'María Antonieta', 'El pianista', 'Cristina de Suecia'... La redacción de Vanitatis elige sus biopics favoritos

Fue un rey de la música sin salir de Estados Unidos. Elvis Presley triunfó a lo largo y ancho del planeta y su música sigue apareciendo en bandas sonoras, se sigue escuchando en cafeterías con alma vintage y tiene una legión de fans que ya quisieran otros muchos artistas. Su relación con la gran pantalla, sin embargo, ha sido desigual. Películas que protagonizó, como ‘El ídolo de Acapulco’, son más una excusa para verle y escucharle que historias consistentes con una verdadera trama. Por eso es más que bienvenido un estreno sobre su vida y la de su mánager; un relato de Baz Luhrmann que ha dividido a crítica y público a su paso por el Festival de Cannes. Una película que este viernes llega a las salas.

El biopic existe desde que existe el propio cine. En 1900, cuando el invento de los hermanos Lumière apenas contaba con cinco añitos, ya se filmaba una cinta sobre Juana de Arco. Nueve años más tarde, por ejemplo, el retratado era Edgar Allan Poe. Este año, por ejemplo, Will Smith ha ganado un Oscar al mejor actor por interpretar al padre de las hermanas Williams en ‘El método Williams’ y Nicole Kidman ha vuelto a ser nominada por ‘Being the Ricardos’ encarnando a Lucille Ball. Ambos demuestran que el biopic sigue más vivo que nunca, que en cualquier momento puede surgir un ‘Amadeus’, ‘Un hombre para la eternidad’ o un ‘Ciudadano Kane’. Porque sí, la mejor película de la historia del cine también era un biopic, aunque apócrifo, del mismísimo William Randolph Hearst.

Quizá por eso hemos abierto el concepto de biopic y hemos preguntado a nuestros redactores cuáles son sus favoritos y nos hemos encontrado con respuestas para todos los gustos:

Cristina Castany (Directora de Moda y Belleza) – Ágora (Alejandro Amenábar, 2009)

Disponible en Disney Plus y HBO Max

Por varias razones. La primera: me encantó la película, me dejó tan tocada que me pasé semanas buscando información sobre Hipatia de Alejandría, una de las primeras científicas de la historia que fue descuartizada por unos fundamentalistas. La actriz Rachel Weisz es una de mis favoritas, me parece que todo lo que hace es de otro nivel, y en manos de Amenábar me cautivó completamente. Si no la has visto, sin hacer 'spoiler', fíjate en la escena de las 'cucarachas' porque debería pasar a la historia del cine. Una historia muy de nuestro tiempo que quizá se adelantó un poco y a la que por eso no se le dio la relevancia que merece.

El autor del blog opina: Personalmente, prefiero a otro Amenábar, el de ‘Tesis’ o ‘Los otros’. Pero sí valoro que esta película diese a conocer a una mujer tan importante a gran parte de la audiencia. Ni siquiera en las clases de historia habíamos oído hablar mucho de una figura capital, de la que fue una de las primeras matemáticas de la Historia.

Bárbara de la Macorra (Jefa de SEO) – Diarios de motocicleta (Walter Salles, 2004)

Disponible en HBO Max

Esta peli no recuerdo si la vi en mi primer año de carrera o por ahí, y creo recordar que fue con mi hermana. A ambas nos gustaba mucho Gael García Bernal (como a Natalie Portman, el único parecido entre nosotras: ¡Holi, Dior!) y, además, después de haberme leído durante la adolescencia una biografía del Che, esta película me encantó también por el momento concreto de la vida de Ernesto Guevara. Coincidiendo con mi llegada a la universidad, los nervios de una nueva etapa y un poco el sentirme perdida y ¿defraudada? con parte de la historia que me tocaba recorrer... Recuerdo este film con mucho cariño.

El autor del blog opina: Buena película de los años mozos del Che Guevara y mucho más digerible, para mi gusto, que las dos que dirigió Steven Soderbergh y que protagonizó Benicio del Toro. Era una buena forma de llevar al Che a todos los públicos.

Margarita Velasco (Redactora de Belleza) – El pianista (Roman Polanski, 2002)

Disponible en HBO Max

Cuando me preguntaste por mi biopic favorito, tuve que consultar una lista del género para recordar cuáles había visto. Hemos normalizado tanto el concepto de las películas sobre un personaje real que cada año hay varios. Puede que el primer recuerdo que me haya venido a la cabeza sea el de ‘Coco Chanel’ de 2008, donde la maravillosa Shirley MacLaine hacía de la diseñadora en sus últimos años y que iba contando la historia de Gabrielle desde su humilde infancia hasta convertirse en un icono de la moda. Puede que mi admiración por ambas mujeres tenga algo que ver con mi recuerdo de la cinta.

He visto decenas de veces la ‘Maria Antonieta’ de Sofia Coppola. Su fotografía, vestuario o banda sonora mantienen despiertos todos los sentidos -incluso el gusto-. Además, habla de los tópicos sobre la reina de una forma, a mi parecer, muy inteligente. Como entretenidas y royal, ‘Las hermanas Bolena’ o ‘El discurso del rey’ son de esas que puedes ver una y otra vez, valorando las interpretaciones y tomándole cariño a los personajes históricos.

También me gustan dos muy originales, ‘En busca de la felicidad’ y ‘El pianista’. No tienen nada que ver pero ambas me revolvieron. En muchas situaciones, Jaden Smith me traía recuerdos de esos que creías olvidados. Por supuesto, el final prometedor hace que sea una película que puedes ver una y otra vez. Siempre creí que Will Smith se tenía que haber llevado el Oscar. Y de ‘El pianista’, ¿qué decir que no se haya dicho ya? Tenía 12 años cuando se estrenó y el shock fue real. Viene bien verla de vez en cuando. Guerras, refugiados, mirar hacia otro lado… La historia no deja de repetirse.

A colación de Elvis, ‘Nowhere Boy’, en la que Aaron Taylor-Johnson hacía de John Lennon, me descubrió una parte del músico que no conocía y no recurrió ni a Yoko Ono ni a su asesinato.

El autor del blog opina: Confieso ser una de las poquísimas personas que nunca han visto ‘En busca de la felicidad’ por mi manía personal hacia Will Smith. ‘El pianista’ recuerdo verla en el cine y sentir que Polanski merecía ese Oscar que ganó y que no sabía si le daría el Hollywood que también lo excomulgó por su tropiezo con una menor de edad. Finalmente, lo ganó y fue Harrison Ford el que lo recogió en su nombre. Para mí es una de sus mejores películas y una de las pocas en las que tolero a Adrien Brody, un buen actor que a veces me parece sobreactuado.

Cote Villar (Subdirectora) – ‘Memorias de África’ (Sydney Pollack, 1985)

Disponible en Filmin

Si me aceptas 'Memorias de África' como biopic, creo que elegiría este. La película está basada muy libremente en 'Out of Africa', el libro que publicó Karen Blixen sobre sus vivencias en África en 1937. Sydney Pollack y compañía convierten esos 17 años que la escritora danesa pasó en Kenia, entonces parte del Imperio británico, en pura poesía. La película se centra en su historia de amor con el cazador inglés Denys Finch Hutton, pero también aborda desde el lirismo la vida colonial en los últimos estertores del Imperio. Y la banda sonora es…

El autor del blog opina: Joya entre joyas, a veces infravalorada por el puñado de Oscar que se llevó aquel año, ‘Memorias de África’ pertenece a ese tipo de cine que en la década de los 80 ya no se hacía; el tipo de superproducción intimista que habría rodado David Lean décadas atrás. Mis bendiciones para esta película que, en realidad, habla de la vida de todos: el amor como posesión, los deseos de aventura y cambiar de vida, el avance en derechos de las mujeres… Una película universal.

Javier Díaz (Editor y redactor) – ‘Hacia rutas salvajes’ (Sean Penn, 2007)

Disponible en Prime Video

‘The Imitation Game’ (‘Descifrando Enigma’) no solo es una peli muy entretenida y fácil de ver (una guerra, unos nazis, unos mensajes) sino que, además, deja un lugar para la reflexión: Alan Turing, el héroe que contribuyó a parar la maquinaria alemana en la II Guerra Mundial, fue condenado por mantener relaciones sexuales con otros hombres y castrado químicamente en 1952. Dos años después se suicidó. Benedict Cumberbatch está que se sale y técnicamente es brillante. El ejemplo de hasta donde la injusticia y la estupidez humana pueden llegar.

Por otra parte, ‘Into the Wild’ (‘Hacia rutas salvajes’) tampoco tiene un final amable: cuenta el viaje (físico y espiritual) de Christopher McCandless, un tipo que a mediados de los noventa decide dejarlo todo (y todo es todo) y adentrarse en los parajes de Alaska para descubrir el verdadero sentido de la vida. El precio que pagó fue alto, pero el mensaje es profundo y la película de una belleza épica. ¿Quién no ha sentido alguna vez el impulso de querer quemar billetes y aullar como un lobo?

El autor del blog opina: Dos buenas películas, cada una en su estilo. Personalmente, me quedo con ‘Into the Wild’ por el impacto que me causó al verla y el reflejar tan bien que somos seres sociales y cualquier cosa que hacemos casi siempre es mejor en compañía. El estilo paisajístico, casi a lo John Ford, elegido por Sean Penn para la puesta en escena ayuda mucho.

Ángela Mora (Editora y redactora) – Erin Brockovich (Steven Soderbergh, 2000)

Disponible para alquilar en Apple

Sé que no es el mejor de la historia, pero ‘Erin Brockovich’ me encanta. La podría ver una y otra vez sin cansarme. Julia Roberts está grandiosa y Aaron Eckhart… otro nivel. Me quedo con los diálogos entre la protagonista y su jefe en el bufete. Y otro de los que más me gustan es ‘Mi pie izquierdo’. Con Daniel Day-Lewis no puedo ser objetiva, pero está espectacular en el papel de Christy Brown, un chico con parálisis cerebral que solo maneja el pie izquierdo.

El autor del blog opina: ‘Erin’ coronó el año de gloria de Soderbergh, que también ganó un Oscar por ‘Traffic’ en 2001. También fue la película que nos dio la oportunidad de ser testigos de aquel gritito de Julia Roberts cuando subió a recoger su estatuilla, agradecida y emocionada. Además, recuperaba parte del espíritu feminista y reivindicativo de películas como ‘Norma Rae’ o ‘Silkwood’ y contaba con una banda sonora de Thomas Newman que me apasiona. No es una obra maestra, pero tiene todas mis simpatías.

Ángeles Castillo (Correctora) – ‘El espejo’ (Andrei Tarkovski, 1975)

Disponible en Filmin

Creo que a los biopics, en general, les falta profundidad en sentido amplio y pecan justamente de lo contrario, de ser en exceso superficiales y construirse 'ad maiorem gloriam' del público más que de sus protagonistas, jalonados de tópicos y de momentos célebres -a veces hasta la náusea- como están. Le pasa a 'La importancia de llamarse Oscar Wilde' (2018), que debería haberse llamado 'El príncipe feliz' (como en inglés, 'The Happy Prince', y como el cuento), con un impresionante Rupert Everett (actor y director), que sabía bien de lo que hablaba, caricaturizado y oscurecido de más; le pasa al 'Neruda' de Pablo Larraín (2016), con el logro de haber construido, eso sí, una película nerudiana más que una película sobre Neruda, pero casi cómica (de cómic); o a 'Stefan Zweig: Adiós a Europa’, de Maria Schrader (2016), que hace al escritor mártir casi desde el principio por centrarse arteramente en su final.

El biopic como género tal vez sea un reflejo de los tiempos que vivimos. Mejor ver una película ligera, estratégicamente comercial y algunas hasta con cierto aliento artístico que leerse -hablando de libros- la colosal obra del austriaco (Zweig), sumergirse en los vericuetos biográficos y bibliográficos del coleccionista de mascarones de proa, capitán de su Isla Negra (PN), o llorar hasta que no quedan lágrimas con cada uno de los versos de ese poema magistral que es la 'Balada de la cárcel de Reading' ("Cada hombre mata lo que ama..."), que firma el autor tal vez más torturado de todos los autores, por poner algunos ejemplos. Aunque puede, y hay que reconocerlo, que inviten a hacerlo (¡a leer!). Y las vemos después de todo y pese a todo porque tratan de ellos... Pero las vidas casi nunca siguen un trazado lineal, sino que este suele ser cotidianamente (lo subrayo) caótico, una sucesión de imágenes, rostros, recuerdos, palabras y sueños sin orden ni concierto. Las vidas, hasta las nuestras, son como 'El espejo' de Tarkovski (1975). Ese sería mi biopic sin serlo, un autobiopic, una 'escultura del tiempo' y de su propia vida y la de su país. Más onírica y falta de lógica y linealidad que ninguna y sin embargo más real, sin convencionalismos que desvirtúen lo que hay de abisal en cada uno de nuestros sentimientos. Solo la poesía (incluso cuando es cine), pienso, puede ser biográfica. Acaso el mejor espejo de la realidad.

El autor del blog opina: Aunque prefiero al Tarkovski primerizo de ‘La infancia de Iván’, comparto el gusto por la poesía de ‘El espejo’ y esa creencia de que hay películas que son tan fieles a sus autores que parecen eso mismo, biopics apócrifos. Las imágenes de ‘El espejo’ son de esas que se te quedan pegadas en la retina el resto de tu vida. Hubo alguien que dijo que es la película que mejor refleja la angustia del pasado. Estoy de acuerdo.

Silvia Taulés (Redactora) – ‘Música y lágrimas’ (Anthony Mann, 1953)

Disponible en Filmin

Hay muchos biopics que me gustan, sobre todo si son de músicos, porque suelen ir acompañados de sus temas. Uno de los que más recuerdo, quizás porque lo vi de pequeña con mi padre, gran melómano, es el ‘The Glenn Miller Story’, protagonizada por James Stewart y June Allyson. Recorrer la historia de una de las mejores big bands de la historia del jazz clásico de la mano de un actor como Stewart es un placer. ¿Algo más moderno? ‘The Doors’, de Oliver Stone, donde Val Kilmer ‘imita’ muy bien a Jim Morrison, y ‘Walk the Line’, la historia de Johnny Cash protagonizada por Joaquin Phoenix (James Mangold fue el director). Soy fan de todos, así que ver sus historias me sirvió para escuchar su música y volver a disfrutarla. Un lujo.

El autor del blog opina: ‘Música y lágrimas’ (me encanta que Silvia opte por el mucho menos cursi título original, ‘The Glenn Miller Story’) fantasea con la vida de Miller (dicen que en realidad murió mientras estaba haciendo el amor con una prostituta) pero, pese a no ser fiel a la realidad (¿qué biopic lo es?), siempre he sido muy fan del Technicolor y de Anthony Mann, que casi siempre es más recordado por sus westerns. Esta es una de esas películas para disfrutar los domingos por la tarde, acurrucado en el sofá. Amable, bonita y con un verdadero talento tras la cámara.

Nuria Tiburcio (Jefa de Casas Reales) – ‘The Queen’ (Stephen Frears, 2006)

Disponible en HBO Max

Como buena royal fan, mi biopic favorito es ‘The Queen’. Creo que narra de forma muy fidedigna y sin artificios las horas posteriores a la muerte de Lady Di y qué llevó a Isabel II, encarnada por una maravillosa Helen Mirren, que ese año se llevó el Oscar, a cambiar de opinión respecto al funeral de la que fuera la esposa de su hijo.

El autor del blog opina: Helen Mirren, uno de los personajes predilectos de todos los que he entrevistado (tenía que aprovechar para contar ese momentazo de mi vida), es la actriz perfecta para encarnar a Isabel II (y eso que Claire Foy y Olivia Colman en ‘The Crown’ están estupendas). El momento en el que sufrió la estocada de la muerte de Diana es digno de una tragedia griega. Y la película lo retrata con una sobriedad y un buen gusto extraordinarios.

Alba G. Salas (Jefa de Redes) – ‘Unorthodox’ (Alexa Carolinski y Anna Winger, 2020)

Disponible en Netflix

La vi en plena pandemia y me dejó helada: por el desconocimiento total que tenía de las costumbres del judaísmo jasídico, por el choque de dichas costumbres en pleno Brooklyn de Nueva York y por la búsqueda de libertad de esa chica, precisamente en un momento en el que nadie la tenía.

El autor del blog opina: Reconozco mi deuda con esta miniserie de Netflix que aún no he visto. Pero todo el mundo me ha hablado maravillas de ella.

Nacho Gay (Director) – ‘María Antonieta’ (Sofia Coppola, 2006)

Disponible para alquilar en Apple

Me quedo con dos que me han marcado muy especialmente. El primero, ‘El Hombre Elefante’ (The Elephant Man, 1980), del genial director David Lynch. Probablemente esta es la más comercial y menos lynchiana de sus películas. A mí me encanta el Lynch más delirante, pero el comedido no le tiene tampoco nada que envidiar. ‘El Hombre Elefante’ narra la historia real de Joseph Carey Merrick, un hombre inglés que padecía una severa deformidad física. Conmovedora y expresionista película en blanco y negro difícil de olvidar.

Difícil olvidar también los varios minutos de pitidos de la crítica y el público que sucedieron a la presentación en la sección oficial del Festival de Cannes de ‘María Antonieta’ (Sofía Coppola, 2006). Pocas veces un festival como Cannes se ha equivocado tanto. ‘María Antonieta’ es una obra maestra absoluta. Un biopic donde, desde la playlist gafapasti que compone la banda sonora hasta los colores de la fotografía, el guion, la planificación…, todo cuenta la misma historia. Una joya incomprendida.

El autor del blog opina: ‘El Hombre Elefante’ es mi película preferida de David Lynch. Creo que pocas veces se ha visto la degradación humana y el aprovechamiento comercial de la diferencia tan bien retratado como en esta película. Y, como Nacho, soy un gran admirador de la ‘María Antonieta’ de la Coppola. Su tono pop y su momentos más existenciales (esa reina perdida en mitad de una pradera, suspirando mientras escuchamos el piano de Dustin O’Halloran de fondo) me puede.

Jose Madrid (Redactor jefe) – ‘La reina Cristina de Suecia’ (Rouben Mamoulian, 1933)

Disponible para alquilar en Apple

Conocer a Greta Garbo con 15 años deja huella. Y más si es viéndola encarnar a una de las reinas más recordadas y polémicas de la historia. La verdadera Cristina de Suecia lidió con un lesbianismo incomprendido y con el hecho de ser una monarca culta y amante de las artes que acabó abdicando para irse a vivir con el mismísimo Papa a Roma. La Cristina de la Garbo es también una reina fascinante (y mucho más guapa que la real, por cierto) que, delante de la cámara de Mamoulian, se convierte en un ser etéreo y melancólico, frágil pero fuerte. ‘La reina Cristina de Suecia’, una de esas películas ‘pre-code’ que hicieron mella en el viejo Hollywood, es una obra maestra por mil razones: por las referencias pictóricas de muchas de sus imágenes (a Murillo y a Velázquez); por ese recorrido para aprenderse de memoria una habitación; por unos diálogos que hablan de la diferencia como carta de presentación y de la soledad del poder; por ser un icono LGTBI revolucionario para su época (la Garbo se pasa la película en pantalones y besa a su doncella) y por esa ‘cara de nada’ de la actriz en el plano final. Pocas veces hemos leído tantas cosas diferentes en un mismo rostro.