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Pau Donés llevaba meses arreglando sus cosas: la herencia del cantante
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Pau Donés llevaba meses arreglando sus cosas: la herencia del cantante

El creador de Jarabe de Palo sabía que le llegaba el final y quiso anticiparse. En abril dejó sus asuntos económicos arreglados. Su casa del Valle de Arán sigue a la venta por dos millones

Foto: Pau Donés, en una preciosa imagen con el nombre de su hija en primer plano. (Getty)
Pau Donés, en una preciosa imagen con el nombre de su hija en primer plano. (Getty)

"El cáncer me matará, pero ahora no me viene bien que me voy a surfear". Es el título de una de las decenas de entrevistas en las que Pau Donés mostró su actitud ante la enfermedad que ha acabado con su vida a los 53 años. Quería apurar la ola hasta el final, sin dramas, sin aspavientos. En los últimos meses de su vida, Donés se convirtió en un David que asumió su derrota ante Goliat. Cuando los médicos le dijeron que el final era inevitable dejó de medicarse y quiso cumplir el último sueño de grabar un nuevo disco. Se dio el gusto de dar las gracias a través de un vídeo y de unas últimas canciones que le han hecho (aún más) eterno, aunque el proceso de grabación muchas veces desafío sus propias fuerzas. Pero también tuvo la serenidad de dejar arreglados sus asuntos terrenales, de dejarlo todo dispuesto para su marcha.

A finales de los años noventa, Pau Donés fundó la discográfica Tronco Records, "la República Independiente de Jarabe de Palo". Su objetivo era "mantener la independencia creativa y gestionar todo lo referente a la actividad artística de la banda. Es decir, discos, booking, management y publicidad" (según su propia página web). El accionista y el administrador único era Pau Donés y sus cuentas estaban muy saneadas. En el ejercicio 2018 declaró unos beneficios de casi un millón de euros, a pesar del parón profesional inevitable por su enfermedad. La sociedad cuenta con un patrimonio que ronda los seis millones de euros, una cantidad que se traduce en su mayor parte en inmuebles en Formentera, Barcelona o en el Valle de Arán.

placeholder Pau Donés, en una imagen de archivo tomada en la sede de SGAE en Madrid. (EFE)
Pau Donés, en una imagen de archivo tomada en la sede de SGAE en Madrid. (EFE)

El pasado mes de marzo, Donés quiso dejar todo arreglado. A principios de mes decidió cambiar la configuración de la sociedad y dejó de ser el administrador único. Nombró entonces como administrador solidario a su hermano Marc, su cómplice vital desde los tiempos en que ambos hacían publicidad hasta hoy. Será él quien velará por los intereses de sus herederos. También esa primera semana de marzo antes de la pandemia suscribió una ampliación de capital de 300.000 euros. Marc y Pau, por cierto, administraban solidariamente otra empresa, Casa Alena Bichos y Verduras SL, dedicada a la compraventa de bienes inmobiliarios.

Además de los inmuebles propiedad de Tronco Records, el cantante también tenía a su nombre varias propiedades, sobre todo en el pueblo de su padre, Montanuy (Huesca); en el Valle de Arán, y en el céntrico Paseo de Gracia de Barcelona. Ahora pasarán presumiblemente en gran parte a su hija Sara.

Aunque se hizo famoso con la música, Donés tenía una carrera previa como economista y ejecutivo de publicidad, donde adquirió algunas habilidades que luego supo rentabilizar. "Tengo muy buen recuerdo de los 25. Yo estudié Económicas, empecé a trabajar en una agencia de publicidad, y a esa edad dejé todo para dedicarme a la música. Monté un taller de escenografía con mi hermano Marc, empecé a componer los primeros temas y a los 30 presentamos las primeras demos y grabamos el primer disco. Tengo muy buenos recuerdos de esos años, fueron estupendos porque me salí de mi ruta, que era la de ser economista y ejecutivo publicitario, para hacer lo que yo quería hacer, dedicarme a la música que es mi verdadera vocación. En ese momento, también es verdad que me encuentro con la parte del negocio agresivo de la música. Un negocio muy potente y rentable donde el producto éramos nosotros. Conseguimos gestionar nuestra carrera gracias a vender muchos discos y el haberlo hecho nos ha permitido llegar donde queríamos logrando que Jarabe de Palo, después de 20 años, sea un grupo que siga estando muy vigente en el panorama musical", explicó en una entrevista en 'Noticias de Castilla y León'.

La Casa del Árbol

"Lo que me queda lo voy a disfrutar a tope, voy a divertirme y a despedirme de la gente", decía a su gente. El futuro de su familia está asegurado, aunque en este sereno viaje que le ha llevado hasta el final tomó muchas decisiones. El último año de su vida lo pasó componiendo en Santa Mónica. Cuando volvió hace unos meses puso a la venta su casa del Valle de Arán, "quizás la propiedad más espectacular de todos los Pirineos", por 2.300.000 euros. "La residencia principal tiene un hermoso plan de concepto abierto con sala de estar, cocina y comedor con enormes paredes de vidrio con vistas a las majestuosas montañas. El dormitorio principal con espectaculares vistas a la montaña es grande y espacioso y tiene un baño central abierto. En el jardín de 6.000 m² con vistas asombrosas hay una Casa del Árbol hecha a mano para los niños. Es seguramente la cima en la Val d'Aran. Las vistas, la calidad de la construcción, el espacio, el ambiente de todo, simplemente no se puede hacer justicia en palabras", dice el anuncio colgado en Idealista.

placeholder En una entevista con la agencia Efe. (EFE)
En una entevista con la agencia Efe. (EFE)

El cantante la compró en el año 2000, cuando no eran más que tres bordas -una construcción típica del Pirineo empleada para resguardar al ganado o almacenar productos agrícolas- abandonadas. Las reformó con una mezcla de estilos antiguo y moderno, y la convirtió en su refugio. Pero se trata de una propiedad costosa de mantener y de ahí que decidiera venderla para dejar un fleco suelto menos.

Aunque el legado de Pau Donés es mucho más universal que todo esto: son sus canciones, su filosofía de vida, estos versos que desvelan la grandeza de alguien que ha dicho adiós con coraje, de la manera más valiente posible: "Así que gracias por estar / Por tu amistad y tu compañía / Eres lo mejor que me ha dado la vida / Por todo lo que recibí / Estar aquí vale la pena / Gracias a ti seguí / Remando contra la marea".

"El cáncer me matará, pero ahora no me viene bien que me voy a surfear". Es el título de una de las decenas de entrevistas en las que Pau Donés mostró su actitud ante la enfermedad que ha acabado con su vida a los 53 años. Quería apurar la ola hasta el final, sin dramas, sin aspavientos. En los últimos meses de su vida, Donés se convirtió en un David que asumió su derrota ante Goliat. Cuando los médicos le dijeron que el final era inevitable dejó de medicarse y quiso cumplir el último sueño de grabar un nuevo disco. Se dio el gusto de dar las gracias a través de un vídeo y de unas últimas canciones que le han hecho (aún más) eterno, aunque el proceso de grabación muchas veces desafío sus propias fuerzas. Pero también tuvo la serenidad de dejar arreglados sus asuntos terrenales, de dejarlo todo dispuesto para su marcha.

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