El aparatoso accidente de Iñaki Urdangarin mientras hacía deporte: se ha roto el codo

Es una de sus grandes pasiones y ha llegado a ser incluso su salvavidas. Iñaki Urdangarin fue campeón olímpico y el deporte de élite ha sido siempre parte de él. Hasta estos días. El todavía marido de la infanta Cristina tuvo un accidente, haciendo deporte precisamente, y se ha roto el codo.

“No es nada grave”, según nos informa una persona muy cercana, “pero ha sido aparatoso”. Urdangarin, pues, lleva el brazo vendado e inmovilizado y ha tenido que detener su práctica deportiva por un tiempo.

Por el momento no sabe si deberá pasar por quirófano para recuperarse de la lesión. Según la Unidad de Hombro y Codo de Madrid, centro sanitario especializado en estas partes del cuerpo, “las fracturas que afectan a la región del codo pueden en ocasiones ser lesiones complejas y de difícil tratamiento”.

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El codo cuenta con los huesos húmero distal, cúbito y radio, y cuando se fractura una parte, “es esencial una valoración exhaustiva de la fractura para determinar cuál es el tratamiento más adecuado (conservador o quirúrgico)”.

Urdangarin se ha sometido, como todos aquellos a quienes les sucede lo mismo, a varias radiografías y pruebas diagnósticas (TAC o resonancia). Desde el citado centro dicen que “el tratamiento con frecuencia requiere de cirugía. La valoración por un traumatólogo con experiencia en este tipo de fracturas es importante para lograr el mejor resultado funcional posible”.

Cambio de rutina

La rutina diaria del exduque de Palma ha tenido que cambiar desde su accidente. Ahora que no tiene trabajo, vive centrado en hacer deporte. Las mismas fuentes indican que, además de seguir preparando su carrera para encontrar un trabajo relacionado con el coaching deportivo, Urdangarin pasa la mayor parte del tiempo practicando diferentes disciplinas. Sale a correr casi a diario, sobre todo por el monte, donde nadie puede verle.

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Hace bicicleta, algo en lo que se especializó cuando vivía en el mal llamado palacete de Pedralbes, muy cercano a la montaña. Y ya en Ginebra se convirtió en una de sus principales motivaciones, puesto que no tenía trabajo y sí mucho tiempo libre. Además, con su nueva pareja, Ainhoa Armentia, ha incorporado el yoga a sus rutinas. Por ahora, no podrá practicar nada de lo citado. Debe hacer reposo físico y esperar a ver cómo evoluciona la lesión para decidir si se opera o no.

"Feliz y sereno"

La vida de Urdangarin es ahora muy tranquila. “Está feliz y muy sereno”, nos dice la misma persona. Desde que llegó a un acuerdo con su mujer para seguir trabajando en las medidas y detalles que les llevarán al divorcio en las mejores condiciones para ambos, ha visto cómo la monotonía le conviene. Vive en Vitoria, donde se siente cómodo porque ya forma parte del paisaje y nadie le busca ni le dice nada por la calle.

Ha recuperado la relación con sus cuatro hijos, a quienes ve de forma asidua, sobre todo a Pablo, que vive en Barcelona y es más accesible. Con Juan también se ve, aunque menos. Con Irene, cuando viaja a Ginebra, algo que hace de vez en cuando, y cuando la chica viene a España.

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Muy apegada a su madre, la única hija de los Urdangarin de Borbón viaja a Barcelona con mucha frecuencia. En la capital catalana tiene familia y amigos, y suele encontrarse con ellos, con quien siempre tiene planes. Y entre esos planes, se incluye muchas veces estar con su padre.

Lento divorcio

El proceso de divorcio sigue su curso, nos dicen, pero todavía no está cerrado. Lo dijeron ellos mismos desde el principio, quieren que sea lento y pausado para no cometer errores y que quede todo arreglado. Desde Vanitatis hemos intentado concretar las etapas que van a seguir al proceso de divorcio, y las dudas son muchas.

Ha habido numerosas informaciones que apuntan a diferentes momentos en el desarrollo de su proceso de separación, pero lo único que parece claro por ahora es que Irene seguirá viviendo con su madre mientras sea menor de edad.

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También queda claro que las grandes aportaciones económicas en la pareja las hacía la Infanta y que Iñaki Urdangarin, en estos momentos, no tiene ningún tipo de ingreso. Podría, acaso, recibir ayuda de parte de su familia política, es decir, de su exmujer e incluso de su exsuegro, por quién él asegura que ha sacrificado casi toda su vida.

La infanta Cristina recuerda a los suyos que Urdangarin es el padre de sus hijos y su compañero de vida durante más de 25 años. El rey Juan Carlos, por su parte, quiere que su hija esté tranquila y quiere que Urdangarin también lo esté para que no se convierta en una molestia para la Casa Real.