El lado personal de Jorge Vilda: chalé en Rivas, hija futbolista y un hermano diseñador

Antes de partir hacia Australia y Nueva Zelanda para la disputa del Mundial de fútbol, nuestras jugadoras se reunían con la reina Letizia, a la que nombraban 'capitana de honor' de la selección entregándole el brazalete. "Os deseo muchísima suerte y tened la certeza de que os vais a aquellas tierras tan lejanas con el cariño de todo un país, que está de verdad a vuestro lado", eran entonces las palabras de la consorte, que estará hoy junto a su hija Sofía en Sídney para apoyarlas en la gran final de la competición que jugarán contra la potente Inglaterra, que ya nos eliminó de la pasada Eurocopa en octavos de final.

Tras este éxito sin precedentes de las futbolistas españolas resuena con fuerza un nombre: el del seleccionador Jorge Vilda. Nacido un día de San Fermín hace 42 años, el técnico ha llegado a este momento acumulando tantas críticas como elogios y habiendo sobrevivido incluso a un motín por parte de 15 jugadoras que pidieron su destitución, comunicando su decisión de no jugar más con la selección mientras Vilda siguiera siendo el entrenador. ¿La respuesta de la federación? Dejarlas fuera de la siguiente convocatoria, donde España consiguió ganar a la todopoderosa Estados Unidos por primera vez.

Entonces Jorge Vilda se negaba a abandonar el cargo y pasaba al ataque. "Reto a que cualquiera salga y diga que no ha habido respeto en mi comportamiento. En toda mi carrera. Se ha lanzado la piedra y se ha escondido la mano", aseguraba en rueda de prensa. El seleccionador admitió que "en ningún momento" se había planteado dimitir "por todo lo que se ha conseguido" mientras confesaba que "sufro por mi familia, no me parecía justo quitarme del medio".

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Meses más tarde, conseguido el pase a la semifinal del Mundial, se hicieron virales unas imágenes de las jugadoras festejando el triunfo sobre el campo, mientras que el seleccionador estaba solo. Interrogado en sala de prensa por esto, él se limitaba a agradecer una vez más el apoyo del presidente de la federación, Luis Rubiales, su gran valedor. "Estás preguntando por el pasado, pero antes que nada me gustaría reconocer el respaldo y el apoyo de nuestro presidente Luis Rubiales desde el primer día. Sin eso no estaríamos aquí. Estoy bastante seguro de que todo esto no habría sucedido. Tenemos un presidente que reaccionó con valentía y confió en mí y en mi equipo técnico, y estamos muy contentos de todo el proceso", dijo.

Rubiales le devolvía los elogios en declaraciones a 'El larguero' asegurando que "Jorge Vilda no se merece todo lo que le ha ocurrido porque es un tipo 10, una buena persona y un entrenador espectacular. Él y su cuerpo técnico se lo merecen más que nadie. Yo quiero hoy reconocer a las 23 mejores futbolistas que he conocido, al cuerpo técnico con mayor dedicación, mayor entrega, con mayor capacidad de superación de situaciones difíciles... se lo merecen mucho ellos, se lo merece España y nos lo merecemos porque somos cojonudos".

Pero esto no es algo nuevo. Las críticas a su supuesta escasa preparación, ya que llegó a entrenar a la selección absoluta femenina sin haber dirigido antes a ningún equipo profesional, unidas a su trayectoria a la sombra de su padre, prestigioso preparador físico y hombre fuerte de la federación, han marcado su carrera.

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Si a Julio Iglesias fue un accidente de tráfico lo que le le apartó de los terrenos de juego para labrarse un futuro diferente, en su caso fue una lesión lo que le llevó a pasar de futbolista a 'míster'. Pasó de jugar en categorías inferiores con futuras estrellas como Xavi Hernández o Iker Casillas a labrarse una carrera de entrenador siguiendo los pasos de su padre, Ángel Vilda.

Su progenitor destacó como preparador físico en los equipos más punteros de la Liga española durante los años 80 y 90. Puso en forma al Barça de Johan Cruyff en sus mejores años para pasar después al Atlético de Luis Aragonés y al Real Madrid y Athletic de Bilbao junto a Jupp Heynckes. Tras hacerse con las riendas de la selección femenina sub-19, su hijo se convirtió en su ayudante –sin más experiencia que entrenar al humilde club madrileño Canillas– y más tarde se puso al frente de la Sub-17.

"Entró por su padre. Se aprovechó de ello para sacarse las licencias de entrenador y crecer en el femenino. Es el primer seleccionador absoluto que no ha entrenado nunca a un equipo profesional. Solo a chavales de un modesto club de barrio. Ya me dirás", declaraba a 'Onda Cero' una futbolista ya retirada que prefería no ser identificada.

Fuera como fuera, los éxitos fueron llegando y ya al frente de la sub-19 consiguió el subcampeonato de la Eurocopa. Desde 2015 es seleccionador de la selección femenina absoluta de fútbol de España y director técnico. Pero, ¿cómo es Jorge Vilda lejos de los banquillos? Hombre de familia, vive en un chalé de la localidad de Rivas Vaciamadrid, bastión de la izquierda madrileña, que comparte con su mujer, Marta, y sus dos hijos, una niña y un niño.

Como reconocía en una entrevista con el portal 'Tres cuatro tres' antes del Mundial, sus ratos libres prefiere pasarlos alejado de su medio de vida. "El tiempo para estar con la familia, para tener tiempo de calidad con mis hijos, con mi mujer. Y, normalmente, no es nada relacionado con el fútbol", aseguraba. Pero es difícil escapar del deporte rey y su hija ya juega al fútbol en categorías infantiles del equipo Diablillos de Rivas.

Pero no todos en su familia han buscado su sustento en el balompié. Su hermano es el diseñador Ángel Vilda, creador de la firma Brain & Beast, una de las etiquetas más rompedoras del panorama nacional. "La madurez me está abriendo los ojos, como a todos, entonces establezco un orden de prioridades claras: la moda me da mucha felicidad, pero aún más mi gente", aseguraba el Vilda menos futbolero en declaraciones a 'Harper's Bazaar'. Aunque el destino le haya llevado por otros derroteros, a buen seguro será uno más de los millones de españoles que apoyen hoy a las nuestras en el partido más importante de su historia.