Receta: Solomillo de cerdo a la mostaza antigua, una sorprendente carne marinada
Convertir un ingrediente cotidiano en un plato sofisticado no necesita mucha alquimia. Basta con variar los condimentos, añadir hierbas y especias para aumentar la paleta de sabores
:format(jpg)/f.elconfidencial.com%2Foriginal%2F543%2F015%2F70a%2F54301570a6256e2bd0bb175036c69f2c.jpg)
Marinar carne ha sido, desde el Renacimiento, un método de conservación y condimentación de las carnes rojas o de caza que le confiere a la vez sabor, jugosidad y ternura. La pieza se sumerge en un líquido ácido, como el vinagre o el vino, durante horas o días con una mezcla de hierbas y especias antes de cocinarla en esa misma mezcla. En la receta de hoy utilizamos mostaza antigua como condimento. Mezclada con ajo y hierbas, aporta el punto ácido que debilita el tejido muscular de la carne y la ablanda, mientras la dota de un sabor intenso y especiado.
Elaboración: 20 min. Dificultad: media Coste: económico Comensales: 4
Ingredientes
1 solomillo de cerdo limpio
2 cucharadas soperas de mostaza de antigua
2 dientes de ajo picado
1 cucharada sopera de romero
1 cucharada sopera de tomillo
1 cucharada de aceite de oliva
2 zanahorias cocidas
4 patatas laminadas y cocidas
Preparación
- Limpiamos y secamos la pieza de solomillo.
- Con la ayuda de un pincel, untamos toda la superficie de la carne con mostaza antigua. Mezclamos el tomillo con el romero y los espolvoreamos sobre la pieza hasta cubrirla por ambas caras.
- Por último añadimos el ajo picado y refrigeramos la pieza de solomillo una hora para que se marine.
- Calentamos una plancha a fuego fuerte, añadimos un chorrito de aceite de oliva, incorporamos la carne y la marcamos hasta dorarla por todas sus caras y dejarla bien sellada.
- Precalentamos el horno a 150º y asamos el solomillo durante 45 minutos, dándole la vuelta a media cocción.
- Cortamos la pieza en rodajas finas y acompañamos de unas patatas y zanahorias cocidas.
Un truco final
La carne queda más jugosa y tierna si se deja reposar 10 minutos a la salida del horno antes de cortarla. Para que no se enfríe envuélvela en papel de aluminio o papel de hornear.
Marinar carne ha sido, desde el Renacimiento, un método de conservación y condimentación de las carnes rojas o de caza que le confiere a la vez sabor, jugosidad y ternura. La pieza se sumerge en un líquido ácido, como el vinagre o el vino, durante horas o días con una mezcla de hierbas y especias antes de cocinarla en esa misma mezcla. En la receta de hoy utilizamos mostaza antigua como condimento. Mezclada con ajo y hierbas, aporta el punto ácido que debilita el tejido muscular de la carne y la ablanda, mientras la dota de un sabor intenso y especiado.