Marta Ortega prepara sus vacaciones: su yate Drizzle navega rumbo a Portofino

Hace semanas que el yate Drizzle se prepara para salir a navegar. Imaginamos que del mismo modo que sus propietarios preparan sus vacaciones. Como la mayoría de mortales, Marta Ortega sigue en su oficina, en Coruña, ultimando los trabajos antes de poner rumbo a su destino estival. Y el barco que la nueva presidenta de Inditex suele usar, el citado Drizzle -lo compró su padre, Amancio Ortega-, ha salido este mismo martes 19 del puerto de Mónaco en dirección a Portofino.

La costa italiana llama este año al megayate, que ha hecho del Mediterráneo más exclusivo sus aguas favoritas verano tras verano. Ha sido un mes de julio intenso para Marta Ortega y ahora toca preparar un merecido descanso.

Hace justo una semana, el 12 de julio, la presidenta se estrenaba en la junta general de accionistas, con su primera intervención pública en su nuevo cargo tras la marcha de Pablo Isla. La reunión tuvo lugar en la sede de la compañía, Arteixo, y fue la presidenta la encargada de inaugurar la cita con un discurso en el que destacó la labor de su padre como fundador de una de las grandes empresas textiles del mundo. Amancio, sin embargo, no estuvo presente en la reunión, aunque sí lo estuvo su mujer y madre de Marta, Flora Pérez, consejera de la corporación.

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Muchos pensaron y dieron por hecho que Ortega se iría de vacaciones justo al terminar la reunión de accionistas. Pero este sábado la presidenta de Inditex apareció de nuevo en su tierra en otra cita muy especial. En su hípica, Casas Novas, se celebraba un concurso de saltos Longines y no se lo perdió nadie de la familia. Incluso Amancio, que caminaba apoyado en una muleta, estuvo presente en la cita. La presidenta de Inditex y sus acompañantes rieron y aplaudieron al director técnico del centro ecuestre, Chan Guimaraens, quien improvisó como batería al final del concierto que se dio el sábado por la noche.

El yate 'mediterráneo'

Tras el ajetreo del finde, sigue el trabajo en la oficina. Mientras ella trabaja, el yate que Amancio Ortega compró hace unos años hace lo propio rumbo a Italia. Así, lo más probable es que Ortega viaje en avión hasta el aeropuerto más cercano, Génova, por ejemplo, y navegue por aguas de la Riviera en unos días.

El yate 'mediterráneo' se contrapone al 'gallego', el Valoria B, que es el que suele usar con más frecuencia el fundador de la compañía y que está casi siempre amarrado en el puerto de Sanxenxo. Mientras, el Drizzle, una embarcación de 67 metros de eslora y 11 de manga, lo suele usar la actual presidenta con su marido, Carlos Torretta, y sus hijos.

Construido en 2012, tiene tres camarotes dobles con camas separadas, tres camarotes individuales y una suite, zona para comidas en la zona inferior y cocina y una inmensa pantalla de cine en cubierta. Además, incluye una zona perfectamente acomodada para la tripulación que puede llegar a estar compuesta por 18 personas. Solamente llenar el depósito cuesta unos 100.000 euros.

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Cuando ni Ortega ni su familia están en el Mediterráneo, usan el Valoria B, adquirido en 2018. El yate ‘gallego’ mide 47 metros de eslora, tiene tres cubiertas, cinco camarotes y espacio para 10 personas y nueve tripulantes. El Valoria B, además, está matriculado en España, con lo que es de pabellón español, lo que implica que paga sus impuestos en nuestro país, algo que no ocurre con todas las embarcaciones.

Y si el Drizzle, de bandera maltesa, pasa estos días de cala en cala bajo el sofoco del sol mediterráneo, el Valoria B no se ha movido de Galicia, donde tiene amarre permanente bajo el fresco y las aguas frías y oceánicas.

De Croacia a Montenegro

En 2019, el Drizzle navegó el verano por la costa dálmata mientras que en 2021 lo hizo por las aguas de Croacia y también de Montenegro, destino cada vez más de moda entre la jet. El 2020, el año de la pandemia, la familia también escogió la Riviera italiana como lugar de vacaciones. Este año toca navegar de nuevo y, por el momento, la costa italiana es otra vez la elegida por la familia. Y Portofino, uno de los puertos más exclusivos del norte del país, es el destino de la nave.

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Este podría ser el último verano que la familia navegue sobre el Drizzle, puesto que lo pusieron a la venta por 76 millones para comprar un nuevo yate, mucho más impresionante si cabe. Se trata del Project 2024, un superbarco que cuesta 182 millones de euros y cuya construcción está en marcha en el prestigioso astillero Feadship, uno de los favoritos de los magnates internacionales.

Este barco, como cuenta su nombre, está previsto para ser entregado en 2024 aunque los trabajos, según los medios expertos, podrían terminar antes. La embarcación cuenta con tres zonas de cubierta, con especial relevancia la primera y su espectacular piscina de 3,5 metros. También hay piscina para niños y un jacuzzi. Tumbonas, gran mesa de comedor y zonas de sombra hacen de este yate el sueño de muchos. El diseño, con acabados de madera, como los que tiene la suite principal, es lo último en decoración naval. Porque los Ortega no se andan con chiquitas.