La esencia Sisu: el método finlandés para una vida feliz y valiente

Este es uno de esos conceptos que no terminan de tener una traducción literal a nuestra lengua, pues ‘sisu’ hace referencia a algo más que una palabra, es un concepto, una forma de entender la vida y de enfrentarse al mundo que ha pasado a definir la esencia de los finlandeses. Hace referencia a la fuerza interior, a la perseverancia, a plantarle cara a la adversidad aunque parezca que todo está en tu contra, habla de resiliencia.

Es una manera de ver el mundo que nos invita a hacerlo desde un prisma diferente, consiguiendo por el camino que nos sintamos un poco más felices. El método Nunchi coreano nos enseñaba un nuevo modo de afrontar las relaciones, los suecos nos proponían el método Lagom para aprender disfrutar de las pequeñas cosas, buscando el equilibrio entre el trabajo y el ocio para ser felices. Los finlandeses tienen sisu, una esencia que forma parte de su historia y que les define como pueblo desde hace muchos años.

El concepto ha pasado por diferentes etapas, incluso llegó a considerarse algo negativo al ser asociado con no querer seguir órdenes o no encajar. Sin embargo, con el tiempo fue tomando un cariz muy diferente, acercándose más hacia connotaciones positivas asociadas con la determinación, la resistencia o la fuerza de voluntad, esa que tiene el ser humano y que permanece dormida hasta que nos enfrentamos con una adversidad que nos obliga a plantarle cara.

Aunque no todo lo relacionado con el sisu es positivo, pues también suele asociarse esta fortaleza con la cabezonería y la incapacidad de pedir ayuda cuando se necesita, ahora se considera fundamentalmente positiva, pues se emplea para reconocer éxitos deportivos o hazañas de gran resistencia física. También se pueden aprovechar sus conceptos para intentar lograr un modo de vida que nos ayude a sentirnos más felices y realizados.

Las claves sisu para enfrentarse a la adversidad

En busca de no dejarnos llevar por el miedo ante las situaciones adversas, hay algunas ideas y conceptos asociados con el sisu a los que podemos prestar atención e intentar potenciar en esas ocasiones en las que nos toca echarle agallas a la vida y utilizar esa fortaleza tan característica de los finlandeses. La perseverancia es uno de ellos, una tenacidad que no nos permite abandonar y que nos invita a no rendirnos, pero usando el sentido común, reflexionando sobre las situaciones y dejando espacio para tomar perspectiva y adquirir una mayor claridad.

Ante este tipo de situaciones es necesario saber gestionar nuestra ansiedad ante la incertidumbre y el estrés, poseyendo una templanza que nos ayude a no quedarnos paralizados ante las situaciones que nos rodean, sino que nos invite a centrarnos en lo que puede ser más útil para resolverlo. Las personas con sisu no huyen de los problemas, sino que buscan soluciones, tomando las mejores decisiones.

Unas bases sólidas y unos valores fuertes son también esenciales para un buen sisu, sobre todo ser capaces de defender aquello en lo que creemos, actuando en función de nuestra manera de pensar y de creer. Afrontando los retos con valentía y confianza en uno mismo, confiando que podremos superar esos baches del camino y continuar adelante hasta conseguir nuestras metas.

Una persona con sisu es consciente de que las cosas pasan, haciendo propio el refrán que afirma que ‘después de la tormenta llega la calma’, no dejando que la situación complicada que atravesamos en un momento determinado nos bloquee, sino que es capaz de calmar la mente, colocando su problema en perspectiva, lo que sin duda ayuda a buscar posibles vías de escape, soluciones lógicas que le ayudan a pasar página y seguir adelante con su vida.

El aprendizaje es uno de los puntos más importantes a la hora de potenciar nuestro sisu interno. Si no somos capaces de aprender de las situaciones que vivimos o de las que somos testigos, estamos condenados a repetirlas. Ser valiente y plantarle cara a las circunstancias, como el sisu nos propone, no implica que no suframos o nos angustiemos, pero nos invita a aprender a recuperarnos o intentar que nos transformen de una forma positiva, aceptando que el dolor y la tristeza son inherentes al ser humano.

Se podría señalar que el sisu se corresponde a esas ganas de no dejar que las complicaciones puedan con nosotros, sacando fuerzas de nuestro interior -buscando ayuda si es necesario- para plantarles cara con templanza, honestidad e ilusión, y salir victorioso, aprendiendo de ellas para convertirnos en una mejor versión de nosotros mismos.