Estefanía de Mónaco cumple 60 años: de su herencia millonaria a su lucha por ser una royal independiente
Su padre sacó a sus hijos de la línea de sucesión y le negó su herencia durante años por su espíritu rebelde, ahora mantiene una vida tranquila centrada en su faceta filantrópica
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Pocas princesas han logrado desafiar el protocolo y las expectativas tanto como Estefanía de Mónaco. La hija menor del príncipe Raniero y Grace Kelly cumple 60 años convertida en el gran enigma de la familia Grimaldi. De su herencia millonaria al empeño por construirse una identidad fuera de los muros del palacio, su vida ha sido un vaivén entre la aristocracia y la independencia.
Desde sus primeros años, la princesa monegasca demostró que no encajaba en el molde de royal convencional. Su madre la definía como su “niña salvaje” por su espíritu independiente y desafiante. Así, mientras Carolina y Alberto seguían caminos más tradicionales dentro de la monarquía, ella prefería alejarse de las estrictas normas del protocolo.
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Su carácter se hizo aún más fuerte después del trágico accidente de 1982 en el que perdió a su madre. Estefanía iba en el coche junto a Grace cuando este se precipitó por un barranco en una carretera de Mónaco. Sobre ella recayó durante años el rumor de que era quien conducía el vehículo, algo que desmintió tiempo después. Aquel episodio la marcó profundamente por dos motivos: la pérdida de un ser querido y el acoso mediático que sufrió tras el accidente.
El arte como refugio: moda y música
Lejos de asumir un papel institucional dentro de la familia Grimaldi, la madre de Pauline Ducruet buscó su propio camino en la moda y la música. Su carisma y belleza la llevaron a trabajar con diseñadores como Marc Bohan para Dior y a protagonizar portadas en revistas como 'Vogue' o 'Vanity Fair'. Sin embargo, no se limitó a ser un simple rostro bonito: en 1986 lanzó su propia línea de bañadores, Pool Position, una muestra de su espíritu emprendedor.
Ese mismo año, sorprendía al mundo con su faceta musical. Su primera canción, 'Ouragan' ("Irresistible", en inglés), se convirtió en un éxito inmediato igual que su álbum debut, vendiendo más de un millón y medio de copias. Su voz no era la de una diva del pop, pero su estilo fresco y desenfadado la convirtieron en una sensación. Llegó a grabar con Michael Jackson ('In the Closet'), aunque sin usar su nombre real. No obstante, su carrera musical se desinfló rápidamente y, después de algunos intentos fallidos, dejó la industria para explorar otros horizontes.
Se lanzó a nuevas aventuras, contando con un gran colchón económico, pues tras la muerte de su padre en 2005, tuvo acceso a su fortuna, estimada en 2.000 millones de dólares. Pero aun así, nunca se relajó. Consiguió transmitir su espíritu emprendedor a algunos de sus hijos. Luis Ducruet trabaja en la industria deportiva y ha estado vinculado a la gestión del AS Mónaco. Paulina Ducruet, por su parte, se ha enfocado en el mundo de la moda, fundando su propia marca de ropa sostenible. Ambos han mantenido un perfil más discreto en comparación con otros miembros de la familia real, aunque siguen participando en eventos oficiales y actividades ligadas a la cultura y el circo, una pasión heredada de su madre.
Una vida sentimental de titulares
Si en lo profesional se negó a seguir las reglas, en el amor no fue diferente. Su historial sentimental incluye nombres como Rob Lowe o Paul Belmondo, pero sus dos matrimonios generaron las mayores controversias dentro de la familia real. Primero se casó con su guardaespaldas, Daniel Ducruet, con quien tuvo dos hijos antes de pasar por el altar, algo que escandalizó a su padre, que no incluyó a los pequeños en la línea de sucesión hasta 2003. Más tarde, se casó con el acróbata portugués Adans López Peres. La relación duró apenas un año.
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Uno de los episodios más sorprendentes de su vida amorosa fue su relación con el domador de elefantes Franco Knie. Se mudó a Suiza para vivir con él y su circo, alejada por completo de la vida aristocrática. Aquella etapa fue un reflejo perfecto de su espíritu nómada y su rechazo a las normas impuestas.
Pese a su imagen de princesa rebelde, Estefanía también ha dejado su huella en su país natal. En los últimos años, su papel ha cambiado de manera discreta, alejándose de los escándalos y centrándose en su labor social. Es embajadora de Fight AIDS Mónaco, organización que fundó en 2004 y a la que ha dedicado gran parte de su vida. También ha trabajado en la protección de los animales, siguiendo la pasión que desarrolló durante su relación con Knie.
En el presente, la hija de Raniero mantiene un perfil bajo, centrada en sus hijos y en su labor filantrópica. Atrás quedaron los días en los que ocupaba titulares por sus romances o sus decisiones controvertidas. Su vida ha sido un reflejo de su espíritu indomable: una mujer que nunca quiso ajustarse a lo que se esperaba de ella y que, a sus 60 años, sigue siendo la princesa que rompió todas las reglas.
Pocas princesas han logrado desafiar el protocolo y las expectativas tanto como Estefanía de Mónaco. La hija menor del príncipe Raniero y Grace Kelly cumple 60 años convertida en el gran enigma de la familia Grimaldi. De su herencia millonaria al empeño por construirse una identidad fuera de los muros del palacio, su vida ha sido un vaivén entre la aristocracia y la independencia.