Dolores de Cospedal se queda con el cigarral toledano de 12.000 m² de parcela tras su divorcio

María Dolores de Cospedal está ilusionada. Eso cuentan las crónicas que, este fin de semana, desvelaban la nueva etapa vital que está atravesando junto al empresario y fotógrafo Fernando Portillo. La historia concilia el mundo de la política, la empresa y la crónica social, por lo que todos los medios se han hecho eco de la información. La exministra, reconvertida en abogada de éxito con despacho propio, y el padre de Ana Cristina Portillo se están conociendo y han hecho varios planes juntos. Su entorno asegura que ambos están un poco sorprendidos por la repercusión pública de su amistad, pero se lo toman con deportividad.

Cospedal ha sido una de las mujeres más influyentes de la política española, por más que ahora prefiera no tener nada que ver con ella. Fue en el mes de octubre cuando Vanitatis avanzó en exclusiva que la madrileña había decidido separarse de su marido, el empresario Ignacio López del Hierro, con el que se casó en 2009 en Toledo. "Efectivamente, me he separado. No hay ninguna historia más allá de las desavenencias en la convivencia. Me gustaría dejar esto claro. Yo sigo trabajando, y mucho", confirmó la propia María Dolores a Paloma Barrientos en aquella ocasión.

La ruptura de la exsecretaria general del PP con quien fue su pareja durante 20 años también corrió como la pólvora. La decisión corría paralela a la que tomó en su vida profesional a finales del año 2022, tras un periodo de reflexión. Entonces decidió establecerse por su cuenta con un despacho propio, tras abandonar CMS Albiñana & Suárez de Lezo. Su bufete está especializado en asuntos administrativos, contencioso-administrativos, civiles y mercantiles. Cospedal es, además, abogada del Estado en excedencia, árbitro de la Corte de Madrid y cuenta con amplia experiencia en el ámbito de la Administración Pública, tanto en tareas jurídicas como de gestión.

La exlíder popular y su marido se conocieron siendo ambos ya adultos y con sus propias familias. No tenían empresas en común que pudieran complicar su divorcio, pero sí existía una propiedad inmobiliaria que compartían y que en tiempos intentaron vender. Se trata de El Cigarral de la Ermita, una construcción típicamente toledana que dispone de 500 metros cuadrados construidos sobre una finca de 12.100 metros cuadrados y vistas privilegiadas al casco antiguo de Toledo. El Cigarral de la Ermita está dividido en cuatro plantas y reformado "con las mejores calidades”. La construcción cuenta con cinco habitaciones, tres cuartos de baño, dos terrazas, plaza de garaje y piscina.

La vivienda fue la residencia familiar de Cospedal, su marido y su único hijo durante su etapa como presidenta de Castilla-La Mancha, entre los años 2011 y 2015. La finca se compró ese año 2011 y estaba a nombre de Hilo de Inversiones S.L (una sociedad patrimonial de López del Hierro) y de la propia Cospedal a partes iguales. Aquella operación inmobiliaria fue objeto de controversia, porque Hilo de Inversiones compró en su día toda la finca, para donar luego la mitad a Dolores de Cospedal.

Sin embargo, Vanitatis ha podido confirmar que, tras el divorcio formal de la pareja a principios de este 2025, la totalidad de la propiedad ha pasado a manos de María Dolores de Cospedal. Ahora será ella quien disfrute de este auténtico paraíso con vistas al casco antiguo toledano y quien sufrague los gastos que conlleva mantener adecuadamente una propiedad de este calibre.

De hecho, la finca ha salido al mercado varias veces desde 2012. La última vez el precio había ascencido a los 2.300.000 euros. Una cantidad acorde con lo invertido. No solo por el precio de compra, que rondó los dos millones de euros de la época, sino también por el dinero que gastaron en reformarla a su gusto. El sitio es, como rezaba el anuncio de Idealista (ya desactivado), "un activo sin comparación, una joya rodeada de naturaleza, que combina sus modernas y altas calidades con un corte clásico y elegante".

Todavía se puede encontrar en la red el dossier que publicó Knight & Frank, una de las agencias que se encargó de comercializar el inmueble: "La amplia parcela está dividida en dos zonas muy bien definidas, la de las inmediaciones de la casa con su jardín, diseñado por una paisajista de renombre, que cuenta con agradables rincones con fuentes así como un idílico estanque con nenúfares además de una estética piscina en plena armonía con el ambiente exterior. La otra parte es silvestre, predominando la vegetación autóctona de la región, con abundancia de olivos, encinas y jara, así como una zona dedicada a viñas para la producción de vino para consumo propio. Este placentero oasis de paz constituye una mezcla perfecta de los elementos clásicos del cigarral, contando con puertas de madera antigua, suelos de barro cocido y grandes ventanales aportando ininterrumpidas vistas de la ciudad histórica con todo el confort de la vida moderna. Este cigarral constituye una opción ideal como vivienda habitual en Toledo o como lugar de descanso a sólo una hora de la capital española".

La mansión simbolizó durante años el poder que llegó a acumular María Dolores de Cospedal dentro del partido y de Castilla-La Mancha. Sin embargo, tras dejar la política, la abogada y su ya exmarido volvieron a vivir a tiempo completo en una de las mejores zonas de Madrid, que combinaban con sus viajes a Toledo y a Marbella. Salvo el cigarral, no tenían más propiedades en común.