Jean-Marie Le Pen y su amor secreto por Mallorca e Ibiza: la historia de lujo, política y polémica de sus escapadas al Mediterráneo
El fundador del Frente Nacional francés eligió las Islas Baleares como destino vacacional en varias ocasiones donde podía desconectar y salir a navegar junto a su mujer, Jany
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Jean-Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional francés y figura clave en la política ultraderechista europea, dejó una huella sorprendente en las Islas Baleares, un destino que frecuentó durante algunas décadas. Este político, conocido por sus declaraciones provocadoras y su postura extrema, encontró en Mallorca e Ibiza un espacio de disfrute personal, mezcla de paraíso náutico y escenario para expresar sus controvertidas opiniones.
Durante sus visitas a la isla cuya capital es Palma, el padre de Marine solía hospedarse en la majestuosa casa de la condesa Gourcuff, según medios locales. Situada en el encantador pueblo de Artà, en el levante mallorquín, este impresionante casal, rodeado de un hermoso jardín con piscina y una pérgola, fue el lugar donde compartió cenas, entrevistas y momentos de descanso junto a su esposa Jany, de ascendencia griega, y un círculo cercano de amigos. La elegancia del entorno contrastaba con las contundentes declaraciones políticas que ofrecía en entrevistas exclusivas, como las concedidas al diario ‘Última Hora’.
Le Pen aprovechaba cada visita para navegar por las aguas de Mallorca e Ibiza, actividades que definió como su “paraíso personal”. Es una afición que le viene heredada, ya que nació en La Trinité-sur-Mer en el seno de una familia de pescadores. Declaró estar maravillado de las costas y aseguró que las Islas Baleares eran un lugar excepcional para el turismo. A menudo era recogido en el aeropuerto de Palma por un marinero de su embarcación, desde donde iniciaba travesías de 15 días junto a su esposa y amigos. Estas actividades le ofrecían un respiro de su intensa vida política, a la vez que alimentaban su admiración por el Mediterráneo.
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Jean-Marie llegó a ser un visitante conocido en la Isla, aunque no siempre de manera pública. En los encuentros que protagonizó, se mostraba amable, tranquilo y elegante, vestido con chaquetas y camisas que denotaban su estilo clásico. Este comportamiento pausado contrastaba con su carácter más combativo en las entrevistas, donde no dudaba en citar a José Antonio Primo de Rivera como fuente de inspiración y en criticar abiertamente a la izquierda española.
Aunque disfrutaba de las Baleares como un refugio personal, no dejaba de ser el político ultraderechista que había levantado pasiones y juicios por igual en Francia. En sus acercamientos con la prensa mallorquina, pronunciaba frases provocadoras como: “La mejor forma de cooperar con un país del Tercer Mundo es la colonización”, una afirmación que reforzaba su discurso contra la inmigración. Asimismo, se mostraba crítico con la política española de la época, lamentando, por ejemplo, la victoria del socialista Felipe González en 1993, ya que “hubiera preferido el triunfo de la derecha”.
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También expresó admiración por figuras políticas españolas como Manuel Fraga, a quien definía como “un hombre con una visión clara de la política”. Sin embargo, mostraba escepticismo sobre la posibilidad de que una formación ultraderechista como su Frente Nacional tuviera éxito en España, atribuyendo este hecho a la consolidación del Partido Popular y al liderazgo de José María Aznar.
Las visitas de no se limitaron a los veranos. Durante el invierno de 1995, también se dejó ver disfrutando del clima más suave del archipiélago. En esa ocasión, describió su fascinación por el lugar y reafirmó su intención de seguir visitándolo en el futuro. Esta relación prolongada con las Islas Baleares demuestra que, más allá de la política, encontró en este rincón del Mediterráneo un espacio que unía ocio, descanso y proyección mediática.
Jean-Marie Le Pen, que falleció esta semana a los 96 años, dejó una impronta duradera en la política europea. Su relación con Mallorca es un reflejo de las múltiples facetas de su vida: político polarizador, amante del mar y huésped en casas de lujo.
Jean-Marie Le Pen, fundador del Frente Nacional francés y figura clave en la política ultraderechista europea, dejó una huella sorprendente en las Islas Baleares, un destino que frecuentó durante algunas décadas. Este político, conocido por sus declaraciones provocadoras y su postura extrema, encontró en Mallorca e Ibiza un espacio de disfrute personal, mezcla de paraíso náutico y escenario para expresar sus controvertidas opiniones.