María Fernández-Rubíes, Rocío Irisarri y su primera entrevista juntas: la intrahistoria de su exitoso podcast
Rocío fue representante de María. De ahí forjaron una amistad que les ha llevado a crear el podcast 'Tómatelo con vino'. Ambas conceden una entrevista a Vanitatis donde cuentan cómo se conocieron
Se vieron por primera vez hace cinco años y lo recuerdan a la perfección. Rocío tenía veintitrés años y, tras estar uno de prácticas en L ́Oréal, comenzó a trabajar en la agencia de representación Soy Olivia. Y allí estaba María. “En la primera reunión que tuve con Daniela, CEO de la agencia, me dijo que habría una tercera persona, pero no me especificó quien”. Su sorpresa fue muy grande cuando vio a María cruzar la puerta del restaurante donde se encontraban. “María fue el primer perfil que empecé a seguir en Instagram”, nos cuenta.
María, al revivir aquel momento, dice entre risas: “Cuando la vi por primera vez pensé ¡pero si es enana!”. Ahora, María cuenta que “lo bueno que hemos tenido siempre es que nos hemos sabido comunicar muy bien y hemos sido muy honestas la una con la otra”.
María Fernández-Rubies, su vida antes de las redes
Antes de que Rocío se cruzara en su camino, ella había fraguado una carrera que surgió de manera orgánica y natural.
Aún era estudiante cuando se fue de Erasmus a Suecia y allí decidió abrirse Instagram a modo de diario. Como iba a estar fuera de casa mucho tiempo, era una manera de contarle a sus familiares y amigos todo lo que iba viviendo.
Volvió a Madrid y comenzó a trabajar en el departamento de marketing de Coca Cola, donde ya le gastaban bromas, porque su comunidad, sin que ella fuese casi consciente, iba creciendo. “En el trabajo me pusieron el mote de ¡la 20k!” —cuenta entre risas—. Entonces decidió hacer un máster en Dirección y Gestión de Empresas de Moda y Lujo en el reconocido Instituto Marangoni, mientras una amiga suya la apuntaba a un casting, sin consultarla, en esta misma ciudad. “Me llamó mi amiga y me dijo: tienes que ir a hacer la prueba. Se alineó todo y decidí hacer las maletas e irme”. Dos días después le comunicaron que la habían seleccionado.
María terminó convirtiendo Milán en su hogar durante algo más de un año, mientras seguía con sus redes, sin pretensiones de convertirlas en un trabajo, sino por gusto. Volvió a Madrid y entró en el departamento de marketing de la agencia Luxurycomm. Conoció a Daniela, la CEO de Soy Olivia, que le propuso que la representara. “Al principio, estuve dos años trabajando por un lado y por otro haciendo campañas a través de la agencia. No era capaz de soltar mi trabajo. Si la gente ahora es reticente con el tema de los influencers, imagínate en aquel momento que aún no estaba ni considerado como tal”.
Pero María finalmente, sin escuchar lo que le aconsejaban, decidió apostar por lo que ahora es su forma de vida y lo que le hizo conocer a Rocío.
Un desafío compartido
“María, además de ser encantadora y muy empática, es muy trabajadora. Los años que trabajamos juntas, a todas las campañas y producciones que fuimos, que no fueron pocas, siempre me agradecían su disposición y su manera de facilitar las cosas. Tiene mucha visión, sabe entender perfectamente lo que quiere una marca”.
“Rocío es muy disciplinada y trabajadora, a veces demasiado. Como amiga, muchas veces le he recomendado que intente desconectar. Siempre está buscando cómo mejorar, seguir avanzando... Siempre le digo: ¡haces de un roto un descosido”.
Sus testimonios dejan ver la gran conexión que ambas tenían profesionalmente, por eso el podcast las ha vuelto a unir y todas esas conexiones y sinergias han hecho que su proyecto lleve ya más de un año produciéndose y que su audiencia no deje de crecer.
“Nos echábamos mucho de menos”—dice María emocionada.
‘Tómatelo con vino’, el éxito de la buena comunicación
Rocío le insistía mucho a María en la idea de que hiciese un podcast. “Tiene muchísima personalidad y es muy divertida. Creía que haciendo un podcast la gente la conocería mejor y pensaba que era una idea bonita para acercarse a sus seguidores”.
Una noche, quedaron a cenar y Rocío volvió a sacarle el tema. “Lo hago si tú estás conmigo”, le dijo contundente, y no paró hasta convencerla.
Dicho y hecho. Aquella cena entre amigas volvió a convertir a María y a Rocío en socias.
Al principio, las dos estaban nerviosas. “No hay que perderle el respeto a lo que no sabes. Yo estudié administración de empresas bilingüe, no periodismo, y era un proyecto que me imponía mucho”, dice María, y Rocío añade: “Yo no me veía capaz de estar delante, siempre había estado detrás”. Pero, finalmente, lo consiguieron. Por su podcast han pasado ya Laura Escanes, Ana Peleteiro, María Pombo, Willy Bárcenas, Jana Fernández, Andrea Duro o Álex Ubago.
Diferentes historias y conversaciones unidas por un sello de identidad que ambas han creado de manera orgánica: la naturalidad y el respeto. La buena comunicación que las ha unido desde que se conocieron no se apaga cuando se encienden las cámaras sino todo lo contrario, se realza y se contagia a los entrevistados. “Evitamos la polémica, intentamos siempre que nuestros invitados estén cómodos y puedan abrirse y contar cosas de las que no suelen hablar, pero por encima de todo está cuidar a la persona. Nuestra prioridad es que todo sea siempre algo positivo para el personaje”, dice Rocío.
“Creo que el tema de las polémicas ya cansa. La gente que nos escucha lo que busca es desconectar, pasar un buen rato... Hay tantos problemas en el día a día, estamos rodeados de malas noticias constantemente y nuestra intención es poder sacarle una sonrisa a la gente”, concluye María.
Las críticas
Desde que María era una niña, su madre le repetía que no se puede caer bien a todo el mundo. “Es algo que he llevado por bandera. En Instagram enseñas una parte muy pequeña de tuu vida, pones tus límites y por eso siempre intento no ir a lo personal y entender que, cuando alguien no te conoce, es inevitable que cree prejuicios sobre ti. Lo que sí me duelen mucho son las críticas que puedo recibir hacia las personas que quiero: mi marido, mis hijos, Rocío, mis amigos...”.
María confiesa que hay algunas críticas o comentarios que están fundamentados y expresados con mucho respeto y que, cuando los lee, ve que tienen razón e intenta mejorarlo todo.
Rocío nunca había recibido ninguno, ya que no se había expuesto. Aunque al principio le impactó, es algo que lleva bien. “Te mentiría si dijera que a veces no he leído cosas que me han dolido, pero que también recibimos tantos comentarios bonitos que, en esos momentos, intento aferrarme a ellos. El cariño de la gente es increíble y creo que hay que quedarse con eso. Es muy fácil detectar los comentarios que solo buscan hacer daño gratuito. Creo que el balón debería tirarse hacia estas personas e intentar pararlas. Hay que poner límites”.
Así termina una larga conversación con dos mujeres incansables, que buscan superarse en cada nuevo reto que se proponen, siempre guiadas por la autoexigencia y la humildad.
‘Tómatelo con vino’ es ahora su proyecto donde son ellas las que preguntan. Y seguirán siendo ellas las que nos muestren el lado más personal de muchos de los invitados que pasarán por su podcast en esta nueva temporada.
Se vieron por primera vez hace cinco años y lo recuerdan a la perfección. Rocío tenía veintitrés años y, tras estar uno de prácticas en L ́Oréal, comenzó a trabajar en la agencia de representación Soy Olivia. Y allí estaba María. “En la primera reunión que tuve con Daniela, CEO de la agencia, me dijo que habría una tercera persona, pero no me especificó quien”. Su sorpresa fue muy grande cuando vio a María cruzar la puerta del restaurante donde se encontraban. “María fue el primer perfil que empecé a seguir en Instagram”, nos cuenta.
- Quiénes son 'Las hijas de Felipe', el podcast sobre salseos barrocos del que es fan Alba Carrillo Sandra Gonzálvez
- Mary de Dinamarca se embarca en un nuevo proyecto laboral: las royal irrumpen en el mundo podcast Patricia Casas
- De viajar por todo el mundo a tener el podcast con las entrevistas más impactantes: así es la divulgadora Judith Tiral Laura Alfaro