Exclusiva | El álbum de boda de Nieves Herrero: "Celebramos nuestra boda entre arias de ópera y romanzas de zarzuela"

Nieves Herrero, periodista, escritora y actual conductora del programa 'Madrid Directo' en Onda Madrid, y Guillermo Mercado, realizador del programa 'Podrá ser peor' de Radio Nacional de España, son pareja desde el año 2000. Cuando se conocieron, ambos trabajaban en RNE. "Aunque fueron los viajes de la radio los que, de verdad, nos unieron", recuerda Nieves. "En ese momento él era el realizador de mi programa de tarde en RNE y fue precisamente viajando juntos cuando empezamos a conocernos más. Como no quería marearme en el coche siempre iba con él de copiloto, mientras otros compañeros iban detrás y yo, para que no se durmiera, no paraba de hablarle. Creo que fue así como me conquistó -rápido me di cuenta de que era una persona extraordinaria- y yo le fui conquistando a él. Y así vamos con el siglo, camino ya de los veinticinco años juntos".

Nieves y Guillermo decidieron darse el ‘sí, quiero’ en un discretísimo enlace el 7 de septiembre de 2013. Para ambos era su segunda boda. "Guillermo y yo decidimos celebrar nuestra boda de una forma íntima y secreta para el público, pero no para nuestra familia y amigos más cercanos. No queríamos convertirla en un bodorrio ni invitar a nadie por compromiso. Por supuesto, no hubo presencia de la prensa. Nos casábamos por amor y a una edad ya talludita", apunta la novia. La ceremonia civil tuvo lugar en el Ayuntamiento de Torrelodones, en Madrid, y les casó la entonces alcaldesa del municipio.

Si alguien le pregunta a Nieves por aquel decidido empeño en llevar su boda con tanta privacidad, ella lo tiene claro. "Probablemente, fue porque uno de nuestros primeros besos salió publicado en toda la prensa. Literalmente nos 'pillaron' y nos dejó muy impactados porque, en aquel momento, ni siquiera habíamos dicho que éramos pareja ni en la familia ni en el trabajo. Por eso pensamos que el hecho de que nuestra boda fuera solo para nosotros, nos reconfortaría más. Y así fue. No se filtró ni una sola foto y nosotros la disfrutamos al máximo", recuerda la periodista.

Cuando echa la vista atrás hasta aquel día de verano, Nieves se recuerda a sí misma entusiasmada, pero también muy inquieta. "Afronté el día con muchos nervios, es verdad, pero también con toda la ilusión del mundo. Fue una boda muy sencilla, muy de verdad. Guillermo y yo parecíamos dos jovenzuelos por lo nerviosos que estábamos. En ese momento ya éramos pareja de hecho, pero decidimos que había llegado el momento de casarnos". La boda se celebró a media mañana, aunque con la celebración posterior, la fiesta duró hasta bien entrada la noche.

Guillermo acudió a la cita con traje oscuro. "A mí parecía el novio más guapo del mundo, la verdad. Yo entré en la sala de plenos del Ayuntamiento del brazo de un gran amigo de toda la vida, José Luis Campos, a quien conozco desde hace más de treinta años. Ahora que ha pasado cierto tiempo recuerdo aquel día como uno de esos maravillosos e inesperados regalos que te hace la vida y te alimenta para siempre. Y me reafirma en la idea de que las segundas bodas son estupendas. Sobre todo, si el amor se impone por encima de todo", resalta nuestra protagonista.

Para celebrar el almuerzo, los novios eligieron La Castafiore, un restaurante lírico único, reconocido como uno de los más castizos de Madrid, que acoge representaciones en directo de arias y zarzuelas. "Está regentado por Paca Fernández, que es una gran amiga nuestra, y ese día cerraron el espacio solo para nosotros, pero no hubo una disposición especial de las mesas, ni entrada triunfal de los novios, ni vajillas escogidas para la ocasión. No hizo falta. Lo mejor fue que, entre plato y plato, sopranos, tenores y barítonos, camuflados entre camareros, nos regalaron maravillosas versiones de óperas célebres y romanzas de zarzuela. Fue precioso. Hasta consiguieron que se nos saltaran las lágrimas de emoción en varios momentos y que todos nosotros cantáramos y bailáramos con los artistas", apunta Nieves.

Para los novios, uno de los momentos imborrables de aquel 7 de septiembre lo protagonizaron sus tres niñas: Blanca, Ana (hijas de Nieves) e Inés (hija de Guillermo). "Cuando las tres, por sorpresa, nos regalaron unas palabras de lo más sinceras y emotivas que nos hicieron llorar a todos. Lo mismo hicieron algunos de nuestros amigos, que tomaron la palabra de forma espontánea para hacernos llegar todo su cariño". Otro momentazo se produjo de la mano de Puccini. "Fue al finalizar el almuerzo cuando nos cantaron el 'Nessun dorma' de la ópera Turandot y todos nos pusimos de pie para declamar en voz alta ese '¡Vinceroooo, Vinceroooo!'. Fue como decir: ¡Por fin hemos conseguido casarnos! Eso sí, no hubo baile al uso. A Guillermo le hubiera dado un patatús y eso que baila estupendamente bien", reconoce Nieves.

El viaje de novios está todavía pendiente. "Al ser una boda 'secreta' volvimos al trabajo como si no hubiera pasado nada y, sin darnos cuenta, lo fuimos aplazando. Pero lo haremos, eso seguro. ¿Algún destino especial en mente? Noruega".

Un vestido midi de guipur

"Tenía claro que el vestido me lo haría el diseñador Alejandro de Miguel, que además es amigo mío y, como no iba a ser una boda tradicional, le pedí que fuera un traje corto, acorde con la ceremonia que íbamos a celebrar y con el que me sintiera cómoda". ¿El resultado final? Un vestido midi realizado en guipur de color marfil con manga francesa, escote barco con transparencias y ajustado a la cintura con un fajín de mini jaretas. Los zapatos, unos 'peep-toes' también del atelier de Alejandro. "Llevaban bastante tacón para no parecer más bajita al lado de Guillermo", apunta Nieves.

El ramo, realizado por la floristería Amarylis, era un sencillo bouquet cuajado de rosas blancas y otras flores diminutas. Como únicas joyas, la novia llevó un anillo de diamantes y unos pendientes de diamantes y perlas australianas realizado por su gran amiga María Ángeles Farga. "Tristemente, esos pendientes ya no los tengo. Me los robaron años más tarde y me llevé un gran disgusto".

Para maquillarse, en tonos muy suaves y naturales, Nieves confió en sus amigas maquilladoras de 13 TV, donde trabajaba en ese momento presentando. "Ese día estaba atacada, no hubiera sido capaz ni de aplicarme la máscara de pestañas. Como peinado, obra de mi amiga de toda la vida, Sandra, de Sandra Peluqueros, opté por llevar mi melena suelta".

"Guillermo es mi casa, mi refugio"

Once años después de aquel veraniego día de septiembre, Nieves y Guillermo siguen tan unidos como entonces. Hace apenas unos meses ella hablaba así de su marido. "Guillermo ha sido el gran hallazgo de mi vida. Es una persona fuera de serie, responsable, muy amoroso y con mucho sentido del humor. Me aporta mucho equilibrio, mucha ternura, a pesar de que parece John Wayne por su estatura y su complexión. Yo le digo que es un falso John Wayne. Para mí, Guillermo es casa. Donde vayamos mis hijas y yo y Willy esté cerca, siempre estará mi hogar".