'Pepa y Pepe': RTVE Play recupera la sitcom obrera que hizo aún más grande a Verónica Forqué

Cuando Verónica Forqué murió, en diciembre de 2021, además del estupor por las circunstancias en las que se produjo su trágico fallecimiento, los homenajes fueron continuados. RTVE Play se sumó a los tributos subiendo contenido (películas y series) de la que, indudablemente, es una de las mejores actrices de nuestro cine. 'Pepa y Pepe' fue uno de esos puntales de la televisión pública que volvieron a compartirse en la plataforma; el mayor éxito catódico de la actriz más allá de 'MasterChef', programa que dejó mal sabor de boca entre sus seguidores, que vieron su precario estado de salud mental en el 'talent show'. Pese a las buenas intenciones, fue una sorpresa que la pública compartiese la serie en formato panorámico (no era el original) y con una calidad bastante pobre.

Por eso, es una magnífica noticia que Televisión Española haya subido a su plataforma, esta misma semana, la serie remasterizada, en alta definición y respetando el formato 4:3 con el que se emitió en 1995. Una buena forma de recuperar una de las sitcoms más exitosas e injustamente olvidadas de la televisión pública; un proyecto que también fue muy deseado por la malograda Forqué.

La primera vez que 'Pepa y Pepe' se emitió, en enero de 1995, causó una honda sorpresa. Durante todo aquel año de emisión, y con audiencias millonarias, supuso el antídoto gamberro y realista a la edulcorada 'Médico de familia', con la que coincidió en emisión. Protagonizada por Veronica Forqué y con guion y dirección de su marido, Manuel Iborra, 'Pepa y Pepe' hizo gala de un humor ácido y una trama lejanamente inspirada en la telecomedia norteamericana 'Roseanne'. ¿Cuál era su valor en una televisión llena de familias ideales que bebían Cola Cao en sus cocinas de decorado? Mostrar, como nunca se había mostrado, la vida cotidiana de una familia obrera española sin risas enlatadas, sin los topicazos y los lugares comunes de otras sitcoms de su mismo planteamiento.

Forqué era Pepa, la “maruja y un poco ordinaria”, como ella misma la definió, que ve telebasura sin parar (incluidas operaciones de lo más peliagudas), fríe croquetas, inventa excusas para no ir a trabajar y siempre cuida de su familia. Tito Valverde era Pepe, el típico buenazo que trabaja pintando muñecas y no tiene ninguna autoridad en la intimidad de su hogar. Además de los padres, también estaban las hijas, ya que la serie supuso una gran oportunidad para las primerizas María Adánez y Silvia Abascal. La primera encarnaba a María, una joven superficial que pretende ser actriz. La segunda era la Lisa Simpson, la oveja negra de su familia, pero a la española y con más mala leche: Clarita era una incomprendida, inteligente y con un humor negro y autoprotector que escondía una gran sensibilidad. Supone, ya lo dijimos en otros artículos de este medio, una de las obras maestras de Abascal como intérprete. La química entre Forqué, Adánez y Abascal fue tal que Iborra las volvió a reclutar para interpretar a madre e hijas en la película 'El tiempo de la felicidad', que se estrenó en 1997.

Nadie esperaba que 'Pepa y Pepe' fuese un triunfo, pero lo fue. Dos años después de vivir un exitazo con la 'Kika' de Almodóvar (que le dio otro Goya), Verónica Forqué y su entonces marido se marcaron un gran tanto con la audiencia de la serie. Producida por Bombón Helado, cada capítulo de los 34 que se emitieron costó unos 20 millones de las antiguas pesetas. A la TVE de entonces, que arrastraba deudas, le salió rentable: el primer capítulo tuvo una audiencia de 5.444.000 espectadores y una cuota de pantalla del 31,1%, unas cifras imposibles de conseguir casi tres décadas más tarde.

Las tramas, regadas de un humor ácido, también tenían un fondo pesimista y mucho más atrevido que el resto de blandas telecomedias familiares que empezaban a inundar la televisión de los 90. Ni 'Los Serrano' ni 'La familia Mata' fueron tan osadas a la hora de reflejar, con ironía, lo desastroso, y a la vez tierno, que puede llegar a ser el núcleo familiar de un obrero español, con sus alegrías y sus miserias. Para el que esto escribe, 'Pepa y Pepe' significa FAMILIA así, en mayúsculas. Era la serie que más recuerdo ver con mis padres y mis hermanos, todos juntos sentados en el sofá y concentrando nuestras miradas en la pantalla, cada lunes por la noche. Como dijo la periodista Raquel Peláez en 'El País', la serie desmentía ese credo adolescente con el que pensamos que las familias de los demás son más normales que la nuestra. 'Pepa y Pepe' era la prueba de que la disfuncionalidad es la característica principal de ese grupo heterogéneo y singular al que llamamos 'familia'. Por eso y por el homenaje que aún le seguimos debiendo a Verónica Forqué, es una buena noticia que podamos disfrutarla de nuevo en una plataforma.