La razón por la que las mujeres francesas no engordan, según la nutricionista Jane Clarke

Aunque evidentemente entre las mujeres francesas existen todo tipo de cuerpos y figuras, durante el tiempo que Jane Clarke, nutricionista de profesión, pudo vivir en París, no dejó de observar algunas curiosidades sobre su estilo de alimentación con los que conseguían presumir de figura sin renunciar a algunos de los platos que más les gustan.

Ahora, tiempo después, parece que ha tomado la decisión de compartir con el mundo el secreto que las mujeres de Francia han guardado con tanto celo durante generaciones, y ha escogido el diario británico ‘Daily Mail’ para hacernos a todas partícipes de él.

La fama de las mujeres francesas las precede, siempre han sido consideradas unas de las más elegantes y sofisticadas. La moda encuentra en ellas la percha perfecta para lucirse y, ahora que vivimos en un mundo globalizado, no parece que esto haya cambiado: siguen despertando curiosidad y viven rodeadas de un halo de misterio.

No es lo que comen

Tras observar detenidamente a estas mujeres, sus costumbres y los platos que los camareros posaban frente a ellas, Jane pudo darse cuenta de que la clave de todo no era lo que comían en esos cafés desde los que Clarke las observaba, analizando sus gestos para desentrañar el misterio.

La pieza que le faltaba a su puzzle de pronto apareció frente a ella, la respuesta, mucho más sencilla de lo que todas pensábamos, lo realmente importante es cómo lo comen.

Parece que las mujeres de Francia nos llevan años de ventaja y, mientras que aquí apenas estamos comenzando, ellas hace tiempo que practican la alimentación consciente. Disfrutar el momento, no dejar que nada te distraiga cuando estás comiendo parece ser una de las claves esenciales para mantener la figura.

Así, Clarke destacaba que, por ejemplo durante el desayuno, en lugar de tomar el café de un trago y después un croissant, había observado cómo preferían tomar un sorbo de la bebida, degustarlo y, después, probar un bocado de su dulce. Así, intercalando ambos con una cucharada de yogur, podían disfrutar lo que comían, saboreando cada pedazo y sintiéndose satisfechas al final.

Las claves para emularlas

Todo lo que aprendió durante su estancia en París le ha ayudado a lo largo de los años en su profesión como nutricionista, enseñando a sus pacientes cómo llevar a cabo esta técnica, que puede parecer un poco compleja al principio pero cuyos resultados merecen la pena.

Apagar el teléfono o la televisión para concentrarnos en la comida, su textura, su aroma, su sabor… Pequeños bocados, como hacían las mujeres que sedujeron con su técnica a Jane, que te ayudan a degustar lo que comes y a sentirte más saciada.

En lugar de medir las porciones, ella recomienda comer despacio, para que tu cerebro pueda ser consciente de cuando estas llena, y apostar por preparaciones ricas y sabrosas, pensadas con antelación y preparadas con cariño, para convertir la hora de la comida en un momento especial.

Distintos sabores que puedas degustar individualmente, tomando cada vez un bocado de cada. Incorporando sin temor aceite de oliva, especias o incluso miel, y así disfrutar lo que tienes el plato, que es una de las claves para sentirte satisfecha y comer solo la cantidad que necesitas con platos ricos en sabor y nutrientes.