A Kate Middleton, como a Letizia, también le retiran la mano: su nuevo acto con velo incluido

Si ayer nos sorprendía vestida de uniforme militar en su debut como coronel de la Guardia Irlandesa, un día después Kate Middleton ha vuelto a acaparar titulares en un nuevo acto junto a Guillermo. Los príncipes de Gales han visitado el centro musulmán Hayes, que está recaudando fondos para ayudar a los afectados por el terremoto de Turquía y Siria. Como señal de respeto a sus anfitriones musulmanes, Kate ha cubierto su pelo con un velo en blanco y negro, rememorando así su visita a Pakistán en octubre de 2019.

Precisamente el velo que lleva la princesa de Gales es de la firma paquistaní Élan y forma parte de un conjunto que lució la madre de George, Charlotte y Louis en su tour por el país. Durante un acto en Lahore en 2019, Kate llevó una túnica blanca con bordados florales en negro, los mismos que presenta el velo que ha elegido ahora para su visita a este centro que donará para ayudar a los turcos y sirios 25.000 libras, de las cuales 17.000 se obtuvieron el primer día de la campaña. Allí los Gales han podido también conversar con trabajadores humanitarios que han regresado recientemente de la zona de crisis en Turquía.

Kate ha combinado el velo con un vestido negro plisado de Alexander McQueen, que estrenó en septiembre durante uno de los actos de recuerdo a la reina Isabel II. Encima llevaba un abrigo largo también negro de Catherine Walker, la que fuera una de las diseñadoras favoritas de la princesa Diana. Como complementos, la princesa ha elegido un bolso de piel de Grace Han, valorado en 2.200 euros, y salones de ante de Gianvito Rossi.

Durante su visita al centro Hayes, Kate ha vivido un momento incómodo, que nos recuerda inevitablemente al de doña Letizia hace unas semanas. Al ir a saludar a los presentes, la princesa de Gales ha alargado la mano hacia un hombre después de que este saludara a Guillermo, pero él la ha retirado, llevándosela al corazón. Un gesto que ha dejado sorprendida a Kate, que ha intentado parecer natural y no darle importancia, ya que se trata de algo cultural, pues algunos hombres musulmanes no quieren tener contacto con las mujeres.

Precisamente, la Reina de España se enfrentaba a una situación parecida durante la recepción al cuerpo diplomático, cuando el embajador de Irán rehusó saludarla con la mano, optando en cambio por bajar la cabeza. Doña Letizia, quien ya está acostumbrada, no se extrañó y el besamanos continuó sin problemas.

Esta salida de los príncipes de Gales se produce el mismo día que el Palacio de Buckingham ha hecho oficial que tanto Archie como Lilibet son príncipes. Según las Letters Patent, las leyes de la Corona, de 1917, todos los hijos y nietos de reyes deben llevar ese título, a no ser que los padres digan lo contrario, como sucedió con la princesa Ana, que quiso que Peter y Zara fueran ciudadanos normales. Con la muerte de Isabel II el pasado septiembre y la subida al trono de Carlos III, había muchas dudas sobre qué pasaría con los hijos de los Sussex.

Según las leyes, como nietos del nuevo monarca, tienen que ser príncipes, pero Buckingham había optado hasta ahora por el silencio. Sin embargo, este mismo miércoles, desde Montecito, se lanzaba un órdago a la familia real británica al revelar la celebración del bautizo de su hija. Un portavoz oficial de la pareja explicó a 'People' que "la princesa Lilibet Diana" había recibido el sacramento el pasado 3 de marzo en su casa de Montecito. Con la utilización del título se daba por sentada la voluntad de Harry y Meghan Markle.

Un día después, este jueves, los Windsor han actualizado su página web, nombrando ya a Archie y Lilibet como príncipe y princesa respectivamente, con tratamiento de alteza real.