Carmen Martínez-Bordiú se desvincula (aún más) de los Franco

El mismo verano en que firmó la herencia de su madre, Carmen Martínez-Bordiú decidió también cerrar una etapa de su vida, empaquetar sus recuerdos de Madrid y dejar de nutrir la escaleta de los programas del corazón. Se mudó a una casa cerca de Sintra donde puede disfrutar de las vistas del Atlántico y vive alejada de los eventos sociales. Ahora, ha certificado aún más esa separación de España y de su familia, al salir de la empresa familiar con la que los nietos de Franco controlaban el legado de su madre y con la que están preparando su debut en el mercado inmobiliario del lujo.

Carmen Franco Polo, su madre, falleció a finales del año 2017. Unos meses después, en verano de 2018, sus hijos, los siete nietos de Francisco Franco, formalizaron legalmente las últimas voluntades de su madre. La herencia se adjudicó sin mayores problemas porque se respetó de forma precisa el testamento de la hija del dictador, que lo legó todo a partes iguales. Aquel verano, los nietos de Franco recibieron principalmente propiedades inmobiliarias y empresas, la mayor parte en régimen de proindiviso (es decir, sin repartir), además de dinero en cuentas, joyas y otros fondos. Había varias 'joyas' dentro del legado, como el edificio de la calle Hermanos Bécquer de la capital o el pazo de Meirás, que tantos quebraderos de cabeza les dio posteriormente.

En Hermanos Bécquer residió Carmen Franco hasta su muerte y ha sido siempre núcleo y lugar de peregrinación para la familia. Allí se reunieron los nietos días antes de la exhumación de su abuelo y ha sido siempre un punto de referencia para la familia. Sin embargo, ante la imposibilidad de mantenerlo, los hermanos decidieron ponerlo a la venta en 2019 por una cantidad cercana a los 50 millones de euros. Al no poder venderlo en su totalidad, desde el año pasado están sometiéndolo a una intensa reforma para convertir el edificio en varios pisos de alto standing que pondrán a la venta en los próximos meses.

Se trata de un inmueble cuya superficie total construida es de 5.116 metros cuadrados, en una parcela de 708. Consta de sótano, seis plantas y un ático de más de 660 metros cuadrados con una azotea particular. En el pasado, algunas de sus plantas se destinaron a oficinas, y otras a viviendas particulares (dos vecinos por planta). Si hiciéramos cálculos tomando como referencia el precio medio del metro cuadrado en esa zona de Madrid en 2022, la rentabilidad respecto al alquiler podría ascender a un millón de euros al año.

Según los datos que maneja este medio, la familia ha pedido varios préstamos hipotecarios sobre el edificio de Hermanos Bécquer para costear la reforma, por un total de dos millones de euros. Se ha publicado que la obra culminará con seis inmuebles de lujo que saldrán a la venta por más de 7 millones de euros cada uno.

El edificio es propiedad de la gran empresa patrimonial de la familia, Fiolasa, que recientemente absorbió a Sargo Consulting. Desde este mes de agosto, Arancha Martínez-Bordiú es la consejera delegada de la entidad, de la que también forman parte casi todos los hermanos: Merry, Francisco, Mariola y Jaime. El patrimonio neto declarado por esta sociedad en 2021, el último ejercicio del que hay cuentas públicas, es de 15 millones de euros, cuando declaró pérdidas de más de 400.000 euros. También actúa como consejero Álvaro Franco Guisasola, uno de los cuatro hijos de Francis Franco, cuyo nombramiento oficial se llevó a cabo en abril.

Decimos 'casi todos' porque al igual que ocurrió hace un par de años con Sargo Consulting, la nieta más conocida de Franco, Carmen Martínez-Bordiú, ha salido de la empresa. A principios de agosto se formalizó su salida de Fiolasa, que ha venido acompañada de una reducción de capital de 315.598 euros. Así, la nietísima se desvincula aún más de los intereses que mantenía en España y consolida su retiro portugués.

En el momento de su marcha, la única propiedad que tenía Carmen Martínez-Bordiú a su nombre en España era una coqueta casa rural en Cantabria de la que se deshizo hace tiempo (su finca de Cazalla de la Sierra, Los Camochos, es propiedad de una empresa panameña, Triana Enterprises SA).

Mantiene silencio

Durante años, Carmen supo rentabilizar su fama económicamente hablando. La nietísima pasó décadas vendiendo informaciones exclusivas a las revistas sobre sus avatares personales y los de sus allegados. Rizando el rizo de sí misma, Carmen llegó a participar en formatos tan inverosímiles para la nieta de un dictador como '¡Mira quién baila!'. Sin embargo, desde que murió su madre no ha vuelto a los medios de comunicación.

Ni siquiera cuando se exhumaron los restos de su abuelo en otoño de 2019 quiso hablar, aunque tuvo ofertas muy serias sobre la mesa. Aquellos días, la madre de Luis Alfonso de Borbón pasó por España como un fantasma. Recién aterrizada de Burdeos, donde su hija Cynthia acababa de dar a luz a su segundo hijo, a Carmen le dio tiempo a llegar al Valle de los Caídos casi por los pelos. Después de todo el ceremonial, la nietísima se reunió con el resto de la familia en Hermanos Bécquer y pocas horas después ya estaba fuera de España de nuevo.