Los mejores trucos para adelgazar aunque tengas que comer en el trabajo
¿Vuelves a comer en la oficina? Estos consejos pueden ayudarte a seguir llevando una dieta equilibrada y perder peso
Durante las vacaciones nos hemos acostumbrado a tener tiempo libre que hemos podido dedicar a lo que más nos ha apetecido, como descansar, pero que también nos daba la posibilidad de preparar con calma la comida de cada día.
Si eres de las que ha tenido que volver al trabajo seguro que ahora te estás planteando cómo, a pesar de tener menos tiempo disponible, puedes seguir llevando una alimentación equilibrada aunque tengas que comer fuera de casa.
Comer fuera de casa no siempre implica comer en un bar o un restaurante, pero si ese es tu caso, ya hemos hablado en otras ocasiones de los trucos que puedes poner en práctica para que esas comidas, que suelen ser más calóricas y pesadas, no sean responsables del fin de tu vida sana.
Intenta escoger lugares en los que tengas opciones un poco más saludables, que tengan preparaciones a la plancha y puedas cambiar la guarnición de patatas fritas por otra de ensalada, por ejemplo.
Selecciona las opciones que no lleven salsas, evita las bebidas alcohólicas o azucaradas y, si te apetece un postre, siempre será mejor que escojas las opciones de fruta o yogur desnatado.
La situación será diferente si eres tú misma la encargada de preparar y llevarte a la oficina lo que vas a comer. Por un lado te obliga a cocinar, pero por otro es una de las formas más sencillas de comer lo que de verdad te conviene y mantenerte fiel a las pautas de alimentación que habías seguido hasta ahora, evitando las tentaciones.
El primer paso es planificarte bien, no te sobra el tiempo, lo sabemos, y por eso debes aprovechar el que tengas disponible para preparar lo que comerás durante la semana. Hacerlo de esta forma, además de ayudarte a comer de forma equilibrada, también hará más sencilla la hora de la compra.
Escoge un táper adecuado, que cierre bien y te permita conservar los alimentos en las mejores condiciones, pero también que sea apto para refrigerar, congelar y calentar en el microondas.
Es importante que sea del tamaño adecuado. Asegúrate de que la ración de comida que te llevas no es ni demasiado abundante ni demasiado escasa. Un buen truco para calcular que sea correcta es servirla en un plato y, de ahí, pasarla al recipiente de transporte.
Tu dieta tiene que seguir siendo variada y una buena idea es apostar por las verduras. No renuncies a las legumbres, más sencillas de comer si las tomas en ensalada, puedes incorporar también hidratos como el arroz o la quinoa. No olvides los huevos, carnes y pescados. Un truco para evitar que tus ensaladas queden mustias es llevar el aliño aparte y añadirlo justo cuando vayas a comer.
¿Hasta ahora estabas haciendo cinco comidas diarias? No dejes de hacerlo, solo recuerda meter alguna pieza de fruta para media mañana, un yogur o un puñado de frutos secos que te sirvan como snack.
Si a pesar de tu estupenda planificación se te echa el tiempo encima, un sandwich puede ser una buena opción de vez en cuando. Intenta que el pan sea integral y el relleno lo más saludable posible, con verduras como lechuga, tomate o pepino. Puedes añadir queso fresco o lonchas de pavo también. ¡Hay opciones infinitas!
Aprovecha la vuelta a la oficina para afianzar esas buenas costumbres que has adquirido hasta ahora o para comenzar a poner en práctica una nueva dieta equilibrada y saludable.
Durante las vacaciones nos hemos acostumbrado a tener tiempo libre que hemos podido dedicar a lo que más nos ha apetecido, como descansar, pero que también nos daba la posibilidad de preparar con calma la comida de cada día.