Isabel Preysler, su amistad con Margarita Vega-Penichet y la boda de la sobrina de esta

Isabel Preysler tiene varios grupos de amistades, tanto femeninas como masculinas. Unos tienen vertiente mediática, como Marisa de Borbón y su marido; las hermanas Lapique, Cary y Miriam; Nuria González; Boris Izaguirre y, por supuesto, su íntima Carmen Martínez Bordiú.

Con la última estuvo unos años distanciada. La razón de ese distanciamiento fue no defender a Chábeli cuando acudió al programa ‘Tómbola’ el 13 de mayo de 1997. Era el primero y desde el principio las cosas no fueron bien entre la primogénita Iglesias y los periodistas. Chábeli se levantó airada quitándose el micrófono mientras se despedía espetando un “sois gentuza”.

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A. Rodríguez

Carmen Martínez Bordiú era otro de los personajes que participaban en el estreno de Canal Nou. Isabel consideró que no la había defendido y durante dos años mantuvo su veto a la que fue duquesa de Cádiz. Una situación muy parecida a la que le ha sucedido con Boris Izaguirre, que ha dado brillo intelectual a la mansión de Puerta de Hierro. En este caso, por una columna en ‘El País’ donde daba su opinión sobre unas declaraciones que había hecho Tamara en un congreso en México.

Además de estos nombres conocidos, la que fue bautizada como la reina del baldosín por ser la imagen de Porcelanosa, la importante empresa azulejera de la familia Colonques en Villareal, tiene también un grupo compacto. Unas mujeres que se han mantenido unidas a lo largo de los años.

En el grupo no mediático se encuentran Chata López Sáez, Marta Oswald, Isabel Falabella, Esperanza Goizueta y Margarita Vega-Penichet. Esta última estaba casada con Manuel Guasch, expresidente de FASA Renault que pertenecía a la beatiful people, un término que acuñó Alfonso Guerra para definir al poder político y económico que rodeaba al gobierno socialista en 1982 cuando alcanzó la mayoría absoluta con diez millones de votantes.

Ahora, el nombre de Margarita, que falleció en el 2005, ha vuelto a la actualidad al casarse su sobrina, Lucía Domínguez Vega-Penichet el sábado pasado.

Isabel Preysler acudió con sus dos hijas, Tamara y Ana, a la boda de la que fue una de sus íntimas. Las hijas heredaron esa amistad desde que eran pequeñas, igual que su madre cuando se casó con Miguel Boyer el 2 de enero de 1988. Muy pocas personas sabían que ese día Preysler y el exministro repetirían estado civil convirtiéndose en marido y mujer.

En el juzgado de la calle Pradillo esperaban los dos testigos: el vicepresidente del Banco Hispano Americano, José María Amusategui, y Margarita Vega- Penichet. Ambos íntimos de Miguel Boyer y, por lo tanto, de absoluta confianza.

La dama siempre fue una mujer discreta que nunca quiso un perfil social y se mantuvo siempre en un plano público casi invisible. Volvió a ser noticia cuando su hijo se casó con Alejandra Conde en una ceremonia que tuvo su implicación pública, ya que el exbanquero había pasado un tiempo en la cárcel.

En la boda de Lucia Domínguez, seguramente Isabel Preysler volvería a recordar a la amiga fiel que arropó su noviazgo con el ministro mientras fue clandestino.