Camila Parker, la malvada madrastra que se convirtió en la reina del cuento
La duquesa de Cornualles fue durante mucho tiempo la amante del nuevo rey del Reino Unido Carlos III. Hoy es una pieza clave del tablero real
Hace 20 años, difícilmente Camila Parker Bowles habría podido imaginar que, a sus 75 años, estaría felizmente casada con el príncipe Carlos de Inglaterra, contando con el cariño de los hijos de este y con el apoyo y la admiración de gran parte de sus conciudadanos y de la reina Isabel II.
La duquesa de Cornualles fue durante mucho tiempo la despreciable amante del futuro rey del Reino Unido. Lady Di era una figura muy querida por el público dentro de la monarquía y pocos fueron los que pudieron perdonar a Camila el hecho de que el amor que sentía Carlos de Inglaterra por ella fuera correspondido, lo que provocó la ruptura del matrimonio de aquel con Diana de Gales. El resto es por todos conocido. El desenlace trágico de la madre del príncipe Harry y del príncipe Guillermo elevó a Lady Di a la categoría de 'santa' mientras que la imagen de Camila descendía a los infiernos.
"He sido juzgada durante tanto tiempo…", pudo confesar abiertamente Parker Bowles en una entrevista concedida a 'Vogue'. Parecía una misión imposible pero, con paciencia y buen hacer, Camila logró revertir esa mala imagen y convertirse en lo que es hoy para muchos: la perfecta futura reina consorte.
Por si quedaba alguna duda de que esto es también lo que se piensa dentro de la institución, Isabel II no quiso esperar más y el pasado 6 de febrero, cuando cumplía 70 años en el trono, decidió anunciar que su nuera será "reina consorte" cuando ella muera y su hijo ascienda al trono.
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Ya un mes antes, la reina había dado otro importante paso frente a su nuera. Fue el 31 de diciembre de 2021 cuando el Palacio de Buckingham anunció a través de un comunicado que Su Majestad estaba “encantada de nombrar a Su Alteza Real la Duquesa de Cornualles (...) como Dama Real de la Muy Noble Orden de la Jarretera”. Se trataba del título más prestigioso de Gran Bretaña concedido por la soberana y con el cual Camila conseguía tener el mismo rango que los hijos de la monarca.
Recordemos que Camila se casó con el príncipe Carlos en 2005. La ceremonia civil se llevó a cabo de una manera muy discreta y con la notable ausencia de la soberana. Hacía 8 años que Lady Di había fallecido y las críticas hacia Camila, Carlos y la institución habían sido feroces en los años posteriores. El tiempo logró calmar las aguas, pero desde la Casa Real eran conscientes de que cualquier paso dado por Camila Parker y el príncipe Carlos debía darse con sumo cuidado y tacto. Por este motivo, durante el matrimonio, la duquesa de Cornualles optó por no tomar el título de princesa de Gales, que antes ostentaba Diana, para no ofender a la opinión pública.
A partir de ese momento, el cometido de Camila fue demostrar su responsabilidad y buen hacer. Cuando se casó tenía 57 años y nunca había trabajado fuera de casa. Ahora, con 75 años, es patrona o presidenta de más de 90 organizaciones benéficas y ha llegado a asistir a más de 200 compromisos en un año.
Tuvo que esperar 11 años desde su boda, hasta 2016, para que la reina tomara una decisión pública importante que demostrara sin dudas que consideraba a Camila imprescindible en la institución. Fue cuando la convirtió en miembro de su órgano asesor más importante, el Consejo Privado. Este movimiento demostró el gran respeto que Isabel II sentía por su nuera.
El cariño que Guillermo y Harry le han demostrado en público en numerosas ocasiones también ha servido para que los fanáticos de la realeza comenzaran a mirar a Camila con distintos ojos. Los dos hermanos se habían convertido ante el público en dos víctimas más de la muerte de su madre, vinculada siempre de manera inconsciente a su ruptura con Carlos de Inglaterra.
El hecho de que los hijos de la que se consideraba la archienemiga de Camila Parker quisieran a su madrastra hizo pensar, con el paso del tiempo, que quizás el lobo del cuento no era tan malo como lo habían pintado. "No es la malvada madrastra... Es una mujer maravillosa y ha hecho a mi padre muy muy feliz", llegó a confesar el príncipe Harry cuando tenía 21 años.
En el año 2020, todo lo que Camila había logrado de cara a la opinión pública estuvo a punto de desmoronarse. La culpa la tuvo una serie de televisión, ‘The Crown’, que en su cuarta temporada abordó el triángulo amoroso formado por Carlos, Lady Di y ella. Aquello reavivó odios enterrados y el fantasma de Diana de Gales volvió a planear sobre la restaurada reputación de la esposa de Carlos de Inglaterra. Los fanáticos de Lady Di volvieron a alzar las voces críticas contra Camila, que llevaban tiempo apagadas. Las redes sociales comenzaron a arder contra ella. Tal fue el temor en Casa Real de que todo lo conseguido por Camila se desmoronara de nuevo, que se vio obligada a intervenir. Aquel nubarrón se disipó para alivio de toda la familia.
Hoy, Camila es una pieza clave para la continuidad de la monarquía. La salud cada vez más frágil de Isabel II ha hecho que el aparato real lleve tiempo preparándose para el momento inevitable en que termine el reinado de la actual reina, que acaba de suceder. El príncipe Carlos está a un paso del trono y junto a él Camila se ha convertido en una pieza del tablero muy importante.
Hace 20 años, difícilmente Camila Parker Bowles habría podido imaginar que, a sus 75 años, estaría felizmente casada con el príncipe Carlos de Inglaterra, contando con el cariño de los hijos de este y con el apoyo y la admiración de gran parte de sus conciudadanos y de la reina Isabel II.