Trío de tiaras en Suecia: el significado de los looks y las joyas de Victoria, Silvia y Sofía
Las cenas de gala han vuelto para quedarse. La de este miércoles en el Palacio Real de Estocolmo ha reunido a todo un póquer de damas royal con un auténtico despliegue de joyas
Qué ganas teníamos ver de vuelta las tiaras. Y este miércoles en el Palacio Real de Estocolmo no hemos tenido una ni dos, sino nada menos que cuatro tiaras. Porque a la cena de gala que Carlos Gustavo y Silvia de Suecia han ofrecido en honor a los Reyes de España se han unido también sus hijos con sus respectivas parejas. Por eso, el esplendor esperado se ha multiplicado por cuatro. Y si doña Letizia ha tirado de joyero histórico, sus compañeras de cena suecas no se han quedado atrás. Así que hemos visto un auténtico despliegue de joyas en los looks de Victoria, Silvia y Sofía de Suecia.
Empezamos por Silvia, por aquello de respetar el rango. La reina sueca ha lucido un vestido en color dorado, compuesto por falda de tafetán y cuerpo brocado. Como pendientes, unos pequeños colgantes de perla en forma de lágrima y en su muñeca derecha, también perlas, en una pulsera de dos vueltas. Pero había dos piezas muy interesantes en su look que llamaban la atención por encima del resto. Por un lado, la banda; por otro, la tiara, una de las más conocidas, valiosas e históricas de la familia real sueca.
La banda que lucía Silvia de Suecia podemos explicarla con una de las entradas del BOE con un anuncio del rey Felipe: "Queriendo dar una muestra de Mi Real aprecio a Su Majestad la Reina Silvia de Suecia, a propuesta del Presidente del Gobierno, y previa deliberación del Consejo de Ministros en su reunión del día 16 de noviembre de 2021, vengo en concederle la Gran Cruz de la Real y Distinguida Orden Española de Carlos III". Y esta es, precisamente, la que lucía la esposa del monarca sueco en esta cena de gala. Es una banda de seda, de color azul celeste a los lados y una franja blanca en el centro.
El otro elemento que no pasaba desapercibido era la tiara que este miércoles por la noche coronaba su cabeza. Se trata de la tiara de los Camafeos, la misma que lució la princesa Victoria en su boda con Daniel Westling, hace ahora once años, de ahí que sea una de las más conocidas del joyero de los Bernadotte. Es una de las más antiguas, puesto que fue creada para Josefina, la esposa de Napoleón Bonaparte. Compuesta de camafeos clásicos sobre fondo rojo y perlas, pasó después a manos del príncipe Eugenio, hijo del rey Oscar II. Él se la regalaría a la princesa Sibylla, la madre del actual rey, con motivo de su boda con el príncipe Gustavo Adolfo. Desde entonces, ha sido utilizada por diferentes damas de la familia real.
Y si la reina Silvia ha utilizado una tiara que habitualmente relacionamos con la princesa Victoria, la heredera también ha llevado otra joya que normalmente asociamos con su hermana, la princesa Magdalena. Se trata de la tiara Kokoshnik de aguamarina, una exclusiva pieza cuyo valor se estima -aunque no se puede calcular con exactitud- en medio millón de euros, ya que está compuesta por cinco aguamarinas de diferentes tamaños engarzadas en un entramado de diamantes. Precisamente, la última vez que vimos a Magdalena en una cita de gala escogió esta tiara, que se considera su favorita.
Victoria ha combinado la valiosa tiara con un vestido que también tiene un enorme significado. Se trata del mismo con el que posó con su marido, Daniel, para celebrar su décimo aniversario de boda, en unas fotografías que distribuyó la Casa Real. Creado expresamente para esa ocasión por Frida Jonsvens, se trata de un diseño de corte princesa, de manga larga, con escote en pico, ajustado a la cintura y de ahí una voluminosa falda con cola. La clave del diseño está en el tejido: un tul en color rosa empolvado sobre el que van bordados de manera artesanal cientos de ramilletes de flores de colores.
El resto de elementos del look eran un collar de chatones y unos pendientes de aro compuesto por diamantes. Pero aún queda un detalle que también merece una mención especial. Como su madre, también lucía la banda correspondiente a una condecoración otorgada por el rey Felipe en esta visita de Estado. En su caso, se trata de la Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica, caracterizada por la banda amarilla con una línea blanca en el centro. Entre otras personalidades que la tienen, se encuentran Laura Mattarella, hija del presidente italiano, que la recibió recientemente y la lució en la cena de gala del pasado martes en Madrid, la princesa Mette-Marit de Noruega o Felipe y Matilde de Bélgica.
Sin tiara real
Y nos queda Sofía de Suecia, que escogía para su reaparición de gala un look en blanco impoluto, de corte recto, cinturón y un pequeño volumen en uno de los hombros. El toque de color lo han dado las joyas de brillantes y el clutch de glitter, además de unos pequeños ribetes en color plata en su vestido. Pero había una peculiaridad en su outfit y es que, a diferencia de su cuñada y su suegra, no llevaba una tiara extraída del joyero de los Bernadotte. La princesa ha preferido llevar la misma que lució en su boda con el príncipe Carlos Felipe, que fue un regalo de los reyes suecos por su enlace.
Esta joya no está exenta de debate, puesto que, desde que se casó, Sofía solo ha lucido en dos ocasiones tiaras diferentes a esta. Y muchos se preguntan si realmente es porque le tiene una querencia especial o, simplemente, tiene el acceso al joyero real algo restringido. Esta pieza originalmente era una gargantilla de diamantes y esmeraldas, que la reina Silvia recibió de manos del rey Bhumibol Adulyadej durante un viaje oficial a Tailandia en 2006. Cuando se anunció el compromiso de Carlos Felipe y Sofía, los reyes decidieron reconvertir la gargantilla en tiara para que la novia pudiera lucirla en su gran día, un regalo que es toda una tradición dentro de las familias reales europeas.
No tiene gran valor histórico ni económico, pero sí cuenta con una gran ventaja, ya que las piedras que la rematan se pueden sustituir. Así, para la cena de gala ha lucido pequeñas perlas, pero ya la ha modificado en innumerables ocasiones, optando por brillantes o pequeñas turquesas, cambiándolas según la ocasión y el color del vestido. Lo que sí ha tenido en común con Silvia y Victoria es que también ha llevado una condecoración entregada por el rey Felipe. En su caso, se trata de la Orden del Mérito Civil, que ha lucido junto al príncipe Carlos Felipe y Daniel Westling, también condecorados con la misma orden.
Qué ganas teníamos ver de vuelta las tiaras. Y este miércoles en el Palacio Real de Estocolmo no hemos tenido una ni dos, sino nada menos que cuatro tiaras. Porque a la cena de gala que Carlos Gustavo y Silvia de Suecia han ofrecido en honor a los Reyes de España se han unido también sus hijos con sus respectivas parejas. Por eso, el esplendor esperado se ha multiplicado por cuatro. Y si doña Letizia ha tirado de joyero histórico, sus compañeras de cena suecas no se han quedado atrás. Así que hemos visto un auténtico despliegue de joyas en los looks de Victoria, Silvia y Sofía de Suecia.
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