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Charlène de Mónaco: cronología de una semana repleta de sinsentidos
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CONFUSIÓN

Charlène de Mónaco: cronología de una semana repleta de sinsentidos

La falta de información respecto al estado de salud de la princesa monegasca y su prolongada ausencia del principado abonan el desconcierto

Foto: Charlène de Mónaco, en una imagen de archivo. (EFE)
Charlène de Mónaco, en una imagen de archivo. (EFE)

La princesa Charlène, esposa de Alberto de Mónaco, permanece en su país natal, Sudáfrica, desde el pasado mes de enero. La razón oficial es que sufre una infección que le impide viajar en avión de vuelta al principado, y la travesía en barco se antoja imposible. Sus hijos y su marido han ido a hacerle un par de visitas en este tiempo. Hasta aquí los hechos ciertos y comprobados.

El Palacio de Mónaco ha sido extremadamente rácano a la hora de ofrecer información sobre el estado de salud de la esposa del soberano durante este tiempo. Los comunicados han sido vagos, en ocasiones hasta ambiguos y, sobre todo, faltos de detalles. Lo único que se ha sabido con seguridad es que contrajo una infección otorrinolaringológica, derivada de la colocación de un injerto, para lo que tuvieron que elevarle el seno maxilar. Ella misma aportó otro dato a un portal sudafricano. Durante una entrevista, concretó que la operación le había provocado una infección en los senos nasales -conocida como sinusitis-, pero sin dar más detalles de por qué había derivado en problema tan grave, ya que a priori no es habitual que una sinusitis impida a quien la padece viajar durante meses.

Mientras, distintas revistas del ramo europeas, como la alemana 'Bunte' o la británica 'Tatler', se han hecho eco de los rumores que recorren cada uno de los rincones del principado sobre la mala salud del matrimonio entre los príncipes monegascos. Las declaraciones de una tía de Alberto publicadas en 'Oggi' a mediados de agosto vinieron a dar credibilidad al asunto. Christa Mayrhofer-Dukor, prima de la desaparecida Grace Kelly, aseguró que el divorcio era "inminente". O esa es la conclusión que ella sacó de una conversación privada que mantuvo por teléfono con el soberano monegasco y que, según ella, confirmó sus peores sospechas.

“Él insinuó que su matrimonio está en una etapa muy muy difícil. Me dijo: 'Con Charlène estoy en una fase de alejamiento no solo física'. Los dos se han distanciado, ella sigue su propio camino, él ha elegido el suyo”, sentenció.

Estrategia de comunicación

Ante lo ensordecedor de los rumores, Palacio decidió contraatacar desplegando una estrategia de comunicación a finales de agosto que incluyó un poco de todo. Por un lado, filtraciones del "entorno íntimo" a medios de comunicación afines asegurando que todo va bien entre la pareja y que solo se trata de un problema de salud. Por otro, los asesores de los Grimaldi publicaron en las redes sociales de Charlène diversas imágenes de una visita que estaban realizando Alberto y sus hijos a Sudáfrica en esos días.

No ayudó a acabar con los rumores el gesto enfadado de la princesa Gabriella en esas fotos. Tampoco el hecho de que 29 de agosto se publicaran unas imágenes de Alberto con sus mellizos tomadas ese fin de semana en la localidad francesa de Saint-Vincent-de-Cosse, disfrutando de un día de actividades en canoa, lo que confirmaba que Charlène volvía a estar sola en Sudáfrica. Su familia apenas había pasado con ella una semana.

El desmayo

Para desmontar aún más el castillo de naipes, la princesa sudafricana se desmayó el 1 de septiembre y tuvo que ser ingresada en un hospital de Durban. Los medios del país se hicieron eco y Palacio tuvo que salir al paso con un comunicado que reproducimos a continuación: "En la noche del 1 de septiembre, Su Alteza Serenísima la Princesa Charlène de Mónaco fue llevada al hospital después de desmayarse debido a complicaciones de una infección otorrinolaringológica grave. Su Alteza es seguida de cerca por su equipo médico, que comentó que su estado de salud no es preocupante".

A pesar de este nuevo bache de salud, al día siguiente, 2 de septiembre, se publicaron en la revista 'People' unas insólitas palabras del príncipe Alberto. Eran las primeras declaraciones del soberano de la Roca a un medio de comunicación sobre el estado de salud y la situación de su mujer en todo este tiempo. Además, eran muy optimistas.

La princesa Charlène, esposa de Alberto de Mónaco, permanece en su país natal, Sudáfrica, desde el pasado mes de enero. La razón oficial es que sufre una infección que le impide viajar en avión de vuelta al principado, y la travesía en barco se antoja imposible. Sus hijos y su marido han ido a hacerle un par de visitas en este tiempo. Hasta aquí los hechos ciertos y comprobados.

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