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Así fue la deslumbrante boda del último sha de Persia y Farah Diba
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Así fue la deslumbrante boda del último sha de Persia y Farah Diba

El 21 de diciembre de 1959 tuvo lugar el enlace entre Mohamed Reza Pahlavi y la hija de un capitán del ejército, cuyas imágenes cautivaron al mundo

Foto:  Mohamed Reza Pahlavi y Farah Diba. (Getty)
Mohamed Reza Pahlavi y Farah Diba. (Getty)

Es indiscutible: las bodas reales llevan generaciones fascinando a los plebeyos. En 2011, el príncipe Guillermo y Kate Middleton conquistaron al planeta con su 'sí, quiero', con la friolera de 2.000 millones de telespectadores sintonizando la ceremonia. Tal vez sea por los trajes o las joyas, por las ceremonias ancestrales o simplemente por el deseo de ver un cuento de hadas hecho realidad. Pero desde el enlace de Grace Kelly y el príncipe Rainiero III hasta la boda de nuestros monarcas Felipe y Letizia, estos señalados acontecimientos siguen generando una espectacular expectación.

Hoy queremos echar la vista atrás para recordar uno de esos fascinantes momentos de la historia royal del que se acaban de cumplir 63 años y que tuvo lugar en el Salón de los Espejos del Palacio Golestán de Teherán el 21 de diciembre de 1959. Aquel día reinó el júbilo en un Irán muy distinto al actual, con la boda del último sha de Persia, Mohamed Reza Pahlavi y Farah Diba.

placeholder La boda de los emperadores de Persia. (Getty)
La boda de los emperadores de Persia. (Getty)

Ella era la hija de un capitán del ejército y conoció a su futuro marido mientras estudiaba arquitectura en París. Este matrimonio fue el tercero y último del sha, pues la pareja permaneció unida durante veinte años, hasta la muerte del monarca en El Cairo en 1980, un año después de que la revolución le derrocara de su trono y se viera obligado a exiliarse junto a su familia.

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Dos décadas antes de que aquello ocurriese, la vida parecía de color de rosa para la familia real del país árabe, que celebró por todo lo alto una boda que apareció en portadas de revistas de todo el mundo. La joven princesa lució un impresionante vestido de Yves Saint Laurent con la tiara de diamantes Noor-ol-Ain. Aquel enlace convirtió a Farah Diba en objeto de gran curiosidad más allá de las fronteras de su nación, recibiendo la atención de la prensa mundial y pasando a ser conocida como la 'reina joven de Irán'.

placeholder Un instante de la ceremonia. (CP)
Un instante de la ceremonia. (CP)

"Mi vestido de novia fue diseñado por Yves Saint Laurent, que entonces trabajaba para Dior. Sus costureras cosieron hilo azul en el vestido para ayudarme a tener un niño", recordaría años después la emperatriz en una entrevista con 'Vogue'.

La elaborada tiara que lució la novia fue diseñada por uno de los joyeros más icónicos de la historia, Harry Winston, que utilizó como gema central un muy poco habitual diamante rosa ovalado de 60 quilates llamado 'luz del ojo'. En el tocado, la impresionante joya estaba rodeada de deslumbrantes diamantes amarillos, azules, rosas y blancos.

placeholder El posado para los medios. (CP)
El posado para los medios. (CP)

Su boda incluyó la ceremonia islámica tradicional del nikah, el contrato formal que se considera parte integrante de un matrimonio islámico religiosamente válido y que describe los derechos y las responsabilidades del novio y de la novia, seguida de un opíparo banquete.

Aquella fue la tercera boda del sha, que previamente se había casado con Fawzia de Egipto y Soraya Esfandiary, y la ceremonia fue organizada tras un breve noviazgo, por su hija de 19 años, la princesa Shahnaz. Como anécdota, según relató la propia novia en sus memorias, queda el momento en el que la joven se dio cuenta de que no tenía alianza para el que se iba a convertir en su marido. Aunque otro detalle de la ceremonia le molestó especialmente.

placeholder Los novios reales. (CP)
Los novios reales. (CP)

"A causa de mi cola, yo no podía sentarme en un sillón, como el rey, y me habían instalado en un taburete, sin advertir que encaramada de ese modo yo le sacaba media cabeza a mi marido. Ni una sola persona, entre aquella gente de protocolo, acostumbrada a las reglas de las buenas maneras y la elegancia, había advertido que hubiera sido más conveniente, más gracioso también, que el soberano hubiera estado, por lo menos, al mismo nivel que su esposa", narra con cierto resentimiento en su autobiografía.

Tras la pompa y las celebraciones asociadas a la boda imperial, el éxito de la unión pasó a depender de la capacidad de la reina para concebir un heredero varón. Aunque ya se había casado dos veces, los anteriores matrimonios del sha solo le habían dado una hija que, según las leyes del país, no podía heredar el trono. La presión para la joven reina era enorme. El propio emperador estaba ansioso por tener un heredero, al igual que los miembros de su gobierno.

placeholder El sha de Persia y Farah Diba. (Getty)
El sha de Persia y Farah Diba. (Getty)

Afortunadamente, no tuvieron que esperar mucho porque la reina dio a luz a un niño a los diez meses de casarse: el príncipe heredero Reza. La pareja tendría posteriormente tres hijos más, la princesa Farahnaz, el príncipe Alireza y la princesa Leila.

Como muchas otras consortes reales, Farah Diba se limitó inicialmente a un papel ceremonial. En 1961, durante una visita a Francia, la francófila monarca entabló amistad con el ministro de Cultura francés André Malraux, lo que la llevó a organizar el intercambio de objetos culturales entre galerías de arte y museos franceses e iraníes, un animado comercio que continuó hasta el fin de su reinado. Ahora Farah vive exiliada entre Washington D.C. y París.

Es indiscutible: las bodas reales llevan generaciones fascinando a los plebeyos. En 2011, el príncipe Guillermo y Kate Middleton conquistaron al planeta con su 'sí, quiero', con la friolera de 2.000 millones de telespectadores sintonizando la ceremonia. Tal vez sea por los trajes o las joyas, por las ceremonias ancestrales o simplemente por el deseo de ver un cuento de hadas hecho realidad. Pero desde el enlace de Grace Kelly y el príncipe Rainiero III hasta la boda de nuestros monarcas Felipe y Letizia, estos señalados acontecimientos siguen generando una espectacular expectación.

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