Las diez claves de Marta Ortega en su primer año como presidenta de Inditex

Hace un año que se materializó el relevo generacional en las entrañas de Inditex. Pablo Isla daba un paso a un lado a favor de la hija pequeña del fundador, Marta Ortega, a quien cedía la presidencia del grupo que se creó en 1985. Con más de quince años de formación y experiencia dentro de las tiendas y empresas que forman el grupo, Marta Ortega cogía la batuta de Inditex con paso firme y la discreción que la caracteriza. Una discreción marca de la casa que solo nos permite conocer ciertas facetas de su vida privada como algunas amistades, su afición por el mecenazgo fotográfico o la timidez con la que posa ante los fotógrafos en los grandes eventos. Forma una familia feliz junto a su segundo marido, Carlos Torretta; su hija en común, Matilda, y Amancio, el hijo que tuvo con su primer marido, el jinete Sergio Álvarez.

Las cifras de este primer año al mando de la compañía no pueden ser más halagadoras, y es que la heredera ha superado con creces las expectativas. Analizamos las diez claves del año más importante de su carrera como empresaria.

Desde abajo

Marta Ortega estudió Empresariales Internacionales en la European Business School de Londres. Tras licenciarse, comenzó su carrera en Inditex encarnando en primera persona lo que la cultura de esta empresa denomina "la experiencia en tienda". Y es que la actual presidenta de Inditex, durante su estancia en la ciudad del Támesis, trabajó como dependienta en Zara de Oxford Street sin que nadie supiera quién era ella, doblando ropa y atendiendo a los clientes. “En la primera semana creí que no sobreviviría”, confesó en la entrevista concedida a 'The Wall Street Journal'.

Digna heredera de su padre

Amancio Ortega es uno de los empresarios más importantes de España. Partiendo de unos comienzos humildes, supo poner en marcha la maquinaria de una multinacional de la moda presente en la actualidad en cuarenta y cuatro países. Marta no tenía fácil la transición, ya que Pablo Isla y su padre habían dejado el listón muy alto y una huella imborrable.

La neuropsicóloga Aranzazu Junquera nos explica por qué se ha desarrollado adecuadamente: “La historia nos ha demostrado que si se hace la transición de herederos espontáneamente, simplemente por el hecho de que generacionalmente es su turno, no suele salir bien. Esto se debe a que los padres que levantan o han aprendido a mantener un negocio familiar suelen conocer el esfuerzo, el fracaso, la penuria. Los hijos suelen nacer en cunas de oro, con privilegios, buena formación y vidas económicamente solventes. Sienten que les toca por derecho y que eso siempre va a estar ahí. Y ciertamente no es así. Las fortunas también se pueden lapidar fácilmente”.

A lo que añade: “Pero si los progenitores tratan a su descendencia como a su mayor activo, les trazarán un plan de estudios y carrera para que valoren su posición, que valoren el esfuerzo y lo que heredan. Así, la transición suele ser muy diferente: tiene éxito. Y no solo eso, si son formados conociendo la empresa desde abajo, aprenderán valores de trabajo y esfuerzo y serán respetados por sus trabajadores”, concluye la especialista.

Máximo histórico de beneficios

Inditex presentará este jueves los resultados del primer año completo con Marta Ortega como presidenta no ejecutiva y Óscar García Maceiras como consejero delegado. Los analistas ya han anticipado que el grupo batirá su máximo histórico de beneficio y ventas superando los 30.000 millones de euros. Los resultados hablan por sí mismos.

Su declaración de intenciones

El pasado mes de diciembre, durante el discurso de Navidad, Marta Ortega reconoció tener un firme propósito como directiva de Inditex: “Trabajar para que todos nos sintamos felices de formar parte de esta compañía”. Unos meses antes, en verano, durante la junta de accionistas, pronunció unas palabras cargadas de sentimiento: "Inditex es el deseo continuo de acercar la ilusión y el deseo de la moda a millones de personas en todo el mundo. Es el lugar en el que he crecido personal y profesionalmente y donde siempre he querido estar”.

Sueldo congelado

Inditex ya ha anunciado que su presidenta no ejecutiva congelará durante el próximo año su sueldo fijo de un millón de euros brutos anuales. Percibirá 900.000 euros anuales fijos y 100.000 euros más por su condición de miembro del Consejo de Administración de la compañía.

Por su parte, Amancio Ortega cobrará este año en torno a 2.000 millones de euros gracias al histórico dividendo que el grupo textil prevé repartir en los próximos meses, en consonancia con las cifras récord logradas por la mayor empresa cotizada española en su último ejercicio fiscal.

Presidenta y madre

Marta es madre de Amancio, de diez años, fruto de su primer matrimonio con el jinete Sergio Álvarez Moya; y junto a su segundo marido, Carlos Torretta, tiene a la pequeña Matilda, quien está a punto de cumplir tres años. En sus apariciones públicas, es una madre atenta y cariñosa que se deshace en carantoñas y atenciones con sus dos hijos. Cuentan quienes la conocen que no le importa madrugar los fines de semana para no perderse los partidos de fútbol de su hijo mayor, al que anima como una madre más desde las gradas.

Durante la Semana de la Moda de París sorprendió acudiendo al desfile de su amigo Pierpaolo Piccioli, director creativo de Valentino (y autor de su traje de novia en su boda con Carlos Torretta), acompañada precisamente de la mano del pequeño Amancio. Una forma de conciliar e iniciar desde su más tierna infancia en el mundo de la moda a su primer hijo. La experiencia debió gustar al pequeño, pues al día siguiente tampoco se perdieron juntos la pasarela parisina.

Carlos Torretta, una pieza clave

Marta estuvo casada con Sergio Álvarez Moya desde 2012 hasta casi principios de 2015. El exmatrimonio mantiene una excelente relación y se facilitan todo lo que pueden las visitas y turnos de su hijo en común. Años más tarde rehízo su vida junto a Carlos Torretta, hijo del diseñador Roberto Torretta, con quien se casó en 2018 en una multitudinaria boda en la que cantaron, entre otros, Chris Martin, Norah Jones y Jamie Cullum.

Charlie Torretta trabaja desde 2019 en Inditex, en la división de e-commerce de Zara, el buque insignia de la compañía. El exagente de modelos abrió a Marta las puertas de fiestas y eventos de la jet, y la joven, que había sido hasta el momento más tímida, empezó a tener mucha más proyección pública. Entre los amigos de la pareja figuran la modelo Eugenia Silva; Sofía Sánchez de Betak, Chufy (quien anecdóticamente ha firmado una colaboración con Mango, competencia directa de Inditex); el jinete Marco Juncadella y su mujer, la instagramer Lucía Bárcena; Carlos y Felipe Cortina Lapique; Pedro Bravo y Carlota Pérez-Pla; el decorador Tristán Domecq o Gonzalo Machado y Mafalda Muñoz, entre otros. Con ellos navegan en el yate familiar por aguas cristalinas o acuden a las exposiciones que, como mecenas de arte, Marta ha organizado en los últimos años: la dedicada a Peter Lindbergh, quien, además de su amigo, fue el encargado de realizar las fotografías de su segunda boda, y la muestra del también fotógrafo Steven Meisel.

Agota todo aquello que se pone

Además de su labor como directiva de Inditex, no cabe duda de que Marta es la mejor publicidad para la compañía. Prenda que viste, prenda que se agota en pocas horas. Preguntamos por este fenómeno a Patricia Eguidazu, profesora universitaria de Moda y CEO del método TriziaZu, quien lo asocia a un concepto de aspiracionalidad:

“Marta Ortega se ha convertido con los años en una mujer que genera aspiracionalidad en otras mujeres. Se la ve en eventos de moda, fiestas y vacaciones idílicas. Cuando el año pasado se convirtió en la presidenta no ejecutiva del grupo Inditex completó ese círculo de aspiracionalidad, donde compagina su trabajo con una familia y una selecta pero abundante actividad social. Eso hace que las mujeres a las que les encanta su estilo de vida, lejos de pensar que detrás de cada uno de sus looks hay una estrategia comunicativa sobre Marta, compren lo mismo buscando con esas prendas recrear aquellas sensaciones que les gustan de la vida de la señora Ortega”, afirma.

En cuanto a su forma de vestir: “Marta es sobria en cuanto a patronaje se refiere. Le gustan las líneas rectas y para diario cuando viste de Zara, una de las marcas del grupo que preside, apuesta por colores neutros como el kaki, el beis, el blanco y sobre todo el negro. Sin embargo, cuando se quita el ‘uniforme institucional’ y acude a actos sociales, nunca viste de marcas de su grupo. Apuesta siempre por Valentino (es una gran amiga de Piccioli, su director creativo) y por prendas de colores muy llamativos como el fucsia, el amarillo o el azul Klein. En cuanto a su forma de tratar su silueta, le gusta marcar la cintura con cinturones finos y no excesivamente ceñidos y prefiere las prendas midi o largas. Es más de vestido que de pantalón, y cuando lleva estos últimos le suelen gustar amplios y caídos. Siempre utiliza accesorios de marcas de lujo”, concluye la experta.

Su gran pasión

No cabe duda de que Marta es el ojo derecho de su padre, y una de las pasiones que les unen son los caballos. Amancio Ortega construyó para ella el espectacular centro hípico Casas Novas en Arteixo. Durante un tiempo, la joven formó parte de los circuitos hípicos de salto como amazona, donde se hizo amiga de otra gran heredera, Athina Onassis, con quien mantiene una estrecha relación. Colgó las botas hace más de siete años para centrarse en su faceta de madre y empresaria, pero continúa presente en las competiciones de más alto nivel como propietaria de grandes caballos de salto, que montan los jinetes y entrenadores holandeses Eric y Maikel van der Vleuten y que ella acude a ver competir siempre que puede.

Su primera crisis vencida

Durante este primer año a los mandos del grupo Inditex, no todo ha sido un camino de rosas para Marta. Su nombramiento se recibió con un batacazo en bolsa que preocupó a los inversores, aunque una semana más tarde tras la tempestad llegó la calma y la cotización se normalizó.

A finales de año se tuvo que enfrentar a la primera crisis importante en el seno de la compañía, motivada por las protestas y huelga de las trabajadoras, que, entre otras cosas, pedían una subida salarial. En febrero se llegó a un acuerdo estableciendo un salario mínimo fijo, entre otras medidas, lo que devolvió la ansiada paz al grupo y su primera gran victoria como presidenta.