Rosario Nadal se prepara para salir del ostracismo y celebrar la boda de su hija

Rosario Nadal deambulando por Ifema con un tríptico en una mano y un boli en la otra. Rompe su look anodino con unas zapatillas Veja y una especie de gabardina. El boli es Bic. No se ha peinado especialmente, no va maquillada, no es lo que uno espera de una de las mujeres que etiquetamos como una de las más elegantes de la sociedad. Y sin embargo tiene ese 'je ne sais quoi', un campo de magnetismo que emana de sus grandísimos ojos claros, su porte de modelo y, sobre todo, su estatus como una de las asesoras más cotizadas del mercado del arte internacional. Detrás de algunas de las mejores colecciones del mundo está Rosario Nadal, aunque aquí, en España, seguimos asociándola inevitablemente a su pasado como miembro de la familia real búlgara.

Nadal no suele fallar cada año en ARCO ni perdona sus vacaciones mallorquinas. Se pasea por las instalaciones de Ifema o por los mercadillos de la isla disfrutando de su anonimato, ojeando a nuevos artistas y saludando a unos y a otros. Su cliente (público) más famoso es el mecenas mexicano Eugenio López (al que se relacionó recientemente con Paloma Cuevas), para el que trabajó cerca de dos décadas. Esa relación laboral se hizo oficial cuando se convirtió en vicedirectora del Museo Jumex en México DF, un cargo que abandonó en otoño de 2019, tal y como confirmó entonces la institución mexicana a Vanitatis.

Durante años, Rosario Nadal estuvo viajando continuamente entre Ciudad de México, Londres y Palma de Mallorca, pero también Berlín, Madrid, Suiza, Bogotá y allí donde estuvieran sus clientes. Aquellos que la han contratado para construir sus colecciones, pocos pero muy selectos. La hija del industrial Miguel Nadal y de la aristócrata Isabel Fuster de Puigdorfila estudió Bellas Artes en Richmond College (Londres) y comenzó su carrera en Christie's. Después pasó por otras galerías también en la capital británica, pero la maternidad le hizo replantearse sus opciones y decidió convertirse en 'freelance'. Hace ya tiempo que se ganó el respeto del mundo del arte.

Rosario vehicula sus trabajos a través de RSC Contemporary Limited (es el acrónimo de su nombre de casada, Rosario Saxe-Coburg), una consultora de la que tiene el 75% de las acciones. La empresa, que hace dos años estrenaba sede en un edificio de oficinas en la zona de Bermondsey, va muy bien. Según el último informe financiero remitido a las autoridades británicas, de finales de 2021, cuenta con activos de más de 3.100.00 libras esterlinas, equivalente a unos 3.625.000​ euros.

A pesar del éxito profesional (o quizás por eso), parece que Rosario quiere ir aligerando carga. Ya lo avisaba en una extensa entrevista que concedió a un suplemento del económico 'Expansión' en agosto de 2019. "Sueña ya despierta con un retiro que paso a paso intenta labrarse en la tierra seca pero fértil de su isla: una escuela taller de artesanía sobre materiales naturales, ebanistería, jardinería y por ahí". Su intención es pasar más tiempo en España, donde quiere poner en marcha este proyecto y residen sus hermanos. Una de ellas, Ana, tiene también una vena artística como restauradora de muebles e ilustradora.

De momento, la única huella de este propósito es una empresa que tiene Nadal en el Registro Mercantil español, Arar Producciones Rurales, desde el año 2014. Oficialmente se dedica a los cultivos no perennes, pero no registra actividad ni tiene ninguna propiedad a su nombre. Rosario sí conserva una propiedad en la isla que pudo quedarse tras la disolución de su matrimonio con Kyril de Bulgaria, con el que, por cierto, mantiene una relación muy cordial. Ambos han rehecho sus vidas después de la ruptura de su matrimonio, en 2010. Ella con el artista albanés Anri Sala, y él con Katharine Butler.

Cuando definitivamente vea la luz ese taller de artesanía en Mallorca, será un buen momento para ver desfilar a esa nómina de selectísimos amigos con los que cuenta Rosario Nadal. Desde la futura reina de Noruega, Mette-Marit, a Gwyneth Paltrow, Valentino Garavani o la propia infanta Cristina, quien la hizo madrina de su hija pequeña, Irene. Aunque para eso Rosario es profundamente mallorquina y es alérgica a la indiscreción.

"A pesar de mi nombre"

"Cuando a mis hijos les preguntan, dicen que son mallorquines y entre ellos hablan en un español muy de la isla, muy gracioso porque ellos nunca han vivido en España", confesó Kyril de Bulgaria, su exmarido, en una entrevista. Ahora son ellos, los tres hijos que tuvieron los príncipes de Preslav, los que son objeto de interés por parte de la prensa. Sobre todo Mafalda, que se está consolidando como cantante y prepara para este fin de semana su boda con Marc Abousleiman. En sus propias palabras, "será algo íntimo, con familiares y amigos cercanos”, aunque no se conoce el lugar concreto de Mallorca donde tendrá lugar el enlace, que será civil, ni la fiesta posterior. La presencia de los Reyes está descartada, al coincidir con el Día de las Fuerzas Armadas, pero podría aparecer la infanta Cristina con su familia.

Si se dejan, será una oportunidad también para ver a los miembros más jóvenes de la familia real búlgara, como Olimpia, la hermana de Mafalda, que ha estudiado Bellas Artes en Boston y ha trabajado para firmas de moda como Valentino y Oysho. O su único hermano varón, Tassilo.

En 'Expansión', la periodista le preguntó si su nombre la había ayudado a conseguir el respeto del mundo del arte. La respuesta es digna de reproducir: "Al contrario, yo diría que me he ganado este respeto a mi trabajo pese a mi nombre".