Cuando Carlos Lesmes se quita la toga: un conservador casado con una enfermera

Carlos Lesmes nunca deja indiferente cuando decide dar su opinión. Así ocurrió el año pasado por estas fechas con la apertura del año judicial con un discurso en el que repartía munición para todos, en especial para la clase política. Un año después, el presidente del Tribunal Supremo y del Consejo General del Poder Judicial ha vuelto a interpelar de forma directa al PP y al PSOE para que se reúnan y alcancen un acuerdo de urgencia que permita renovar el órgano de gobierno de los jueces.

El magistrado cumplió su promesa y ha cuajado un discurso lleno de reproches a los partidos en la apertura del año judicial, incidiendo para ello en el bloqueo del CGPJ y los "demoledores" efectos que provoca en la Justicia. Una vez finalizado el acto, él mismo anunció a los medios que, si los dos partidos no llegan a un acuerdo, se plantea presentar su dimisión.

Su boda y la religión

Lesmes es conocido por sus fuertes convicciones religiosas, hombre de misa diaria, casado desde 1983 con María Altagracia Mansilla (Marieta para sus íntimos), profesional de la enfermería que ha trabajado durante casi toda su vida en un hospital madrileño. Juntos tienen cinco hijos, ya mayores, quienes han dado nietos al matrimonio.

Famosa fue la boda de Conchita, una de las hijas de la pareja, celebrada en 2015. Traductora de profesión, Conchita Lesmes se casó con el ingeniero ovetense Javier Sáenz de Santa María Valín en la madrileña iglesia de Santa Bárbara. El ya marido de Lesmes es nieto del teniente general José Antonio Sáenz de Santa María, fallecido en agosto de 2003. Conchita es la propietaria de la escuela de inglés English Channel, fundada en 2014. Es la más pública de los cinco hermanos, una familia numerosa tradicional criada en la educación que recibió su padre de niño.

Padre médico

Lesmes también creció con muchos hermanos: su padre Antonio Lesmes Verde (murió en 2002 en Madrid) era médico y tuvo cuatro hijos con su esposa, Sara Serrano Montero. Carlos, Antonio (médico), José Julio (marino mercante) y Guadalupe estudiaron en Madrid, los chicos en el colegio Maravillas. Antes, no obstante, los mayores, Antonio y José Julio (Josechu para los conocidos), habían estudiado en la escuela de Peraleda de la Mata, donde el padre ejerció de médico durante años.

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Lo cuenta en su blog el profesor de los niños, Eusebio Castaño, quien recuerda al presidente del CGPJ con cierta gracia. “De las pocas imágenes que conservo en mi recuerdo de Carlos de niño es vestido de monaguillo con su sotanilla roja y su roquete blanco en la ceremonia en la que cantó misa nuestro paisano Agustín Jiménez, sacerdote actualmente en Béjar y Valdesangil. Sus padres fueron los padrinos de la ceremonia. Dato curioso que recuerdo de aquel día es que al hacer cierto movimiento se le vio llegar hasta su madre con dificultad. Al parecer se le habían caído las calzonas (pantalones cortos) quedando sus pies trabados, cosa que solucionó su mamá subiéndole dicha prenda por debajo de la sotanilla”.

De Peraleda a Madrid

La casa en la que se crio Lesmes de muy niño es ahora una residencia de ancianos. El padre de Lesmes, médico del pueblo, sigue siendo recordado con mucho cariño por los vecinos, quienes cuentan en el citado blog anécdotas de su infancia y cómo el doctor les trataba con respeto y delicadeza. La vecina Pilar Fraile, por ejemplo, deja escrito su recuerdo con nostalgia: “Yo tengo un grato recuerdo de don Antonio, sé que iba al cine de mi padre y que eran buenos amigos y que a mí de pequeña me curó de un empacho de galletas de vainilla y que siempre mi padre me lo recordaba. En casa siempre le recordaba mi padre con mucho cariño e incluso sé que fueron a hacerle alguna visita a su casa cuando se fue a Madrid”.

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Sí, cuando Carlos tenía 6 años, la familia se trasladó a Madrid, donde Lesmes empezó sus estudios. Tras su paso por los salesianos, se licenció después en Derecho por la Autónoma de Madrid. Fue cuando preparaba sus oposiciones para fiscal cuando conoció a su amigo Alberto Ruiz-Gallardón, tal como han recordado ambos en alguna entrevista. Y fue también cuando su amigo era ministro de Justicia que Carlos Lesmes fue nombrado presidente del CGPJ, cargo que ostenta todavía. Su boda tuvo lugar justo cuando acababa de lograr su plaza como fiscal. Se celebró en la iglesia de Santa María de Borja y fue oficiada por el padre Matos, tal como cuentan las crónicas sociales de la época.

"Misa diaria"

Lesmes tiene grandes amigos que cuentan cómo es tras la toga. Lo hace Francisco José Alonso, presidente de la Liga Española Pro Derechos Humanos, una entidad con la que Lesmes tiene muy buena relación. “Es muy religioso, de misa diaria. Pero un religioso social, un liberal católico de los que piensa que la riqueza es para repartirla, no para que la acumulen solo los triunfadores”, declaró Alonso al periódico ‘Hoy’.

De Lesmes han contado que es muy tímido pese a su cargo público y que la barba le sirve para sentirse seguro. Muy deportista, suele pasar los veranos en Huelva, donde tiene un barco con varios amigos. Le gusta pasear e ir en bicicleta, en especial por los parques de la Ciudad Universitaria, cerca del hospital donde su mujer ha trabajado durante años, y jugar a pádel, deporte que intenta practicar una vez a la semana, tal y como cuentan quienes le conocen.

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Un tipo de perfil muy técnico, poco político, que hoy ha vuelto a dar un toque tanto al Gobierno como a la oposición. Un discurso que seguramente ha dejado a más de uno boquiabierto. Porque, tal y como publicaba hace unos años El Confidencial, quienes le conocen definen a Carlos Lesmes como “hombre noble, reflexivo más que impulsivo, aunque persuasivo; profundamente vocacional, serio y cordial”.