La boda de Cristina, la hermana de la diseñadora Isabel Núñez, y su vestido de novia bordado
Como no podía ser de otra forma, la perseguida creadora de vestidos de novia ideó el traje nupcial que su hermana pequeña lució en su enlace celebrado este otoño en Madrid
Cuando tu hermana mayor es una de las diseñadoras más solicitadas del panorama nupcial, el proceso de creación de tu vestido de novia se convierte en una experiencia tan emotiva como inolvidable. "Imagina tener la posibilidad de que tu hermana diseñe tu vestido soñado… Fue muy emocionante", relata Cristina Núñez para Vanitatis. Un apellido, el de Cristina, que, tal y como hemos señalado, es el de una institución entre las novias. Cristina es la hermana pequeña de Isabel Núñez, la fundadora y diseñadora de Inuñez. Para los que desconozcan quién es, Isabel pertenece a la nueva generación de modistos, todos jóvenes y talentosos, que están revolucionando el sector nupcial.
Hasta su atelier en la calle Castelar, 9, de Madrid, se acercan cada temporada las novias que buscan un traje diferente, muy personal y fiel a su estilo. Un traje que, tarde o temprano, acapare la atención del mundo y termine por conquistar Instagram. Es el efecto viral que sí o sí experimentan los vestidos de novia de Inuñez. De novias anónimas y famosas como Lucía Pombo, Lucía Domínguez Vega-Penichet o Mafalda Patricio. Aunque, sin duda, idear y confeccionar el vestido de novia de su hermana pequeña fue el más especial de todos. "Se casó mi hermana pequeña, ha sido muy emocionante y un poco en shock sentir cómo pasa el tiempo. Pienso que no solo creamos vestidos, no solo es algo material. Siento mucho orgullo de sentir que siempre formaremos parte de un momento tan especial en vuestras vidas y compartirlo con mi hermana ha sido muy especial", escribió la diseñadora en sus redes sociales.
Cristina y Eduardo se casaron el pasado 18 de noviembre en Madrid. Una boda de otoño celebrada en dos actos. La ceremonia religiosa fue en la iglesia de la universidad ICADE. "Allí estudié cinco años, es una iglesia preciosa y me hacía mucha ilusión celebrar mi boda ahí. Además, nos casó uno de mis profesores de Derecho", cuenta Cristina. Después, novios e invitados cambiarían de ubicación para trasladarse ante la finca Las Tenadas, ubicada en la localidad de Colmenar Viejo.
Con su historia de amor, ella, bróker de profesión, y él, notario, cumplieron con el refrán que dice 'de una boda sale otra'. "Nos conocimos en una boda en Marbella el 31 de julio de 2021. Yo iba invitada por Popi, la hermana del novio, que es íntima amiga mía de la universidad, y Eduardo iba por parte de la novia. De repente nos cruzamos y me dijo que me invitaba a tomar algo. Casualidades de la vida, después de hablar toda la noche nos dimos cuenta de que mi hermana también había diseñado el vestido de la suya ese año. Desde entonces hemos sido inseparables", explica la abogada.
Tras conocerse, Cristina y Eduardo comenzaron una relación a distancia entre Madrid y Barcelona, donde trabaja Eduardo. "La petición de mano fue en nuestra casa de Barcelona, el pasado diciembre, en la intimidad. Me había preparado mi cena favorita y al acabar me sorprendió de una forma muy original".
Once meses más tarde, la pareja organizó el gran día de sus vidas. "Si algo tenía claro, incluso antes de prometernos, es que sería ella... No solo por ser mi hermana, sino porque para mí es la mejor. Cada novia que diseña es única, reflejando su personalidad tal y como consiguió conmigo. Mi vestido lo diseñó, como no podía ser de otra forma, mi hermana". Al hablar con Isabel Núñez, la diseñadora nos revela que "es un vestido pensado al milímetro para ella, tiene personalidad y dulzura".
Sin ninguna idea previa de cómo se imaginaba vestida de novia, qué quería o qué no, solo que sería su hermana quien firmaría el traje más importante de su vida, Cristina se dejó llevar por su hermana mayor. "Me fie plenamente de ella. Como decía, es capaz de plasmar la personalidad de cada novia en sus diseños y, siendo hermanas, me conoce de sobra. Lo único que tenía claro era el cuello subido, me parece elegantísimo en las bodas de otoño e invierno", confiesa la novia.
Un proceso de creación muy familiar que unió más si cabe a las hermanas. "No puedo estar más contenta de haber tenido este privilegio, compartirlo con mi hermana y que resultara el vestido de mis sueños. Aunque admito que requiere paciencia, ya que el vestido va poquito a poco y el resultado no se ve hasta el final", comenta Cristina.
El resultado, un vestido 100% Isabel Núñez y 100% Cristina Núñez. La diseñadora nos lo explica: "El vestido está confeccionado en muselina de lana cashmere, todo el cuerpo está realizado con un tableado hecho a mano hasta la cadera. Un vestido lleno de detalles de costura como terminaciones deshiladas a mano, secuencias de bordados a mano con hilo platino y cristal checo y un cinturón de pasamanería de algodón e hilo platino todo trenzado a mano. Además, para aligerar el efecto de la lana, combinamos con muselina de seda en mangas y una sobrefalda trabajada en seis pañuelos que caían altos de la espalda, haciendo la función de velo. Tanto las mangas como la cola se desmontaban dejando una silueta en halter geométrica superfavorecedora".
Con el vestido armado, Cristina tenía que seleccionar con mimo y cuidado los aderezos para cerrar su look nupcial. Como joyas, "llevé los pendientes de mi abuela, que también lució mi hermana en su boda: dos flores hechas de diamantes y en el centro una perla". En sus dedos, el anillo con el que Eduardo le pidió matrimonio y el anillo que le regalaron sus suegros en la fiesta de compromiso, ambos de Rabat.
A sus pies, la abogada se calzó unos zapatos de Salo Madrid. "Eran tipo Chanel, de charol y color 'off white'. Eran increíblemente cómodos; no me los quité en toda la boda", recuerda Cristina. Sin velo, la novia decoró el cabello con un tocado asimétrico simulando flores de Charo Agruña.
El ramo de flores que portó la hermana de Isabel Núñez era obra de Elena Suárez. "Quería que mezclara tonos verdes y blancos y con un aire un poco asilvestrado a modo de cascada. El resto fue obra suya y no pudo quedar más bonito", argumenta. Estos floristas decoraron también la finca.
El 18 de noviembre, Cristina se arregló en casa de sus padres. "Nos maquilló y peinó Fini Rico a mi madre, mi hermana y a mí. No puedo estar más agradecida a ella, por su dulzura, templanza y profesionalidad. Mi hermana vino a ayudarme a vestirme e ir conmigo hasta la iglesia junto a nuestro padre".
Con los minutos de retraso de rigor, la novia llegó a la iglesia para encontrarse con su prometido. "La imagen que no se me borrará nunca fue ver a Eduardo al final del pasillo de la iglesia, tan emocionado como yo". Sobre la ceremonia religiosa, además de señalar que fue oficiada por uno de sus profesores de la carrera, Cristina recuerda que "fue una ceremonia muy bonita, amenizada por el coro En Clave de Coro, maravillosos".
Convertidos en marido y mujer, Cristina, Eduardo y sus invitados cambiaron de ubicación para recalar en la finca Las Tenadas. "Mi hermana me recomendó el catering La Blonda y cuando visitamos sus dos fincas, me enamoré de esta. Además, al ser una boda de otoño, corríamos el riesgo de que lloviera y tendríamos dos salones ideales para la celebración".
La boda fue, en palabras de Cristina, "un auténtico festival en el que la gente no parara de bailar y divertirse. Dadas las personalidades de los dos, nos encanta la fiesta, era una cosa que teníamos claro, que el principal objetivo era que la gente se divirtiera, no parase y comiera muy bien. ¿La realidad? Superó totalmente las expectativas. Empezando por el aperitivo. Contratamos a Cosa de Dos para que lo amenizara. De hecho, si hubiera sido por Eduardo, no se habría hecho ninguna foto con tal de disfrutar más de ellos". Del reportaje fotográfico se encargó el equipo de INNDU, Carol y Álvaro, y del vídeo, Ocho Veinticuatro.
Con un menú tradicional, pero muy rico, los recién casados conquistaron el paladar de todos los asistentes. Finalizada la comida, arrancó la gran fiesta. "Abrimos el baile con 'Someone Like You' de Van Morrison. A mi padre le encanta la música y esa canción me recuerda mucho a los viajes en coche en familia a Asturias, no falta nunca el CD de Van Morrison. Además, no nos veíamos bailando un vals clásico Eduardo y yo".
"Era imposible salir de la pista de baile. El montaje de luces, sonido y efectos, obra de arte de Gabi Project; la música que pinchó nuestro DJ y amigo Jimmy Casanovas con la colaboración de Fran Blazz. Todo, sumado a nuestros amigos y familia dándolo todo, hicieron que fuera la noche más divertida de nuestra vida", rememora.
La boda era un reflejo de la personalidad de los novios. "Como guiño al día que nos conocimos, regalamos unas minibotellas personalizadas de chupitos".
Como consejos para futuras novias, Cristina Núñez señala dos. El primero, "disfrutad mucho de los preparativos. Una boda es un día muy bonito y especial para planificar con la persona que vas a compartir tu vida y organizarla a vuestro gusto. Haced lo que os apetezca sin pensar en nadie más que en vosotros. Eduardo y yo nos lo pasamos fenomenal ideando cada detalle juntos". Y el segundo consejo: "No os separéis de vuestra pareja, es la única persona que importa. Es vuestro día y tenéis que disfrutarlo y aprovecharlo al máximo juntos. Esto contagia a los invitados y hace que lo den todo por vosotros".
Cuando tu hermana mayor es una de las diseñadoras más solicitadas del panorama nupcial, el proceso de creación de tu vestido de novia se convierte en una experiencia tan emotiva como inolvidable. "Imagina tener la posibilidad de que tu hermana diseñe tu vestido soñado… Fue muy emocionante", relata Cristina Núñez para Vanitatis. Un apellido, el de Cristina, que, tal y como hemos señalado, es el de una institución entre las novias. Cristina es la hermana pequeña de Isabel Núñez, la fundadora y diseñadora de Inuñez. Para los que desconozcan quién es, Isabel pertenece a la nueva generación de modistos, todos jóvenes y talentosos, que están revolucionando el sector nupcial.
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