La novia que se casó con un vestido rústico decorado con una cinta de terciopelo verde para su boda de campo en una masía catalana

Si Gabriela alguna vez se visualizó vestida de novia, siempre fue como una novia clásica. Una imagen que se desvaneció el día que sus dos referentes femeninos de estilo, su madre y su abuela, le confesaron que, según la boda que estaba montando en el campo, en una masía familiar en el Ampurdán, no pegaba que llevase un traje de novia tradicional. Es ahí cuando entraron en juego Roser y Cristina Salvador, hermanas y fundadoras de The Muse Collective, la marca catalana a la que recurren aquellas novias diferentes y rompedoras que huyen de la tradición, y resulta que Gabriela, contra su propio pronóstico, iba a ser una de ellas.

Para conocer la historia del vestido de esta novia primero tenemos que descubrir la de Roberto y ella. "Nos conocimos en 2012 en una fiesta en Barcelona, desde entonces siempre hemos sido amigos y empezamos nuestra relación en pleno confinamiento, 2020", dice Gabriela. Él, consultor, y ella, ligada al mundo nupcial, "soy responsable del desarrollo comercial en Options, una empresa de alquiler de material de eventos y bodas", se prometieron tres años después.

"La pedida de mano fue supersencilla y totalmente inesperada para mí. Fue el 24 de diciembre de 2023 en el salón de casa. Al día siguiente nos íbamos de viaje a México a pasar fin de año y acordamos que ese año no habría regalos de Navidad, por lo que yo no me imaginaba nada. Al despertar, con el pijama y un moño mal hecho, me dijo que tenía un regalo debajo del árbol y cuando fui a buscarlo me encontré el anillo. Nos fuimos a México prometidos sin que nadie lo supiese y fue un viaje increíble", rememora.

A su vuelta, Gabriela y Roberto hicieron público su compromiso matrimonial y con él, fijaron la fecha de la boda: 19 de octubre de 2024.

En Pals, un precioso pueblo medieval situado en la comarca del Bajo Ampurdán, en la provincia de Gerona, y el lugar de veraneo de la novia, tendría lugar la ceremonia religiosa. "Fue en la iglesia de Pals, un lugar muy importante para nosotros y que tiene mucho significado".

Los festejos fueron en una masía propiedad de la familia de la novia. "Lo celebramos en la finca de mi abuelo materno, en Cruïlles, el cual falleció en 2023 y estoy segura de que le habría encantado que se celebrase este día tan bonito ahí. Lo tuvimos muy presente", señala. "Siempre habíamos sabido que nos casaríamos en la Costa Brava, ya que es nuestro sitio especial y en el que pasamos la mayoría de fin de semana del año. La decisión de hacerlo en casa de mi abuelo surgió a raíz de su fallecimiento. Mi abuela y mi madre se pusieron manos a la obra para dejar la casa perfecta y fueron muchos meses de trabajo. Al final no nos imaginábamos lo bien que quedó todo y superó todas nuestras expectativas".

Los novios, la madre y la abuela de Gabriela, y una persona más en toda la organización, Patty Perona de Rotundo Lab, la wedding planner de esta boda. "Patty además es muy amiga de los dos y desde el primer momento supimos que sería ella la que nos acompañaría en este camino. Fue una de las mejores decisiones que pudimos tomar, aconsejo a todo el mundo que se vaya a casar, que tengan a alguien que les ayude y les guie en todo este proceso para poder disfrutarlo al máximo".

La suya iba a ser una boda íntima, con pocos invitados, "150 y sin ningún compromiso", al aire libre, en pleno campo y con las emociones a flor de piel. En este entorno, Gabriela tenía que ser una novia rompedora.

"Yo tenía una idea clásica desde siempre en mi mente, pero mi abuela y mi madre, los dos pilares fundamentales de mi vida y las dos personas con más gusto y estilo que conozco (ya que la dos son interioristas) me dijeron que para el sitio donde me casaba y todo el conjunto de la boda no podía ir tan clásica, así que empezamos a crear un vestido desde 0 muy rústico, pero a la vez elegante", confiesa la novia.

Una recomendación que terminó cogiendo forma en manos de las chicas de The Muse Collective. "Elegirlas fue una de las mejores decisiones de la boda. Antes de visitarlas a ellas fui a un sitio donde no sentí ningún tipo de conexión con las chicas que te atendían. Sin embargo, en Muse tuve un flechazo desde el primer momento con todo su equipo".

"Desde el primer momento teníamos claro que la tela del vestido tenía que ser rústica y de campo, por lo que nos decantamos por una arpillera de lino en color blanco crudo. También queríamos que hubiese algún detalle y sin duda los tirantes bordados fueron un acierto".

El toque final, la cinta de terciopelo enredada en la espalda, sería una idea de la madre de Gabriela. "A mi madre se le ocurrió que en la espalda tendría que llevar algo verde y creamos una cinta de terciopelo verde simulando un corsé que iría a conjunto con los zapatos y con un montón de detalles de la boda a tono con ese color".

De escote cuadrado, tirantes adornados con bordados botánicos en relieve, corte en la cintura y de ahí, una falda recta, pero con movimiento, lo más especial del traje estaba en la parte posterior con esa lazada de terciopelo en verde. Mención especial de Gabriela para, "Laura y Mario fueron dos piezas claves en el proceso, ya que nos ayudaron y aconsejaron en todo momento sobre lo que se podía y no se podía hacer con este vestido tan especial". Un discreto velo de tul con broche floral completaron las piezas.

Como ella nos había avanzado, los zapatos también serían de ese verde. "Llevé unas sandalias de terciopelo verdes de Flordeasoka, muy cómodas y bajitas para disfrutar y aguantar bien todo el día y la noche".

En cuanto a las joyas, "llevé unos pendientes preciosos desmontables de diamantes blancos diseñados por mí y con una esmeralda de mi abuela que colgaba al final del pendiente. Fue un regalo de mis suegros que me hizo mucha ilusión".

Por último, el ramo. "Tanto el ramo como toda la decoración floral de la boda fue obra de Elisa de Flors Bertrán. Trabajo mucho con Elisa en mi día a día laboral y tengo mucha confianza con ella. El ramo quería que fuese algo supersilvestre y muy informal, por eso decidimos poner camomila y eucalipto".

Pausa para hablar del look del novio. "Roberto se hizo el traje en Señor. Un traje de color azul oscuro y un chaleco a medida de cuadro escocés verde de líneas finas. Para los dos fue una sorpresa llevar detalles verdes, ya que no sabíamos que llevaría el otro. Además, se hizo una corbata de color azul marino. Fue el único de toda la boda que la llevaba".

El día de su boda había llegado. "Me peinaron mis peluqueros y amigos desde siempre, Jaime y Tana de BO Beauty Obession Barcelona. Me arreglé y maquillé en mi casa de Pals y acompañada de toda mi familia, ya que todos dormíamos ahí. También vinieron a traerme el ramo y leerme un texto los 3 mejores amigos de Roberto". Una vez que Gabriela estaba listo, puso rumbo a la iglesia con su padre.

"La ceremonia sabíamos que la queríamos amena y que se hablase de nuestros valores. Nuestros amigos y familiares tuvieron un papel importante, ya que hicieron algunos discursos, algo que no se suele ver en ceremonias religiosas en iglesias", apunta la novia.

A pesar de los pronósticos desfavorables, el tiempo dio una tegua a los recién casados. "Tuvimos mucha suerte con el tiempo, puesto que los días previos, diluviaba, pero yo sabía perfectamente que nosotros tendríamos un diazo y por suerte fue así, ya que no teníamos plan B y era todo al aire libre", dice entre risas.

Ya lo había avanzado, el único que llevó corbata fue Roberto. "Decidimos que al ser una boda de campo, ningún invitado iría con corbata y la verdad es que fue un acierto y todos los invitados estaban encantados".

La decoración de la boda de la masía familiar, estuvo a cargo de la madre de Gabriela, @gabrielacondeankli. "Teníamos claro que al ser en una masía en medio del campo toda la decoración tenía que ir acorde, así que creamos algo poco pretencioso, pero muy bonito. Yo al trabajar en Options tuve mucha facilidad para elegir el material más adecuado y mezclamos sillas vintage; todas de madera, pero diferentes entre sí, vajilla de flores, también vintage, vasos verdes, manteles y servilletas de rayas verdes...".

La originalidad, como hilo conductor de los detalles decorativos. "Para el seating plan creamos unos espantapájaros a medida que los pusimos junto a un árbol donde colgaban telas con los nombres de los invitados y su sitio en las mesas. Para el menú, no quería hacer un papel para cada uno, así que lo que hicimos fue limpiar botellas de vino vacías y colgar de ellas el menú".

La distribución de las mesas fue igualmente única. "En el banquete, hicimos 4 mesas largas rectangulares y nosotros siempre habíamos tenido muy claro que nos sentaríamos con amigos".

El menú que degustaron los invitados estaba medido y elegido por los novios. "Roberto y yo somos muy sibaritas con la comida y quien nos conoce lo sabe. Para nosotros era superimportante que el menú que eligiésemos hablase de nosotros y de nuestra forma de cocinar y por eso tuvimos claro que Le Chef Catering serían los mejores para conseguirlo. De aperitivo pusimos varias referencias frías y calientes. De buffets pusimos jamón, gambas y arroz, este último era imprescindible, ya que somos fanáticos de hacer arroz en casa a nuestros amigos. Ya en la mesa, queríamos algo sencillo, pero que se diferenciase de otras bodas donde se pone la típica carne, así que de entrante dimos una crema de ceps con espuma de castaña y polvo de trufa. Como principal unos raviolis de osobuco con base de calabaza y mini albondiguillas. Por último, el postre lo compramos nosotros en una pastelería, unos xuxos de crema espectaculares que triunfaron".

Otra tradición que rompieron Gabriela y Roberto fue con el primer baile, "no tuvimos, no nos gusta ser el centro de atención", declara.

"La discoteca la hicimos en un patio de una casita anexa a la casa principal y quedaba muy recogida, algo que teníamos claro, ya que no nos gusta la sensación de discoteca desangelada".

Tras su experiencia, Gabriela da dos consejos a las futuras novias. "Primordial tener a una wedding planner que te ayude con todo el proceso. Y también creo que es muy importante hacer la boda lo más personal posible, que en cada cosa que elijáis se note que habéis puesto vuestra esencia y los invitados lo vean reflejado".