disculpadnos), tendrás que esperar al siguiente. El dinero no lo puede comprar todo, o al menos, no en Chanel.

Por más que Chanel sea una de las marcas que se repiten en el feed de noticias relacionadas con la moda semana tras semana, resulta imposible cansarse de la firma francesa. Por más que las tiendas low cost emulen sus diseños y sus chaquetas, es imposible no soñar con un diseño de tweed de Chanel con el logo de la maison bañando sus dorados botones. Por más que las firmas presenten bolsos acolchados con cadenas, nadie es capaz de borrar de nuestras mentes el aura mágica del 2.55 de la firma. Chanel es, en definitiva, un gigante imbatible del lujo que está consiguiendo ganarse a la exigente y cambiante generación Z sin molestar a sus compradoras de toda la vida, a las que no les importa que la marca presente ahora diseños chandaleros con el logo funcionando a modo de estampado con tal de seguir teniendo sus perlas, sus tweeds y sus bolsos, que son precisamente los que ahora funcionan de llave de entrada al universo más exquisito de Chanel.

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