Los daños colaterales del caso Nóos: tres de sus cuatro protagonistas se han divorciado
A la sonada separación de la infanta Cristina y su marido se suman la del abogado del exduque, Mario Pascual Vives, y la del abogado de Diego Torres
Hay historias que aunque parezcan pequeñas pueden tener muchísima importancia. Como la que vivió uno de los protagonistas del caso Nóos. En plena instrucción, decidió tomarse unos días de descanso con su familia y viajar a Nueva York. Poco antes del viaje, parado en un semáforo en el centro de Barcelona, se detuvo un coche junto al suyo, le pidió que bajara la ventanilla y mirándole a los ojos fijamente le dijo: “Pásalo bien en Nueva York con tu familia”.
Lo hemos dicho, podría ser una pequeña historia pero es algo inquietante que al protagonista le cambió la vida. El caso Nóos fue un terremoto social, vivimos uno de los casos de corrupción más sonados que se recuerdan, con miembros de la familia real implicados. Un caso que, además, arrasó con la vida de muchos de sus protagonistas: son varios quienes se han divorciado durante o después del juicio.
Claro está que el foco mediático siempre recaerá en especial sobre Iñaki Urdangarin. El exduque de Palma ha sido uno de los que más directamente ha sufrido todas las consecuencias de este caso de corrupción. Y lo ha pagado caro. Tras cumplir media condena en la prisión de Brieva, una cárcel femenina en la que vivía un aislamiento sobre otro aislamiento, Urdangarin pensó que todo se acabaría al salir. Lo cierto es que todo acababa de empezar.
Montaña rusa
Tanto la instrucción como el posterior juicio fueron una montaña rusa en la que cada día había un giro, una bajada sin frenos, una cuesta interminable… Las novedades se sucedían al minuto y muchos de sus afectados no han podido todavía superar sus efectos.
Lo vemos en sus vidas privadas: de los cuatro principales protagonistas, es decir, Iñaki Urdangarin, Diego Torres y sus respectivos abogados, tres se han divorciado.
El caso más sonado y evidente es el de Iñaki Urdangarin. Pero Vanitatis ha podido saber que también su abogado, Mario Pascual Vives, y el de Diego Torres, Manuel González Peeters, se han separado de sus anteriores parejas.
Salió cansado
La separación de Urdangarin era algo que muchos daban por cantado al ver su estado emocional. Descentrado, cansado de todo y muy 'quemado' con su familia política y también con su mujer, el exduque de Palma salió de prisión con ganas de volver a empezar. Muchos de sus allegados pensaban que el matrimonio había sufrido mucho y no sabían si podría soportar más desgaste. Otros, mientras, aseguraban que tras los enormes esfuerzos que había hecho la infanta Cristina por estar junto a su marido en los peores momentos, todo iba a salir bien. Que los problemas terminarían cuando él lograra mudarse a Ginebra con ella y su hija, Irene.
Urdangarin salió de prisión, fresco, ilusionado; pensaba que encontraría un nuevo trabajo, un futuro al que dedicarse tras haber estudiado en la cárcel, y que en poco tiempo podría mudarse a Suiza. Pero las cosas no fueron como esperaba, nos cuentan, no recibió la respuesta que le habían prometido, y cansado, viviendo en casa de su madre y con su mujer lejos, encontró refugio en una compañera de trabajo. Una amistad que pasó a algo más y que ha terminado por dinamitar la relación matrimonial.
El caso de su abogado Mario Pascual Vives es distinto. Desde su propio entorno nos dicen que él asegura que su divorcio nada tiene que ver con el caso Nóos, aunque admiten que no deja de ser curioso que decidiera separarse un tiempo después de que terminara el juicio. La exposición pública de todos ellos no ha hecho más que agrandar esa sensación de vacío e inseguridad que les ha llevado a buscar ayuda en brazos hasta el momento desconocidos.
Los abogados también
Pascual Vives llevaba décadas casado con una mujer con quien tiene una hija, ya mayor de edad. Hace unos meses decidió separarse porque, al parecer, el abogado de Iñaki Urdangarin ha encontrado el amor en una nueva mujer.
Otro de los protagonistas que también ha sido testigo de cómo el caso Nóos ha cambiado su vida es el abogado de Diego Torres, Manuel González Peeters. Casado durante décadas con una mujer con la que tenía dos hijos, este abogado se separó al poco tiempo de terminar la instrucción del caso, contrajo matrimonio de nuevo y tuvo un hijo.
No podemos afirmar, nadie puede, que estas separaciones son consecuencia directa del terremoto que supuso en sus vidas el caso Noós. Lo que sí que sabemos es que tres de los cuatro protagonistas han visto cómo sus matrimonios se rompían mientras trataban de superar la presión de aquellos días.
Cabe recordar también que ha habido otra ruptura, en este caso no sentimental: González Peeters denunció a Diego Torres ante los juzgados por impago, una denuncia que terminó en acuerdo extrajudicial pero que también provocó un movimiento de tierras en la vida de todos los implicados. Este noviembre se cumplirán 11 años del registro de las oficinas del Instituto Nóos, una fecha que todos los protagonistas de este artículo tienen grabada a fuego en su memoria.
Hay historias que aunque parezcan pequeñas pueden tener muchísima importancia. Como la que vivió uno de los protagonistas del caso Nóos. En plena instrucción, decidió tomarse unos días de descanso con su familia y viajar a Nueva York. Poco antes del viaje, parado en un semáforo en el centro de Barcelona, se detuvo un coche junto al suyo, le pidió que bajara la ventanilla y mirándole a los ojos fijamente le dijo: “Pásalo bien en Nueva York con tu familia”.