La pasión de Antonio Banderas el Jueves Santo acompañado por Nicole Kimpel en Málaga

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Málaga se viste de solemnidad, incienso y saetas durante su Semana Santa, una de las más sentidas de toda Andalucía. Entre miles de fieles y devotos que cada año abarrotan las calles de la ciudad para acompañar a sus cofradías, hay un rostro especialmente conocido que nunca falta a la cita: Antonio Banderas, actor, director y, por encima de todo, malagueño y cofrade de corazón.

Pese a estar de gira por España con la obra 'Gypsy', Banderas ha hecho hueco en su agenda para vivir, un año más, la semana grande de Málaga, una cita que considera ineludible. No lo hace solo: este año ha querido que varias de sus compañeras del elenco teatral le acompañen, para que sientan en primera persona la fuerza y la emoción de una ciudad que late al ritmo de cornetas y tambores.

Como cada año, Banderas participa activamente en los actos de Semana Santa. Es cofrade de Lágrimas y Favores, con quienes realiza su estación de penitencia, y también asiste a momentos de gran carga simbólica, como el traslado del Santísimo Cristo de la Buena Muerte y Ánimas, más conocido como Cristo de Mena. Minutos antes de presenciar este acto el pasado jueves, Banderas atendía a los medios y recordaba con emoción: "El Jueves Santo siempre ha sido el día grande de la ciudad". El actor rememoró cómo vivía este día junto a su hermano desde pequeño: "Para nosotros era un día grande", aseguró.

En 2013 fue nombrado legionario de honor, y su conexión con este cuerpo y con la ciudad se hace palpable en cada palabra: "El traslado es un acto que tiene un valor emocional y, si me permitís, también teatral en el mejor sentido de la palabra. No de la actuación falsa, sino de la actuación verdadera del cuerpo legionario, que desde hace ya casi 100 años está unido, muy unido, a la ciudad de Málaga, donde son muy queridos". "Los malagueños somos muy anárquicos. Esa es la verdad. Nos gusta movernos como nos dé la gana", afirmó sobre los cortes de movilidad en la ciudad. Aunque reconoció que "hay que hacer un pequeño esfuerzo" y añadió: "Es complicado", pero entendible por razones de seguridad y organización.

A pesar de las dificultades, Banderas no se queda en la tribuna ni se esconde de la multitud. Todo lo contrario: "Cuando termina el recorrido oficial, le gusta echarse a la calle porque le gusta ver las procesiones en una esquina concreta o mezclado con la gente, que es donde realmente se disfruta", explicó. Pero su vínculo con la Semana Santa malagueña va más allá de lo religioso. Con profunda sinceridad, Banderas declaró: "Es reunirme con mi ciudad y conmigo mismo. Es volver a lo que yo he sido toda mi vida. El no permitirme volar por ahí a ser otra cosa. Yo soy malagueño".

El pasado Lunes Santo, en declaraciones a 'PTV Málaga', el actor confesaba que lleva participando en las procesiones desde los ocho años. Lo que vive en esta semana es, para él, un regreso al origen: compartir tiempo con las mismas personas con las que salía en procesión de niño, y dejarse llevar por una Málaga que está presente en él durante todo el año.