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Melena Botticelli, la tendencia renacentista para los cabellos largos más repetida entre celebs
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Del cuadro a la alfombra roja

Melena Botticelli, la tendencia renacentista para los cabellos largos más repetida entre celebs

La Met Gala fue su máximo expositor, sin embargo, las larguísimas y onduladas melenas de moda son una firme tendencia que bebe del Renacimiento y de los prerrafaelitas

Foto: Adwoa Aboah, en la fiesta de 'Vanity Fair'. (Getty/Frazer Harrison)
Adwoa Aboah, en la fiesta de 'Vanity Fair'. (Getty/Frazer Harrison)

Bienaventurados los que ven la historia del arte como una carrera sin futuro. Cuando la falta de ideas de la industria de la moda cierne sus ojos sobre uno de los periodos históricos más ricos del arte, asistimos al curioso resurgir de estilismos que ya inspiraron a genios de la pintura hace siglos.

La figura del trendsetter asesora a celebrities o diseñadores de moda para apostar por un estilismo, la inspiración no es fruto de una musa que susurre a su oído tendencias, a menudo es resultado de una labor de investigación larga y meticulosa.

placeholder Sophie Turner en la Met Gala y la Afrodita de Botticelli. (Getty/Dimitrios Kambouris)
Sophie Turner en la Met Gala y la Afrodita de Botticelli. (Getty/Dimitrios Kambouris)

Cuando en la pasada Met Gala, no fueron una ni dos las celebrities que acompañaron sus mejores galas con sendas melenas de longitud XXL, repletas de ondas deshechas, la labor del trendsetter estaba hecha, había nacido una tendencia beauty.

Pero más allá de las melenas de Sophie Turner, Olivia Rodrigo o la mismísima Blake Lively, no estaba el ingenio de un maestro de la peluquería, sino la evocadora pincelada de nombres propios como John William Waterhouse, John Everett, Frederic Leighton o el renacentista Sandro Botticelli.

placeholder Anya Taylor-Joy y 'La primavera' de Sandro Botticelli. (Getty/Matt Winkelmeyer)
Anya Taylor-Joy y 'La primavera' de Sandro Botticelli. (Getty/Matt Winkelmeyer)

La primera en dar la voz de alarma, señalando las melenazas como una obra de arte de la pintura era 'Vogue', que determinaba que la exuberante cabellera repleta de rizos, extensiones y pasadores joya de Kaia Gerber no era una vuelta a la tendencia disco de los 70-80 del siglo XX, sino un guiño de los estilistas al movimiento prerrafaelita del siglo XIX.

placeholder Kaia Gerber. (Getty/Dimitrios Kambouris)
Kaia Gerber. (Getty/Dimitrios Kambouris)

En el código de vestimenta de la gala del Museo Metropolitano de Nueva York, se especificaba que la estética debía inspirarse en el ‘Gilded glamour en América: Una antología de la moda’, en donde los pintores prerrafaelitas encajaban, a pesar de ser un movimiento inglés.

placeholder Blake Lively en la Met Gala y un retrato de dama de Sandro Botticelli. (Getty/Mike Coppola)
Blake Lively en la Met Gala y un retrato de dama de Sandro Botticelli. (Getty/Mike Coppola)

Las largas melenas de las protagonistas de aquellos cuadros mantenían una constante onda en zigzag, natural y deshecha, que evocaban al medievalismo. Los pintores de este periodo se sentían atraídos por las pinturas anteriores a Rafael, de ahí su nombre. Sin embargo, los medios italianos no encuentran prerrafaelismo en la melena de Phoebe Dynevon o Adwoa Aboah, sino en un pintor coetáneo del renacentista, el también celebérrimo Sandro Botticelli.

placeholder Phoebe Dynevor en la Met Gala y 'Ophelia' de John Everett. (Getty/Jamie McCarthy)
Phoebe Dynevor en la Met Gala y 'Ophelia' de John Everett. (Getty/Jamie McCarthy)

Los esponjosos semirrecogidos del pintor florentino comparten la longitud que sobrepasa el abdomen y puede incluso, en el caso de 'El nacimiento de Venus', llegar a cubrir los genitales. Simonetta Vespucci era el rostro que aparecía una y otra vez en las obras de Botticelli.

El supuesto amor que el pintor profesaba por la joven, por la que Juliano de Médici también competía, llevaron al pintor a tomarla de inspiración para varios de los personajes de sus cuadros. Su característica larga melena rubia, con bucles rotos y engalanada, como las jóvenes florentinas del momento, es fácil de identificar en sus cuadros.

placeholder Las tres gracias dentro de 'La primavera' de Sandro Botticelli.
Las tres gracias dentro de 'La primavera' de Sandro Botticelli.

Vemos pasadores con perlas, cintas de colores o mechones de pelo que juegan a ser diademas o trenzas superpuestas, siempre en enormes melenas rubio ceniza. Se respeta siempre el volumen en la raíz, a la vez que el movimiento del cabello, que reacciona a la más ligera brizna de viento.

placeholder La modelo Adwoa Aboah, frente a un retrato de Botticelli. (Getty/Frazer Harrison)
La modelo Adwoa Aboah, frente a un retrato de Botticelli. (Getty/Frazer Harrison)

De vuelta al presente, resulta un renovador soplo tras años de lisos extremos o de ondas peinadas -siempre en la misma dirección- en los que era fácil identificar el uso de herramientas de calor, arrojando una imagen artificial aunque favorecedora. Inspirada en la musa de Botticelli, la moda recupera con firmeza, y a través de pesos pesados de la industria como Versace, Fendi o Antonio Grimaldi, las melenas texturizadas.

placeholder Ramona Tabita y Elodie Di Patrizi, en el front row de Versace. (Getty/Vittorio Zunino Celotto)
Ramona Tabita y Elodie Di Patrizi, en el front row de Versace. (Getty/Vittorio Zunino Celotto)

Adiós tenacillas y plancha, hola geles y ondas hechas con una trenza. La primera visionaria era Donatella Versace. La directora artística de la firma italiana reclutaba a las hermanas Hadid y llenaba sus ya de por sí largas melenas de extensiones ondulantes, creando unos rizos planos que cubrían enormes edificios milaneses. Donatella hizo pop.

placeholder Donatella Versace posa con Bella y Gigi Hadid. (Versace/Mert Alas y Marcus Piggott)
Donatella Versace posa con Bella y Gigi Hadid. (Versace/Mert Alas y Marcus Piggott)

Antes del Gilded de la Met Gala, la tendencia tomaba fuerza en Italia, amparada por el Renacimiento y con Sandro Botticelli a la cabeza. Además de la diseñadora, otro icono italiano que apoya la melena Botticelli es Chiara Ferragni. Además de protagonizar una controvertida (e ideal) sesión de fotos de la mano de 'Vogue' en la Galería Uffizzi delante de los cuadros de Botticelli, la influencer también optó por la melena XXL con ondas rotas para acudir al Met.

Incluso en alguna ocasión, cuando ha compartido sus fotografías prefama, cuando tan solo era una adolescente de Parma, sus seguidores han comparado su rostro y melena natural (ondulada y cobriza) con la imagen de Simonetta Vespucci.

Pero la inspiración pictórica no queda ahí. Con el cambio de década, las melenas largas llegaron para quedarse y ahora la moda las normaliza en pro de la naturalidad. Ya no hay que someterlas a peinados estrictos, sino respetar su forma; una lección aprendida tras el confinamiento. Al largo y a las ondas naturales -rozando a veces el acabado sirena- se les suma la coloración.

placeholder 'La calumnia de Apeles', de Sandro Botticelli.
'La calumnia de Apeles', de Sandro Botticelli.

El característico rubio ceniza de Botticelli deja, sin embargo, paso a un tono rojizo que poco a poco se ha convertido en la tendencia cromática del año. El pelirrojo luminoso de 2020 se convirtió en una versión aún más clara gracias a Kendall Jenner, y ahora con las pinturas prerrafaelitas de por medio, se oscurece hacia el rojo veneciano, un viejo conocido de los peluqueros por sus enriquecedores matices.

placeholder 'The lady of Shalott', de John William Waterhouse.
'The lady of Shalott', de John William Waterhouse.

De nuevo Italia se suma otro tanto en lo que a tendencias capilares se refiere. Esta precisa coloración la veíamos en Sophie Turner, Phoebe Dynevor, Adwoa Aboah o Zendaya. Caoba, castaño oscuro, rojo veneciano colorean la paleta de los coloristas más exclusivos, de nuevo, con la historia del arte como inspiración.

Bienaventurados los que ven la historia del arte como una carrera sin futuro. Cuando la falta de ideas de la industria de la moda cierne sus ojos sobre uno de los periodos históricos más ricos del arte, asistimos al curioso resurgir de estilismos que ya inspiraron a genios de la pintura hace siglos.

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